La amenaza del asteroide Bennu
NASA convocó ayer una rueda de prensa para comunicar una información importante. Finalmente, esa información resultó ser una estimación mejorada de la trayectoria del asteroide Bennu, que incrementa sustancialmente las probabilidades de impacto con nuestro planeta.
Aun con la nueva estimación, esta probabilidad sigue siendo baja, un 0,037%. Además, la primera aproximación peligrosa ocurrirá en septiembre del 2135. No sé ustedes, pero yo no pienso mantener el blog para esa fecha.
En esta nueva estimación de la trayectoria, NASA se ha apoyado en la información recopilada por la nave Osiris-Rex, durante el tiempo que ha estado orbitando al asteroide, y del que ha tomado una muestra, que no llegará a nuestras manos hasta el 2023, después de que la nave haya pasado 7 años en el espacio.
Como decía, la primera aproximación peligrosa del asteroide será en 2135. Pasará a menor distancia de la que está la Luna. Con tanto tiempo por delante, es complicado determinar con precisión el punto exacto por el que pasará el asteroide. La radiación térmica (efecto Yarkovsky) o el efecto del viento solar producen pequeños desplazamientos que a lo largo del tiempo pueden convertirse en metros de diferencia. NASA ha calculado varios puntos, dentro del rango en el que puede moverse la órbita de Bennu, por los que si pasa, el efecto de la tracción gravitatoria de nuestro planeta provocaría que colisionase contra nosotros en 2182.
Pero incluso en ese caso, tampoco hay que preocuparse. Ya con la tecnología actual podríamos utilizar esos 47 años para construir un artefacto que desplace la órbita de Bennu hacia una que evite nuestro planeta. Desde ponerle un satélite que por tracción gravitacional lo mueva, hasta impactarle con una masa considerable para cambiar su órbita. El satélite tiene 500 metros de diámetro, que lo convierten en una amenaza, pero está lejos del tamaño del que exterminó a los dinosaurios, que se estima que tenía unos 11 km de diámetro.
Alexis
13/08/21 03:40
Yo, lejos de alarmismo ninguno por estas «amenazas», me alegro, me felicito y me parece estupendo que las capacidades actuales, de la Humanidad ésta nuestra, lleguen a tanto poder anticipar cualquier posible peligro de este tipo. Y además con tanto margen, como para poder confiarnos incluso a futuras posibilidades de repelerlo, antes de que nos pille demasiado por sorpresa.
¡Ya hubieran querido eso para sí los pobres dinosaurios!
Otra cosa es, sin embargo, que yo tampoco sé qué posibilidades hay de que se le escape alguno de esos pedruscos a la observación a la que somos capaces de someter, hoy en día, a nuestro espacio más inmediato.
Eso no lo sé, ya digo.
P.S:
Le apunto una errata, con toda mi mejor intención:
una masa considerable para ambiar su órbita.
¿»ambiar»?
Saludos.
tionati
23/08/21 15:57
Atención, pregunta…
Si se determinara que en 2135 impactaría un asteroide como ese con una probabilidad de un 50%,y para intentar evitarlo se debería empezar ya a destinar una importante cantidad de recursos ¿estaría dispuesta la Humanidad actual?