¿Un Sahara tropical? Cómo el cambio climático podría reverdecer al desierto y alterar el futuro de otras regiones
Un Sahara que reciba lluvias constantes es una posibilidad que hoy está en el radar de los expertos. Recientes episodios de fuertes lluvias en Marruecos han formado lagos efímeros en medio del desierto, un fenómeno que antes parecía impensable en uno de los climas más áridos del mundo. De continuar esta tendencia, el Sahara podría ver una transformación que modificaría no solo su ecosistema, sino también la economía y sociedad de las naciones que lo abarcan.
La tropicalización del Sahara implicaría un flujo continuo de lluvias, lo cual, paradójicamente, podría traer consigo efectos no deseados en otras partes del planeta. Cuando una región desértica recibe precipitaciones por encima de lo habitual, otras zonas semiáridas, como el Sahel y el Mediterráneo, corren el riesgo de volverse más secas. Estos cambios pueden ser provocados por una redistribución de la humedad global, ya que las corrientes atmosféricas transportarían más agua hacia la región del Sahara en lugar de a otras áreas. Así, aunque algunos lugares podrían florecer con una nueva riqueza agrícola, otros se enfrentarían a una creciente desertificación.
Las implicaciones económicas para los países del Sahara serían enormes. Con lluvias regulares, estos países podrían ver aumentos significativos en la agricultura y ganadería, e incluso atraer turismo hacia las nuevas áreas verdes que surgirían. Todo esto significaría nuevas oportunidades de empleo y crecimiento, y podría disminuir las tasas de migración que hoy en día se generan por la falta de recursos y de tierras cultivables.
Sin embargo, en las zonas que perderían humedad, el panorama sería distinto. Las migraciones de personas afectadas por la desertificación, sobre todo en el Mediterráneo y Centroamérica, podrían aumentar y tensionar las economías de sus regiones. Las áreas del suroeste de Estados Unidos y partes de Centroamérica también estarían en riesgo, donde incluso una ligera disminución de lluvias podría afectar seriamente la agricultura y el acceso al agua.
Para algunas economías del norte de África, un Sahara verdeado sería una bendición inesperada; pero para muchas otras regiones, los cambios abruptos de clima podrían generar desafíos sin precedentes. El futuro podría plantear la necesidad de políticas innovadoras, no solo para las áreas que se beneficien de esta nueva humedad, sino también para las que afronten una mayor escasez de agua y terrenos fértiles.
MaGaO
14/11/24 15:08
También podría reducir el aporte de materia a la Amazonia.