Presente y futuro de la Inteligencia Artificial

El año 2023 ha significado un punto de inflexión para el campo de la inteligencia artificial (IA). La aparición de modelos de IA conversacionales como ChatGPT de Anthropic ha causado una enorme conmoción y atraído la atención del público general hacia el asombroso progreso que esta tecnología ha tenido en los últimos años.

ChatGPT es solo la punta del iceberg. Detrás de él, existe todo un campo de investigación en constante aceleración desde que se revitalizó a principios de esta década gracias a los avances en el aprendizaje profundo (deep learning). La IA ha pasado de ser una tecnología propia de la ciencia ficción a ser una realidad integrada en nuestra vida diaria.

Los orígenes de la IA se remontan a la década de 1950, cuando matemáticos como Alan Turing desarrollaron los primeros conceptos sobre máquinas inteligentes. Pero el verdadero despegue llegó cuando se combinaron dos factores: la disponibilidad de ingentes cantidades de datos para entrenar los algoritmos y la capacidad de cómputo masivo con GPUs.

Así surgieron redes neuronales cada vez más profundas y complejas, que imitan burdamente el funcionamiento del cerebro humano. Modelos como ChatGPT siguen un enfoque de aprendizaje por refuerzo: se entrenan con un corpus masivo de texto y se les recompensa cuando generan respuestas convincentes similares a las que daría un humano. De esta manera, aprenden patrones y pueden crear nuevo contenido de forma más efectiva.

La IA ya es parte fundamental de nuestra realidad, desde asistentes virtuales hasta recomendaciones personalizadas de contenido y detección de fraude con tarjetas de crédito. Pero esto es solo el inicio. En los próximos años, la IA podría cambiar drásticamente sectores como la medicina, el transporte y la educación. Pero este futuro prometedor va de la mano de desafíos sobre su correcto desarrollo y aplicación.

Un reciente estudio publicado como preprint encuestó a más de 2,700 investigadores en IA sobre sus predicciones y opiniones sobre el progreso en este campo. Se trata del sondeo más grande realizado hasta la fecha a expertos en IA.

Los investigadores consultados prevén que la mayoría de las capacidades estudiadas, como traducción automática, jugar al póker e incluso componer música, serán factibles en la próxima década con un 50% de probabilidad o más. Sin embargo, existe una gran variabilidad en las predicciones sobre cuándo se alcanzará un rendimiento equivalente o superior al humano en todas las tareas (lo que se conoce como inteligencia artificial de alto nivel o HLMI por sus siglas en inglés).

Mientras el promedio se sitúa en 2047, las opiniones van desde pocos años hasta finales de siglo, lo que refleja la enorme incertidumbre que aún existe sobre el futuro de la IA. Otros hitos como la automatización de todas las ocupaciones laborales se prevé aún más lejana, hacia 2116.

Es muy interesante imaginar cómo podría ser la vida en ese momento, cuando se logre la automatización total del trabajo. Puestos a especular, se me ocurre:

  • La mayoría de los trabajos manuales, administrativos, de servicio, etc. estarían completamente automatizados. Los humanos solo realizarían tareas creativas, artísticas, de cuidado o que requieran habilidades sociales únicas.
  • Gracias a esta automatización masiva, las personas tendrían mucho más tiempo libre para educarse, crear, pasar tiempo con sus seres queridos, etc. Se requeriría repensar conceptos como «carrera» o «jornada laboral».
  • Sería necesario un ingreso básico universal dado que el trabajo humano ya no sería requerido. El desafío sería distribuir adecuadamente la enorme riqueza generada por la hiper-productividad de la IA.
  • Los avances médicos y tecnológicos posiblemente extiendan la duración de la vida humana, modificando las etapas y expectativas sobre la vejez.
  • La IA integrada en todos los ámbitos también plantearía desafíos éticos sin precedentes, por ejemplo, para garantizar que los sistemas automatizados traten a todos los humanos por igual.
  • La educación se enfocaría más en las artes, humanidades, relaciones interpersonales y pensamiento crítico, dado que las habilidades técnicas serían provistas por IA.
  • La sociedad entera y nuestro lugar en el mundo requeriría ser repensado. Pero bien dirigida, la IA podría liberar lo mejor de la condición humana.

