El regreso de los alquimistas: ¿convertir mercurio en oro con fusión nuclear?

La alquimia, esa vieja obsesión medieval por convertir metales vulgares en oro, nunca murió del todo. Solo estaba esperando su momento en Silicon Valley. Una empresa emergente llamada Marathon Fusion asegura haber encontrado la piedra filosofal moderna: una manera de convertir mercurio en oro mediante reacciones nucleares de fusión. La propuesta suena tan tentadora como sospechosa, pero lo interesante es que, por una vez, la ciencia no la descarta de inmediato.
La idea gira en torno a una reacción conocida desde hace tiempo: si se bombardea el isótopo 198 del mercurio con neutrones de alta energía, se puede producir 197Hg, que no es estable. Este 197Hg sufre un proceso llamado captura electrónica, en el que uno de sus electrones internos es absorbido por el núcleo. Ese proceso convierte un protón en un neutrón, cambiando el átomo de mercurio (80 protones) en un átomo de oro (79 protones), específicamente oro-197, el único isótopo estable del oro. Esto no es una hipótesis loca de YouTube, sino una reacción real, conocida y documentada. El problema es que hace falta una fuente potente de neutrones, cosa que, hasta ahora, solo podía conseguirse con aceleradores o reactores nucleares. Muy caro, muy ineficiente. Nada rentable.
Aquí entra el factor novedoso: Marathon Fusion propone usar los neutrones de 14 MeV generados por la fusión de deuterio y tritio en un reactor tipo tokamak. Estos neutrones, según los autores, tendrían la energía perfecta para desencadenar la transmutación mediante reacciones (n,2n), que consisten en un tipo de interacción nuclear donde un neutrón de alta energía impacta en el núcleo de un átomo y provoca la expulsión de dos neutrones. Este proceso no solo permite transformar el mercurio en oro, sino que además genera más neutrones de los que consume, algo valioso para mantener el ciclo de producción de combustible en el reactor. Y no solo eso: los neutrones usados para producir oro también servirían para generar tritio y sostener el ciclo de combustible del reactor. Oro y combustible a la vez. Una ganga nuclear.
El artículo técnico que presentan detalla simulaciones realizadas con el código OpenMC. En ellas, diseñan un sistema de doble manto: una capa interna que contiene una aleación de mercurio enriquecido en 198Hg y litio-6, y una capa externa convencional con sales de fluoruro o plomo-litio. El objetivo es maximizar la producción de oro sin comprometer el equilibrio de tritio. En su configuración óptima, un reactor de 1500 MWt podría generar hasta 3 toneladas de oro al año. Sí, toneladas. A precios actuales, eso equivale a más de 150 millones de dólares anuales.
¿El oro resultante es seguro? Bueno… no del todo. En los primeros años, conserva residuos de isótopos radiactivos como el 195Au. La actividad baja por debajo del límite legal para residuos radiactivos tras unos 14 años de almacenamiento. Para estar más tranquilos, proponen esperar hasta 18 años, momento en que su actividad sería inferior incluso a la de un plátano. Literalmente. ¡El oro menos radiactivo que una banana!
Eso sí, aún no hay ningún experimento real. Todo está basado en simulaciones por ordenador. Los retos técnicos son gigantes: separación isotópica de mercurio, materiales que resistan la corrosión y temperaturas del reactor, y sistemas para recolectar el oro generado en la mezcla. Pero los autores alegan que todo está dentro del dominio de lo posible y que incluso hay métodos baratos para separar 198Hg por fotoselección o centrifugado.
Además, presentan un argumento económico potente: si una planta de fusión puede generar ingresos por oro comparables o incluso superiores a los obtenidos por vender electricidad, eso podría cambiar por completo la ecuación de rentabilidad de la fusión nuclear. Es decir, si antes la fusión era cara y lenta, ahora podría ser cara, lenta… pero con beneficios en lingotes.
Por supuesto, todo esto se sostiene sobre el aire de las simulaciones y la fe en que la fusión comercial está a la vuelta de la esquina. Pero, para ser justos, el planteamiento es riguroso y los datos técnicos, bien desarrollados. No hay mágia ni conspiraciones, solo física nuclear aplicada con ambición y una pizca de nostalgia alquímica.
Así que, ¿puede una empresa convertir mercurio en oro? En teoría, sí. ¿Lo están haciendo ya? No. ¿Es un disparate? No exactamente. ¿Es ciencia? Sorprendentemente, sí. Pero como diría cualquier alquimista del siglo XXI: no basta con convertir mercurio en oro, hay que lograr venderlo,… y sin que la nueva abundancia abarate los precios.
Eroton
5/08/25 11:58
Una noticia, hablando en román paladino, «cojonuda». A ver si con el acicate de «hacerse de oro» se acaba con aquello de «la energía de fusión siempre está a 50 años de hacerse realidad».
Que sí, que luego estará el problema de la devaluación de dicho elemento, con el subsiguiente ajuste que deberán hacer todas esas economías que aún se basan en el «Patrón oro» y similares; pero eso ya se lo dejaré a mis bisnietos que ahora estarán más cerca de disfrutar de una energía, si no más barata, sí mucho más limpia.
Gracias por el artículo.