La prueba de la tina

 

Aun a estas alturas, hay gente que mantiene creencias absurdas, como esta que os traigo hoy.

 

Para muchos, los celos son algo típicamente masculino, pero la verdad es que ese sentimiento no tiene género. Las mujeres también son celosas, y mucho.

 

Mirad por ejemplo este vídeo:

 

 

Por un momento se me pasó por la cabeza la idea de grabar un vídeo para demostrar que esto es falso, pero luego pensé que el blog ya había perdido bastantes visitas y no era necesario que bajase más.

 

En una eyaculación, la gran mayoría del líquido que se excreta no proviene de los testículos, sino de las vesículas seminales (70%-90%). Estas glándulas son unos saquitos que están encima de la próstata. Recordemos que la próstata, es esa maldita glándula que periódicamente el urólogo se empeña en tocar.

 

En la eyaculación los testículos proporcionan los espermatozoides, que se almacenan en el epidídimo. El epidídimo es otros saquito, que se encuentra en la parte superior del testículo. Pero el volumen total que aportan a la eyaculación es mínimo.

 

Por lo tanto, y desde un punto de vista de pura física, la variación de densidad de un testículo antes y después de la eyaculación es despreciable. Esto es propenso a hacer chistes, pero me voy a contener. Es decir, la flotabilidad del testículo no varía significativamente por el hecho de eyacular.

 

Además la medición nunca puede realizarse de una manera objetiva. Si le cortase los testículos para comprobar su flotabilidad, podría considerarse como un método científico. Aunque no creo que a eso se preste el marido con tanta resignación como en el vídeo de arriba. En la medida de que los testículos están unidos al cuerpo por el escroto, la medición nunca podrá considerarse para alcanzar una conclusión fiable.

 

  • A mí mi ex me olía el escroto cuando volvía a casa por si la estaba engañando. Cosas de la vida

  • Eso será violencia feminista?



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