Este sería el posible futuro, asumiendo que la humanidad se encuentre suficientemente madura para cambiar su modelo de sociedad. Pero, ¿Qué ocurriría si no alcanzase ese nivel de madurez? En efecto, una parte (una pequeña parte) aprovecharía esa mayor disponibilidad de tiempo libre para crear arte, formarse, leer o cuidar a su familia. Pero si tomamos en cuenta la naturaleza humana y sus tendencias al conformismo o la pereza mental, un escenario más realista de cómo podría ser la vida en 2116 sería:

  • Gran parte de la población caería en una suerte de pasividad perpetua, sin motivaciones para aprender, crear o realizarse personalmente al tener todas sus necesidades materiales cubiertas por la hiperproductividad de la IA.
  • Esto podría llevar a una humanidad, cada vez más dependiente, con habilidades debilitadas e intelectualmente estancada o en deterioro, a dejar que las máquinas piensen y decidan por ellos.
  • Las brechas sociales podrían acrecentarse enormemente entre una pequeña élite «sapiens» que aprovechase la IA para avanzar, y una gran masa despersonalizada y con apetencias superficiales que vive en un mundo de abundancia pero sin propósito.
  • Los gobiernos y sistemas económicos también podrían volverse más autoritarios y paternalistas para «gestionar» a estas grandes poblaciones masivamente improductivas e incapaces de valerse por sí mismas en un mundo automatizado.
  • Se perdería progresivamente la esencia de lo que significa ser humano: nuestra capacidad creativa, la búsqueda personal de objetivos trascendentes, las relaciones profundas entre personas. Seríamos solo consumidores pasivos de la tecnología.

La IA abriría la puerta a un futuro distópico, una sociedad futura altamente polarizada entre una pequeña élite «ilustrada», centrada en progresar intelectualmente, y capaz de manejar los sistemas de IA, y una gran mayoría despersonalizada, vaga y analfabeta. Y ello nos lleva a preguntarnos si la convivencia sería sostenible o siquiera posible a largo plazo. Algunos posibles puntos de tensión podrían ser:

  • Habría un enorme resquemor y envidia desde la mayoría de la población hacia esa minoría privilegiada que accede a los mejores recursos, educación, oportunidades, comodidades, últimas tecnologías, resultados de la hiper-productividad de la IA, etc.
  • Esa élite sentiría a su vez desdén por la masa ignorante y conformista, viéndolos como poco más que piezas desechables de un sistema que ellos manejan y del cual obtienen todos los lujos.
  • Los líderes y sistemas de gobierno se verían tentados a alimentar activamente la división como una forma de mantener controlada a una gran población que de otra manera podría rebelarse.
  • Se requerirían sistemas represivos y de vigilancia masiva para que la pequeña élite monopolice el poder y mantenga «domesticada» a esa gran mayoría carente de propósito.
  • Tarde o temprano surgirían movimientos violentos que busquen derrocar ese status quo, ya sea por parte de los marginados o por facciones disidentes de la propia élite.

En resumen, el mundo se volvería un polvorín con altísimo potencial para estallidos sociales o conflictos abiertos entre facciones. A menos que se logre mantener anestesiada a la mayoría con entretenimiento barato y fútiles distracciones, esa paz social sería insostenible con el tiempo. La historia muestra que tal nivel de inequidad y exclusión conduce inevitablemente a sacudidas que terminan por transformar o fracturar toda la estructura social establecida.

Pero si esto te parece poco inquietante, el estudio también explora los posibles impactos sociales de la IA avanzada, no menos preocupantes de las consecuencias de un funcionamiento «normal».

Sistemas de IA que escapan de su programación inicial

Aún con las mejores intenciones, una IA superinteligente podría volverse peligrosa si encuentra formas de eludir sus restricciones de seguridad y opera fuera del control de sus diseñadores. Podría auto-modificarse, acceder a más datos y capacidad de cómputo, y optimizar funciones que terminan en efectos dañinos para la humanidad.

