Cuando la prensa decidió que «estar solos» y «los aliens nos vigilan» eran lo mismo

Hace unos días saltó a los titulares una historia que parecía sacada de un episodio de Expediente X: un profesor de Stanford aseguraba que hay alienígenas viviendo entre nosotros, escondidos en lo que llamaban la «Zona de Solitud». Los medios se lanzaron sobre la noticia como tiburones a un banco de atún, y en cuestión de horas teníamos artículos proclamando que la ciencia por fin admitía lo que los conspiranoicos llevaban diciendo años. El problema es que, como suele pasar, aquí se ha mezclado churras con merinas de una forma que habría hecho llorar a cualquier profesor de periodismo científico.