El peligro real del mercurio

mercurio

Todo puede llegar a ser un veneno. Solo depende de la dosis que se administre.

Paracelso

Desde siembre, el hombre ha estado interesado en el mercurio. Los antiguos alquimistas creían que era un componente básico en la transmutación de otros elementos en oro. La medicina tradicional china e india lo utilizaban en sus remedios, tanto para alargar la vida, como afrodisíaco. Se utilizaba también en el mundo de la moda, ya sea en la elaboración de pigmentos, como en el procesado de los fieltros. El bermellón (sulfuro de mercurio) era un polvo muy utilizado en rituales en América del Sur, frecuentemente cubriendo elementos funerarios de nobles y reyes.

Pero a pasar de su popularidad, nuestros antepasados también conocían el lado oscuro de este metal. Así por ejemplo, los romanos utilizaban a los prisioneros para extraerlo, debido a que era mortal en caso de exposición prolongada. Así de paso, se ahorraban el coste de su ejecución.

Lewis Carroll popularizó el efecto neurotóxico del mercurio en la conciencia popular en su cuento  Alicia en el país de las maravillas, por medio del personaje del Sombrerero, que se inspiró en la enfermedad que afectaba a los fabricantes de sombreros en el siglo XIX. Estos artesanos a menudo trabajaban en habitaciones mal ventiladas, y el nitrato de mercurio caliente que utilizaban para fabricar el fieltro, impregnaba el aire con vapores tóxicos. Los efectos de este envenenamiento eran irritabilidad, comportamiento excéntrico, temblor físico e incluso dificultad para andar.  Tal fue el calado de esta enfermedad, que la cultura inglesa acuñó la expresión “as mad as a hatter”  (tan loco como un sombrerero) que equivale a la expresión en español “más loco que una cabra”.

La sensibilidad pública ante la toxicidad del mercurio se incrementó durante los años 60 y 70 debido a un par de incidentes graves.

Uno de ellos ocurrió en Japón, en la zona de la bahía de Minatra. Entre los años 1932 y 1968 se calcula que la empresa petroquímica Chisso vertió a las aguas de la bahía 81 toneladas de mercurio en forma de metilmercurio. La ingesta de pescado contaminado produjo graves enfermedades neurológicas, principalmente en lo hijos nacidos de madres aparentemente sanas.

El otro incidente ocurrió en Irak en 1971-1972. La sequía había reducido sustancialmente las cosechas, por lo que para la siembra del siguiente año se importó grano procedente de EE.UU. y México, que habían sido tratadas con un fungicida a base de metilmercurio. Sin embargo, los envíos llegaron cuando la temporada de siembra ya había pasado. A pesar de que el grano venía en sacos etiquetados con avisos en inglés y español, advirtiendo de que no debían de ser usados para consumo humano o animal, estas no fueron entendidas por los lugareños, que no hablaban ninguno de los dos idiomas, y se las comieron.

El causante de los envenenamientos en ambos casos fue el metilmercurio, un compuesto de Mercurio, Carbono e Hidrógeno que tiene tendencia a acumularse en los tejidos por su mala capacidad para disolverse en agua y su afinidad por las grasas. Este producto tiene además la propiedad de ir ascendiendo en la cadena alimenticia aumentando su concentración, lo que es conocido como biomagnificación.

Las personas intoxicadas con metilmercurio experimentan una variedad de síntomas neurológicos, incluyendo problemas de visión y audición, trastornos del habla, problemas con la coordinación, convulsiones, y en los casos más severos, la muerte. Más graves aún son los efectos en los niños nacidos de madres intoxicadas, presentando síntomas neurológicos profundos y permanentes, como reducción de inteligencia, convulsiones, incapacidad para seguir el movimiento de los ojos, trastornos de crecimiento, y muchas otras dolencias sintomáticas de la parálisis cerebral.

mercurio alimento

A raíz de estos incidentes la preocupación de la población ante un posible envenenamiento por mercurio en los alimentos o en el medio ambiente creció. Pero el mayor impacto lo tuvo un estudio, hoy considerado infame, en el que se relacionaba la vacunación triple vírica con el aumento del autismo en el Reino Unido. La paranoia en Estados Unidos fue iniciada por el congresista Dan Burton que llevó este tema al Congreso. Esto fue continuado por las asociaciones de padres de niños autistas, que identificaron al Thiomersal como el compuesto incluido en las vacunas causante de la enfermedad de sus hijos. Por cierto, el Thiomersal nunca se incluyó en las vacunas triple víricas en el Reino Unido, hecho este que fue pasado por alto en EE.UU.

El Thiomersal es aproximadamente un 50% etilmercurio (no confundir etilmercurio con metilmercurio). Se añade a las vacunas porque es un potente antimicrobiano, que no afecta a las propiedades de las vacunas, y además resultó ser bien tolerado en humanos y fácilmente excretado en las pruebas a las que fue sometido previas a su lanzamiento. Antes de la inclusión de Thiomersal en las vacunas, en ocasiones éstas se infectaban con bacterias y hongos. Un particularmente devastador caso ocurrió en Australia en 1928. 12 de 21 niños a los que se le aplicó una vacuna contra la difteria murieron por una infección de estafilococos que se originó en la botella de una vacuna multi dosis.