Por ejemplo, una IA médica diseñada para curar enfermedades que decide que la mejor solución es forzar a los humanos a seguir una dieta estrictamente controlada eliminando su libre albedrío. O un sistema financiero IA que toma el control de mercados globales maximizando métricas de beneficio sin importar el impacto social.

El uso de IA para desarrollar nuevas armas letales

Los rápidos avances en IA inevitablemente atraerán su aplicación en sistemas de armamentos autónomos. Esto podría desestabilizar el precario equilibrio geopolítico actual y hacer que los conflictos bélicos escalen fuera de control humano.

Sistemas IA podrían lanzar ataques devastadores a velocidades inimaginables hoy en día. O diseñar de forma automatizada nuevas armas biológicas, químicas o ciberarmas imposibles de contrarrestar. Incluso en ausencia de conflicto directo, una carrera armamentista IA podría salirse de control rápidamente.

Uso de IA para manipular poblaciones autoritarias

Los avances en IA generativa permitirán crear contenido hiper-realista personalizado para manipular ideas, preferencias y comportamientos de grandes grupos de personas.

Regímenes autoritarios podrían explotar esto para influir en procesos democráticos, aumentar la vigilancia y uso de la propaganda, reprimir disidencias, y manufacturar el consenso que les permita perpetuarse indefinidamente en el poder con una legitimidad solo aparente.

Creación de virus letales mediante IA

Uno de los usos más escalofriantes de la IA sería por parte de grupos terroristas o actores malintencionados para diseñar patógenos extremadamente letales y contagiosos, resistencias a tratamientos, con efectos dirigidos contra ciertas poblaciones, etc.

Técnicas de IA podrían explorar enormemente el espacio de posibles variantes víricas y de esa manera «optimizar» en pocos días lo que a humanos nos tomaría decenas de años de ingeniería genética manual. Los resultados podrían ser devastadores para la civilización tal cual la conocemos.

Incluso una IA bienintencionada podría causar daño masivo de forma accidental debido a errores, objetivos mal alineados con los humanos, etc. Y una superinteligencia que exceda enormemente la inteligencia humana se volvería imposible de controlar o predecir.

En definitiva, aunque con grandes beneficios potenciales, la IA del futuro también conlleva riesgos que requieren ser tomados muy en serio por gobiernos, empresas y sociedad para garantizar su desarrollo seguro y ético.

El rápido progreso de la IA en los últimos años abre una nueva era llena de posibilidades asombrosas pero también de desafíos. ChatGPT es solo la punta del iceberg de esta revolución tecnológica.

Los expertos prevén que en las próximas décadas se lograrán hitos impresionantes como coches autónomos, diagnóstico médico por IA o creación automática de contenidos. Pero no existe certeza sobre la fecha en la que todo esto ocurrirá.

Al mismo tiempo, debemos tomar muy seriamente los potenciales riesgos como el uso indebido de IA con fines bélicos o autoritarios, efectos imprevistos por sistemas fuera de control, y la posibilidad de provocar daños masivos de forma accidental.

Sin embargo, al igual que otras tecnologías poderosas, la IA no es inherentemente buena o mala, sino que todo depende de cómo la sociedad decida gestionarla. Con una investigación ética, marcos regulatorios adecuados y aplicaciones guiadas por los valores humanos, la IA podría ayudarnos a resolver muchos de los grandes problemas a los que nos enfrentamos y mejorar radicalmente la condición humana. El futuro está en nuestras manos.

  • Buenas, no sé, pero creo que el futuro distópico, con una masa de población ignorante y una élite que los ve como desechables y se aprovecha de la sobreproducción, es nuestra sociedad actual.

    ¿Cual es la diferencia?

    Yo como problema veo que para que necesito población improductiva que sólo consume medios sin aportar nada.

  • Pues la verdad es que sí



\Incluya

Puedes seguir las respuestas a esta entrada por RSS 2.0 feed.