Cuando el universo te regala una oportunidad (y tienes tres semanas para organizarte)

A veces la ciencia es cuestión de planificación meticulosa, años de preparación y millones de dólares en instrumentos diseñados específicamente para una misión. Y otras veces es simplemente estar en el lugar correcto en el momento correcto, aunque nadie lo haya planeado así. Esto es exactamente lo que está ocurriendo ahora mismo con 3I/ATLAS: Dos naves espaciales que van camino a destinos completamente diferentes van a pasar «viento abajo» del cometa en las próximas semanas. Una es Hera, de la Agencia Espacial Europea, que va de camino al sistema de asteroides Didymos-Dimorphos. La otra es Europa Clipper de la NASA, que se dirige a estudiar Europa, una de las lunas heladas de Júpiter. Ninguna de las dos tenía en sus planes encontrarse con un cometa interestelar, pero resulta que Hera pasará por la zona entre el 25 de octubre y el 1 de noviembre, y Europa Clipper entre el 30 de octubre y el 6 de noviembre.
La cosa no es tan simple como pasar detrás del cometa. El viento solar empuja las partículas de la cola siguiendo una trayectoria curva, y predecir dónde estarán exactamente requiere calcular las velocidades del viento solar y un montón de variables. Samuel Grand del Instituto Meteorológico Finlandés y Geraint Jones de la ESA hicieron los cálculos usando un modelo llamado «Tailcatcher», y según sus números, ambas naves estarían a unos 8 millones de kilómetros del eje central de la cola. Suena a mucho, pero las partículas de cometas tan activos como 3I/ATLAS se dispersan a lo largo de millones de kilómetros, así que hay esperanza.
Ahora viene la parte complicada. Hera no tiene ningún instrumento que pueda detectar los iones de la cola o la estructura de «drapeado magnético» que el cometa crea en el campo magnético solar. Básicamente, va a pasar por ahí pero sin poder mirar lo que tiene alrededor, como ir a un museo con los ojos vendados. Europa Clipper, por otro lado, sí tiene exactamente lo necesario: un instrumento de plasma y un magnetómetro que podrían detectar tanto los iones como los cambios en el campo magnético.
El problema es el tiempo. Unas pocas semanas no es mucho tiempo para organizar un experimento rápido y ejecutar pruebas que ninguna de estas naves fue diseñada para hacer. Europa Clipper está actualmente en modo crucero camino a Júpiter y no todos sus instrumentos están activados. Además, hay un cierre del gobierno estadounidense en curso que está afectando a NASA, lo que añade otra capa de incertidumbre sobre si alguien podrá siquiera tomar la decisión de activar los instrumentos a tiempo. La burocracia espacial en todo su esplendor.
La ESA ha reconocido que están al tanto de la propuesta de Grand y Jones y que la revisarán, aunque admiten que Hera no tiene los instrumentos in-situ necesarios para medir las propiedades de la cola. Del lado de NASA y Europa Clipper, al momento de escribir esto, no hay confirmación de si aprovecharán o no esta oportunidad. Y es una pena, porque si lo logran, serían los primeros en la historia de la humanidad en tomar muestras directas de la cola de un cometa interestelar, y eso sería algo de lo que presumir aunque no tuviera nada que ver con las misiones originales de estas naves.
Lo irónico de toda esta situación es que refleja perfectamente cómo funciona la ciencia real. No siempre es el resultado de grandes planes maestros. A veces es simplemente darse cuenta de que dos de tus naves van a estar en el lugar correcto cuando un visitante de otro sistema estelar pase por el vecindario, escribir un paper urgente esperando que alguien lo lea a tiempo, y cruzar los dedos para que la política y la burocracia no se interpongan en el camino de una oportunidad científica única. Y si Europa Clipper no puede hacerlo esta vez, al menos la misión JUICE de la ESA observará al cometa el 2 y el 25 de noviembre, aunque no será lo mismo que atravesar directamente su cola.
Así que aquí estamos, observando en tiempo real cómo la ciencia intenta improvisar sobre la marcha. 3I/ATLAS no va a esperarnos, y cuando siga su camino de vuelta al espacio interestelar se llevará consigo todos sus secretos sobre cómo se forman los cometas en otros sistemas estelares. La ventana de oportunidad es ahora o nunca, y todo depende de si un puñado de científicos puede convencer a los controladores de misión de que vale la pena el esfuerzo.
Eroton
28/10/25 16:35
Pues nada, a esperar décadas a que éstas alguna de éstas partículas logre atravesar la atmósfera terrestre, y puede que siglos hasta que se descubra donde cayó, y que se asocie con 3I/Atlas.
Gracias por el artículo.
Alexis
29/10/25 03:40
Bueno, al menos el amiguete interestelar este está dando juego y vicisitudes varias como para ir teniéndonos entretenidos mientras va pasando… Me queda la impresión como de que el tan cacareado, en su momento, Oumuamua, provocó mucho ruído brusco, pero bastantes menos nueces al fin y al cabo… O eso me parece a mí ahora. No sé…
Saludos.