Diez fueron, como digo, los años que se emplearon en la construcción de esa calzada (procesional) y de las cámaras subterráneas de la colina sobre la que se alzan las pirámides, cámaras que, para que le sirvieran de sepultura, Keops se hizo construir –conduciendo hasta allí un canal con agua procedente del Nilo– en una isla. Por su parte, en la construcción de la pirámide propiamente dicha se emplearon veinte años.
(Heródoto, Historia, Libro II, 124,4,5)
Como puede leerse en su libro “Historia”, Heródoto afirma que Keops mandó construir la gran pirámide de Giza, la calzada procesional, y las cámaras subterráneas, para que le sirvieran de sepultura eterna. Pero lo cierto es que su cadáver nunca se encontró. Cuando Al-Mamún mandó construir un túnel con el que alcanzar el pasadizo ascendente, taponado por los tres bloques de granito (leer más aquí), ya se documentaba que en la cámara del caos (la cámara subterránea) había marcas hechas con las antorchas de griegos y romanos más de mil de años atrás. ¿Acaso los ladrones de tumbas profanaron la sepultura hace muchísimo tiempo? Es posible, sin duda. Aunque también es posible que exista una cámara oculta todavía no encontrada, en la que siga descansando Khufu, perturbado ocasionalmente por las pisadas de los centenares de turistas que visitan su templo. Leer Más...
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