La puerta al infierno se está abriendo

Un enorme cráter conocido como «la puerta al infierno» se expande de forma misteriosa en el permafrost de Siberia, desconcertando a científicos y lugareños.

En las remotas e inhóspitas tierras de la república de Sajá en Siberia Oriental, Rusia, se encuentra un enigmático cráter que continúa expandiéndose de forma alarmante.

Conocido como el Cráter de Batagaika, se trata de una gigantesca oquedad circular de más de 200 metros de diámetro y 100 metros de profundidad, ubicada en la zona de permafrost o suelo permanentemente congelado.

Este cráter fue descubierto por casualidad en el año 2014, pero se cree que su formación inicial se remonta a décadas atrás. Desde su hallazgo, este agujero en la tierra no ha dejado de crecer de 10 a 15 metros por año, tragándose el bosque circundante.

Por su enorme tamaño y sus paredes irregulares que se asemejan a las cavernas del inframundo, el cráter de Batagaika es apodado localmente como “la puerta al infierno”. Pero lejos de explicaciones místicas, su formación responde a complejos procesos naturales ligados al deshielo del permafrost, cuya comprensión se ha vuelto una prioridad científica.

 

 

La aparición de este tipo de cráteres se debe al calentamiento global, que está derritiendo las capas superficiales del permafrost en las regiones árticas. Esto libera grandes cantidades de metano y otros gases atrapados bajo tierra por miles de años, creando enormes cavidades inestables que hacen colapsar el terreno.

Según los científicos, la rápida expansión del Cráter de Batagaika se debe probablemente a la confluencia de varias de estas cavidades subterráneas en el permafrost. La fusión constante de las paredes del cráter las une en una gigantesca oquedad.

Lo extraordinario de este cráter siberiano es que su tasa de crecimiento, de aproximadamente 10 a 15 metros por año, es bastante más acelerada que la de otros cráteres similares estudiados en la región. Esto genera gran preocupación no solo por su impacto ambiental sino por la seguridad de las poblaciones cercanas.

El escape repentino a la superficie de enormes cantidades de metano y la desestabilización del suelo representan un peligro tanto para los ecosistemas de la tundra como para el desarrollo de actividades humanas en las inmediaciones del cráter. Este fenómeno es una muestra evidente de los profundos impactos que el cambio climático ya está teniendo en las vulnerables regiones de permafrost.

Más allá de las explicaciones científicas, el cráter de Batagaika ha dado pie a toda clase de teorías que resaltan su aura de misterio. Algunos lugareños afirman haber escuchado extraños sonidos, como gemidos o susurros, provenientes de su interior.

Otras leyendas locales advierten que se trata de una puerta de acceso al inframundo, de donde emanan los lamentos de las almas en pena atrapadas en el purgatorio. Incluso hay quienes creen que podría ser una puerta de entrada a una base militar secreta o refugio subterráneo construido en la época soviética.

Algunos científicos más escépticos sugieren que los sonidos podrían tener un origen telúrico, asociado al escape de los gases comprimidos del subsuelo. Otros expertos apuntan a la posibilidad de que bajo el cráter exista un lago subglacial, cuyos fluidos y movimientos internos podrían provocar los extraños ruidos.

Lo cierto es que el inusual ritmo de crecimiento de este cráter y los fenómenos reportados en su entorno han desatado imaginaciones tanto de la comunidad científica como de la población local, que aún esperan respuestas definitivas sobre este oscuro agujero en pleno corazón de Siberia.

Más allá de mitos y especulaciones, la realidad es que el cráter de Batagaika representa una manifestación concreta de los profundos impactos del cambio climático en regiones vulnerables como el Ártico.

Este fenómeno extraordinario constituye un desafío urgente para la ciencia, no solo para entender sus causas sino también para encontrar soluciones que frenen su acelerada expansión y mitiguen sus efectos ambientales adversos.

El futuro del cráter, apodado como «la puerta al infierno», es todavía incierto. Pero sin duda alguna, la respuesta a los misterios que aún esconde en sus profundidades ayudará a guiar políticas y acciones para la conservación y protección del delicado ecosistema del permafrost siberiano.

  • Con un hijo de putin como el sátrapa de todas las Rusias no veo yo muy claro que se invierta un solo rublo en buscar soluciones, máxime cuando, aunque es conocida la causa, el calvo kbron y sus lamenalgas están posicionados entre los negacionistas del calentamiento global.
    Más allá, jefe, del desastre ambiental local, el deshielo del permafrost nos enfrenta a una amenaza que podría ser devastadora; la eclosión de microorganismos potencialmente peligrosos con los que la humanidad no ha tenido contacto y de los que un número indeterminado podrían causar epidemias e incluso pandemias con el consiguiente daño no solo a la salud física sino también a la económica.
    Da igual, continuaremos siguiendo como borregos a los profetas negacionistas.

  • Corrección:
    No se tan abriendo las puertas del infierno, las estamos abriendo nosotros mismos.

  • Quizás no hayas oído hablar de los ciclos de Milankovitch, o seas de los que intentan negar los con gráficos de co2. Los mismos gráficos que desmienten como causa el aumento de la temperatura al co2 ya que es la temperatura siempre la que precede ese aumento.

    Deberías de leer la novela dioses americanos de Neil Gaiman, quizás así te dieras cuenta de la transferencia de dioses que ha sufrido occidente en el siglo XX y de la que tu eres víctima.
    O simplemente vivir lo suficiente como para que se te quede la misma cara a cuando fuiste a hacer la selectividad. Esa no me la pierdo.

  • Los ciclos de Milankovitch no justifican el actual cambio climático, lo siento, tienen más de un siglo, explican el comienzo y final de eras glaciales ni se plantean el efecto invernadero y ni tienen en cuenta las consecuencias de la acción humana en dicho calentamiento que, en su época, ni se planteaba.
    A Gaiman le tengo más que leído, su American gods no es ni de lejos lo mejor de su producción. En cuanto a transferencia de dioses de occidente, pffff… Como si me hablas de transferencia de jirafas bicefalas, valiente chorrada.



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