Karen Hudes y la élite «capensiana»
Sé que el tema que voy a tratar hoy no es nuevo, pero pertenece a ese ruido de fondo de las referencias sobre conspiraciones que ocasionalmente resurge con fuerza, y que nadie ha refutado completamente. Se trata de las declaraciones pronuncidas por Karen Hudes sobre una élite que maneja los hilos de la economía y la política global. Lo que hace especial a Karen sobre otros charlatanes que cuentan historias casi idénticas, como por ejemplo David Icke, es que ella perteneció a la plantilla del Banco Mundial como asesora legal, algo que al parecer la otorga un caché del que carece Icke, que a lo más que llegó fue a darle patadas a un balón.
El mensaje de Karen os resultará familiar. La élite está infiltrada en todos los núcleos de poder, desde el sistema financiero, dirigiendo las grandes corporaciones bancarias, hasta los medios de comunicación, controlando la información que llega a la ciudadanía, pasando incluso por el ámbito religioso. Es más, especialmente ahí. Esta élite se encuentra arraigada en el Vaticano. A estos individuos Icke los llama reptilianos, unos seres de origen extraterrestre que se muestran con apariencia humana. Karen aporta otro matiz a la misma tontería. Se trata de una raza terrestre llamada homo capensis. Unos seres de aspecto similar al humano pero con la cabeza gorda. Llevan conviviendo con nosotros desde la la ultima glaciación. Sus ciudades fueron destruidas por las inundaciones provocadas por el deshielo y decidieron aprovecharse de nosotros, una raza inferior, para que le sirviésemos sin nuestro conocimiento.
El mensaje es atractivo, y más viniendo de una antigua empleada del Banco Mundial: un organismo de Naciones Unidas destinado a la asesoría y financiación de países en vías de desarrollo. También es cierto que lo sería más si su puesto de trabajo hubiese estado en la Reserva Federal, o en el Banco Central Europeo, pero es lo que hay.
Según Karen, ambas especies, el homo sapiens (nosotros) y el homo capensis (los cabezones) somos genéticamente distintos, hasta el punto de que si se cruzasen, la especie híbrida sería estéril. Como caballos y burros, vamos. La existencia de esta especie es la razón por la que han aparecido tantos cráneos alargados y de grandes dimensiones en muchas partes del planeta.
Karen afirma al final del video que existe un análisis de ADN que demuestra que el código genético del homo capensis es diferente al del ser humano. Investigando un poco sobre este aspecto, llego a que las muestras se corresponden con las tomadas a los cráneos elongados de Paracas. Estos cráneos encontrados al sur de Perú tienen en torno a 3.000 años de antigüedad. Fueron descubiertos en 1928 por el arqueólogo peruano JulioTello. Son en total unos 300 cráneos, alargados, que se encontraban en una gruta junto con ornamentos y vestidos. La técnica de elongación del cráneo es bien conocida y practicada por varias etnias antiguas por medio de vendajes o por opresión con tablas. Pero lo que llama la atención de estos cráneos es su gran talla. Por medio de estas técnicas se consigue cambiar la forma de la cabeza, pero no aumentar su tamaño. Según se proclamaba, sus dimensiones son un 25% mayores que las de un cráneo normal, y solo tienen un parietal. Ahora viene lo bueno. Para realizar el análisis de ADN, se enviaron las muestras a Lloyd Pie, el propietario del cráneo del niño de las estrellas. Hago una pausa para que podáis reíros a gusto….
El resultado del análisis fue mostrado al público por Brien Foerster, director adjunto del Museo de Historia de Paracas: “El ADN mitocondrial mostraba mutaciones desconocidas en ningún otro humano o primate”. Es exactamente el mismo resultado que obtuvo cráneo del niño de las estrellas de Pie. En 2010 Lloyd Pie mostró evidencias de que el cráneo de su niño de las estrellas no era humano (realmente era un niño con hidrocefalia). Al buscar una secuencia de su ADN en la herramienta BLAST obtenía, como resultado que “no se encontraros similitudes significativas”. Lo que ocurría realmente, es que la secuencia era tan pequeña que la herramienta obtenía demasiados resultados, devolviendo ese error.
Foerster es propietario de una empresa que se llama Hidden Inca Tours, una agencia de viajes especializada en viajes paranormales (escrito todo junto) alrededor del mundo. ¿Y qué hace un personaje así en un puesto de dirección de un museo? El museo es privado y propiedad de Juan Navarro, otro personaje sin cualificación conocida y que también forma parte del equipo de la agencia de viajes HIT.
Foerster anunció el resultado del análisis por internet, en vez de hacerlo delante de un comité de científicos, que es donde se debería haberse hecho. Pero es que es más, el nombre del genetista que realizó el análisis no fue revelado, porque “prefería mantenerse en el anonimato hasta que otras pruebas confirmasen sus resultados”. Osea, conociendo a Pie, me apostaría algo a que reutilizó el código genético de su starchild y ni siquiera lo envió a analizar. No es plan dejar que un mal análisis estropee una buena historia.
En cuanto al tamaño de los cráneos, la media oscilaba en torno a los 1.600 cm3. La media del ser humano varía significativamente en torno a los 1.350 cm3, pero 1.600 es un valor que entra dentro de lo normal.
La presencia de solo un parietal también es normal. Realmente sí que hay dos huesos parietales, pero cuando la fusión de ambos es prematura, la línea de unión entre ambos desaparece. Se conoce como sinostosis sagital.
Hasta aquí queda claro que todo este tema del análisis de ADN es un tema de dinero. Lo de Karen es peor. Ella se cree que esto, al igual que el resto de sus “evidencias” son reales. Confundir lo real con lo irreal tiene un nombre en psicología, y parece que eso es lo que le pasa a Karen.
Es cierto que Karen denunció al Banco Mundial, pero fue por revelar sus datos médicos. Aunque el tema obviamente no ha trascendido completamente, parece ser que en el banco Central notaron algo raro en Karen y el médico de la organización (Dr. Demure) se puso en contacto con la empresa del seguro médico que tenían contratada para sus empleados y le pidió su historial médico. Aetna, la empresa de seguros médicos, se le envió. Al comprobar que estaba bajo tratamiento psicológico fue despedida. Karen contraatacó con una denuncia al banco y a la empresa de seguros.
Desconozco si Karen está ya curada, y ahora se dedica a contar estas cosas para ganar popularidad, para desacreditar a su antigua empresa, si se lo sigue creyendo, o cualquier posible combinación de estas tres cosas. Pero de lo que podéis estar seguros es de que el homo capensis, ni es homo ni es capensis.
Referencias:
http://web.archive.org/web/20150218113644/http://www.dailypaul.com/298487/karen-hudes-schizophrenic
http://www.peruthisweek.com/blogs-calm-down-the-paracas-skulls-are-not-from-alien-beings-102258
https://answersingenesis.org/human-body/ancient-humans-of-paracas-are-victims-of-a-twisted-tale/
Leandro Aude
27/10/20 23:23
Y lo mejor es que se llama Karen…