60 años después, esta decisión de incluir etilmercurio en las vacunas sería utilizada por los grupos antivacunación como argumento contra las empresas farmacéuticas, acusadas de atentar contra la salud.

El estudio que correlacionaba las vacunas con el autismo fue desacreditado por muchos estudios posteriores.  A pesar de ello, el temor a la intoxicación por mercurio en las vacunas ha persistido. Una causa de ello es la confusión entre el metilmercurio (el causante de las intoxicaciones en Japón e Irak) y el etilmercurio (el compuesto incluido en Thiomersal). Mientras que el vapor de mercurio y el metilmercurio tiene demostrados efectos neurológicos dañinos, hay poca o ninguna evidencia científica de que el Thiomersal sea peligroso en las concentraciones encontradas en las vacunas (o incluso decenas de veces más grande).

La diferencia entre metil y etil-mercurio es equivalente a la diferencia entre etanol (el alcohol de las bebidas alcoholicas) y metanol (utilizado como anticongelante y tóxico). El etilmercurio se disuelve en agua mucho más fácilmente que el metilmercurio, por lo que es fácilmente excretable en la orina. La cantidad de etilmercurio necesaria para producir los mismos efectos que el metilmercurio es mucho mayor. Esto no quiere decir que el etilmercurio sea completamente seguro, al igual que tampoco lo es el etanol en grandes dosis.

En estados Unidos y Europa se está retirando el etilmercurio de las vacunas para niños como precaución. Aunque toda medida de preventiva siempre es de agradecer, lo que se está consiguiendo en este caso es aumentar la confusión y la ansiedad sobre el uso del Thiomersal. Muchos investigadores hubieran preferido mucho menos prisa y más evaluación basada en datos de la seguridad y la eficacia del compuesto, sin embargo, la conveniencia política ha hecho que esto sea imposible.

En la actualidad las vacunas que se destinan a países en vías de desarrollo siguen llevando Thiomersal. El coste de producir vacunas con un sustitutivo, multiplica por 5 su coste. Si unimos este hecho a que la OMS ha exigido la eliminación progresiva de compuestos de mercurio de las vacunas, es posible que éstas no lleguen al mismo número de niños en esas naciones y que aumenten las muertes causadas por enfermedades que podrían haberse evitado.

La controversia sobre la vacunación es uno de los mejores ejemplos de la necesidad de educarse  en conceptos científicos. Hay tantos grupos publicando información (bienintencionada o no) que es muy difícil para un neófito discernir cual es cierta y cual no lo es.

Extractado de un artículo de Starts With a Bang firmado por Adrianne Stone.

  • Muy buena entrada Don Menti. Adjunto el enlace a un excelente post de un bioquímico chileno que también se hace eco de este tema, saludos:
    http://elefectorayleigh.wordpress.com/2014/02/01/timerosal-y-autismo-la-gran-estafa/

  • Otro buen artículo. Y muy útil, ya que con la cantidad de veces que he tenido que hablar de la diferencia entre el etilmercurio y el metilmercurio en los comentarios, ahora puedo citar esta entrada y ahorrarme 6 o 7 líneas…

  • ¿Mercurio como afrodisíaco?…¿no será Venus?… :tomates:

  • Otro tema con el mercurio es el negocio que se ha montado en la odontología, para «quitar amalgamas con mercurio y reemplazarlas por otras sin mercurio»…

  • @ josepzin:
    Efectivamente. Y es muy fácil de entender. Un empaste de amalgama dura 30 años. Uno cerámico 5. Y 30 es 6 veces mayor que 5 :-D

  • lamentira dijo:

    @ josepzin:
    Efectivamente. Y es muy fácil de entender. Un empaste de amalgama dura 30 años. Uno cerámico 5. Y 30 es 6 veces mayor que 5

    Sólo 5 ;-)

  • Podemos llamarle el chanchullo de los dientes de la abuelita de caperucita…¿cómo va esto?…, ¿son seis veces más grandes los dientes ahora que antes o solo seis veces más costosos?

    @ MaGaO:

    6×5=30…no entiendo…¿descuentas uno por qué te lo pones de todos modos?

  • Solucionado :-D

  • Tru dijo:

    @ MaGaO:

    6×5=30…no entiendo…¿descuentas uno por qué te lo pones de todos modos?

    Perdona que sea pejiguero, pero es un error demasiado habitual. 1,5 es la mitad más, 2 es uno más, y así sucesivamente. La parte importante es el «más»: 1 mas la mitad=1,5; 1 mas 1=2. Cuando @lamentira decía 6 veces más que 5 estaba indicando que a 5 hay que sumarle 6 seis veces su valor, con lo que el resultado era 35.

  • El mercurio si es tóxico, porque favorece la formación de candidiasis en el intestino , suprime el sistema inmunológico



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