En septiembre de 2024, la empresa REMspace, una startup especializada en neurotecnología, realizó un experimento que captó la atención de medios y entusiastas del mundo de los sueños. El 24 de ese mes, dos personas lograron lo que REMspace describió como una comunicación directa a través de sus sueños lúcidos. Los participantes fueron inducidos al estado de sueño REM, donde la mayoría de los sueños ocurren, utilizando un equipo especial que monitoreaba sus ondas cerebrales y les permitía entrar en un estado de consciencia dentro de sus sueños.
El procedimiento consistió en que uno de los sujetos recibiera un mensaje a través de un dispositivo que emitía el mensaje en un lenguaje inventado llamado «Remmyo». Este mensaje fue integrado en el sueño del primer participante y, tras alcanzar el estado de sueño lúcido, fue almacenado mentalmente. Posteriormente, el segundo participante, también inducido a soñar lúcido, recibió el mismo mensaje y pudo recordarlo tras despertar. REMspace afirmó que este proceso fue repetido con otro par de participantes, obteniendo los mismos resultados.
Aunque las implicaciones de este experimento son fascinantes y podrían abrir nuevas fronteras en la investigación sobre los sueños y la neurociencia, también ha suscitado escepticismo. La empresa, liderada por Michael Raduga, no ha revelado detalles importantes sobre el equipo utilizado ni sobre los métodos específicos empleados para medir y asegurar la comunicación entre los soñadores.
La falta de revisión por pares es una de las principales críticas a este experimento. En la comunidad científica, los descubrimientos relevantes y revolucionarios requieren que otros expertos evalúen los procedimientos y resultados antes de ser aceptados como válidos. Hasta la fecha, el estudio de REMspace no ha pasado por este proceso, lo que ha levantado dudas sobre su veracidad y reproducibilidad. Además, la falta de información detallada sobre los mecanismos exactos de la comunicación y sobre cómo lograron sincronizar los sueños añade una capa de incertidumbre.
Por otra parte, varios expertos en neurociencia y sueño han señalado que la idea de que dos personas puedan «comunicarse» dentro de sus sueños, aunque fascinante, requiere de mucha más evidencia para ser tomada en serio. Aunque el estado de sueño lúcido es un fenómeno bien documentado y ampliamente estudiado, las capacidades cognitivas dentro de ese estado aún son limitadas. Las críticas señalan que sin un monitoreo externo más exhaustivo y verificable, los resultados de REMspace no se pueden considerar definitivos.
Otro punto de escepticismo proviene del hecho de que Raduga y su empresa han sido conocidos por explorar ideas radicales y no convencionales en el campo de la neurotecnología, lo que a veces ha generado controversias. Por ejemplo, Raduga ha experimentado anteriormente con implantes cerebrales para controlar sus propios sueños, lo que ha llevado a algunos científicos a considerar su enfoque como más experimental que riguroso.
La idea de que es posible comunicarse dentro de los sueños sigue siendo más especulación que realidad. La promesa de este tipo de tecnología, sin embargo, es innegable, y si las afirmaciones de REMspace se confirman en el futuro, podría cambiar nuestra comprensión no solo de los sueños, sino también de las formas en las que los humanos pueden interactuar mientras duermen.
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