Alergia a la carne roja inducida por garrapatas. ¿Una patología programada?

La alfa-gal es un azúcar galactosa unido a alfa 1-3 galactosa, que se encuentra de forma natural en la carne de mamíferos pero no en humanos. Algunas personas, luego de ser picadas por ciertas garrapatas, desarrollan una alergia mediada por IgE a este azúcar, que causa una reacción alérgica retardada al consumir carne roja.

El mecanismo involucra una reacción cruzada entre antígenos similares presentes en la saliva de la garrapata y la proteína alfa-gal. Cuando la persona vuelve a ingerir carne roja, su sistema inmune reconoce la alfa-gal como un alérgeno y libera histamina y otros mediadores que causan urticaria, angioedema, náuseas, vómitos o anafilaxia entre 3 a 6 horas después de la ingesta.

Los síntomas son variados e incluyen urticaria, inflamación de tejidos, dificultad respiratoria, dolor abdominal, vómitos, diarrea y en casos graves, anafilaxia. El único tratamiento es evitar por completo el consumo de mamíferos.

Las principales especies de garrapatas que se han asociado con esta alergia son la garrapata de la estrella solitaria (Amblyomma americanum) en Estados Unidos y la garrapata de los bosques (Ixodes ricinus) en Europa. Se cree que esta alergia se está expandiendo geográficamente junto con las garrapatas portadoras.

No existen estadísticas globales de casos reportados, pero se estima que va desde unos pocos miles en EEUU hasta decenas de miles en Europa. Probablemente haya muchos más casos no diagnosticados.

Actualmente no existe un tratamiento curativo, solo evitar la ingesta de mamíferos. Algunos pacientes pueden volver a tolerar pequeñas cantidades o carne de cerdo/cordero si evitan nuevas picaduras. Otros permanecen sensibles de por vida.

Los primeros casos fueron descritos en la literatura médica entre 2007-2009 en Estados Unidos. Pero es posible que existieran antes no diagnosticados correctamente. El reconocimiento reciente se debe a mayor conciencia y mejor diagnóstico de estas reacciones alérgicas retardadas.

Existe la posibilidad de que esta alergia sea un fenómeno nuevo y emergente, debido a factores como cambios en las poblaciones de garrapatas por el calentamiento global o mutaciones genéticas en los propios ácaros.

Sin embargo, también es posible que no sea completamente nueva sino que está siendo reconocida ahora gracias a mejor diagnóstico y vigilancia epidemiológica. Probablemente se trate de una combinación de ambos factores.

Es altamente improbable que esta alergia a la carne roja inducida por garrapatas sea el resultado de una modificación genética hecha por humanos, por los motivos siguientes:

• • • No existen evidencias ni reportes de que se hayan realizado experimentos genéticos en garrapatas con el propósito de desarrollar este tipo de reacción alérgica a la carne.
    • Las técnicas de edición genética como CRISPR son demasiado recientes como para haber sido aplicadas a garrapatas hace ya más de una década cuando surgieron los primeros casos.
    • No se ha identificado ningún gen específico o mecanismo genético simple que pueda explicar el desarrollo de este tipo de alergia mediada por alfa-gal. Parece ser un proceso complejo que involucra múltiples factores.
    • Las garrapatas tienen ciclos de vida largos y reproducción lenta, lo que dificulta en gran medida realizar experimentos controlados de modificación genética o crear «cepas» alternativas.

También es muy poco probable que llegue a afectar a toda la población mundial, ya que requeriría que las garrapatas portadoras expandan masivamente su hábitat, incluso a regiones donde actualmente no podrían sobrevivir. Además, factores genéticos y dietarios limitarían la expresión global de la alergia.

Como conclusión, me atrevería a decir que pese a que el Dr. Matthew Liao, miembro del equipo de bioética del Foro Económico Mundial, ya propuso en 2016 la modificación genética de los seres humanos para introducirles intolerancia a la carne roja, la aparición de estas reacciones de intolerancia alimenticia no están creadas en laboratorio. Ahora bien, la presión que organizaciones y fundaciones no gubernamentales están realizando sobre la producción y consumo de carne no descartemos que puedan realizar proposiciones muy osadas en un futuro próximo. Para estos organismos, el consumo de carne no es sostenible y es muy contaminante (lo que también es cierto). Por si acaso, vayamos acostumbrándonos al tofu y la quinoa, porque nos vamos a hinchar.