Primeros ingresados en UCI tras la zombi-manifestación del 16A

Olafson dijo:

Huffington post tiene la misma credibilidad que cualquiera de esa red de Soros. El Ginecólogo que ha anunciado el fake es un progre vinculado a la sexcta.

¡Ese es el problema, leñe! Si, por acogerme sólo a este ejemplo, el hecho de que a alguien se le pueda calificar de «progre» y/o vincularlo con uno u otro medio de comunicación que tenga tal o cual «línea editorial» ya es suficiente y sobrado (para unos) como para tacharlo de (lo que sea): Embustero; Falsario a sueldo; Conspirador; Chavista Bolivariano que sólo quiere la miseria para el pueblo; Golpista Bolchevique; Filoetarra o directamente Etarra; Antipatriota; Antiespañol y Aspirante a destruir España; Monstruo Desalmado; Supervillano Perverso y/o Galactus Devorador de Mundos… ¿Cómo no vamos a estar siempre más peleados que dialogantes?

En mi familia siempre se ha rememorado cierta anécdota: De mis dos abuelos (E.P.D. ya ambos desde hace mucho) uno estuvo con la «Legión Cóndor» de los alemanes durante la guerra civil. El otro se exilió a Francia, donde vivió y trabajó durante no menos (o no se cuánto más) de 20 años… Reencontrados ya más adelante (¡ya como consuegros!) el de derechas le tendió la mano al otro, diciendo: «Lo siento. Hemos sido enemigos». A lo que mi otro abuelo (de izquierdas, y si acaso más leído) le respondió: «Enemigos no. En todo caso adversarios».

Me digo yo: ¡Qué bonito si ese fuera el espíritu a partir de entonces!

Pero no.

Y a todo esto: ¿Qué tiene todo eso que ver con el hecho de que nos haya caído encima un virus lo bastante capaz de causar estragos trágicos y catastróficos, y con lo de intentar hacer lo posible para combatirlo?

Pues eso: Que resulta que la incidencia ¡o incluso la mismísima existencia (o no)! del virus éste va a depender de desde dónde te lo digan, o de si estás o no conforme con que esto haya ido a caer con un gobierno al que tú particularmente no has votado, o si te da por creerte cualquier alternativa «rebelde» que te suene guay (aún sin mayor «contrastabilidad»).

Realidad virtual a gusto de cada cual (¡Yo también me la pido!). Y a ignorar lo que se da realmente y lo que tendría que ser realmente preocupante para todos por igual.

Y, al final, «La Máscara de la Muerte Roja» de Poe… Que la cité en un comentario tonto de la noche anterior (sin mayor intención de que nadie le hiciera caso, como así ha sido) pero que ahora me da por volverlo a citar:

Para quien no conozca el relato, así a grandes rasgos, va de que cierta cantidad de «pudientes y privilegiados», al amparo de un tal Príncipe Próspero, se aíslan de una epidemia en un castillo. Organizan fiestas y bailes, creyéndose a salvo de la plaga. Pero al final la plaga les alcanza igual. Digo yo que porque la enfermedad «estaba ahí», por más que ellos se pretendieran aislados y a salvo de ésta.

Pero bueno: ¡Seguro que la moraleja puede variar en función de la ideología! Seguro que no faltará quien asocie lo de la «Muerte Roja» con la supuesta perversidad de un gobierno de tintes presuntamente bolcheviques, antes que con una peste o epidemia cualquiera de naturaleza literalmente vírica. (Que debería ser aquella de la que preocuparnos de verdad ahora mismo).

Doc Halliday dijo:

Te has dejado «el ángel exterminador» de Buñuel.

¡Huy! Pues a esa peli no se yo si le veo tan clara la metáfora o el paralelismo para con el tema este… Aunque tengo que reconocer que la recuerdo apenas muy por encima. Será, si usted lo dice.

En otro hilo recién abierto (creo que @ffg si no me equivoco así de memoria) considera oportuno mencionar la derrota de los tan invencibles y acogotantes marcianos al final de «La Guerra de los Mundos» de H.G. Wells, precisamente por un simple virus o microorganismo.

Seguro que referencias literarias o cinematográficas podemos encontrar a patadas como para hacerlas venir bien aquí: A mí se me antojó especialmente adecuado para el caso el relato de la «Muerte Roja» de Poe… Pero como nos diera por picarnos y acabar montando alguna especie de «competición» sobre eso… ¡Uf! ¡A saber hasta dónde alcanzaba!