Emisiones ELF: ¿producen cancer?

Aunque nadie pone en duda los enormes beneficios que la energía eléctrica aporta a la vida cotidiana, en los últimos veinte años ha aumentado la preocupación del público ante la posibilidad de que la exposición a campos eléctricos y magnéticos de frecuencias extremadamente bajas (ELF) tenga algún efecto nocivo para la salud. Este tipo de campos está asociado principalmente a la transmisión y uso de energía eléctrica a las frecuencias de 50/60 Hz.

Las radiaciones que se producen en torno a los cables de alta tensión son no-ionizantes. Las radiaciones ionizantes son por ejemplo las de los Raxos X, la radioterapia o los reactores nucleares. Las no-ionizantes son propias de los campos electromagnéticos que se producen en torno a cualquier dispositivo por el que circula corriente eléctrica, como ocurre con líneas de alta tensión, o con teléfonos móviles, afeitadoras eléctricas, hornos a microondas u ordenadores.

Desde luego, las radiaciones ionizantes tienen efectos sobre los tejidos vivos. Es la razón por la que mata la radiación de una explosión atómica o por la que una radiografía puede ser perjudicial para un feto.

La exposición a los campos electromagnéticos depende de la potencia de la fuente pero, sobre todo, de la distancia a la que se encuentre. La potencia de una línea de alta tensión es muy alta, pero, al estar alejada, el campo electromagnético que envuelve a quien está debajo de ella es menor que el que ocasiona un teléfono móvil o una afeitadora eléctrica.

Se han sometido cultivos celulares y animales de experimentación a campos electromagnéticos más intensos que a los que cualquier persona podría exponerse durante toda su vida, sin apreciar ningún efecto.
Por otro lado, se han estudiado con mucho cuidado y durante muchos años, aquellas personas que, por razón de su profesión, están en contacto con radiaciones no-ionizantes intensas durante mucho tiempo a lo largo de su vida adulta como, por ejemplo, trabajadores de mantenimiento de líneas eléctricas de alta tensión, radiotelegrafistas, telefonistas, técnicos de sonido, marineros de submarinos o aviadores.
El resultado es que ninguno de estos grupos presenta mayor incidencia de cáncer que la población general.
Los estudios sobre posibles efectos perniciosos para la salud de la exposición a campos electromagnéticos se suceden desde los años sesenta, sin que hasta el momento se haya demostrado una relación causa efecto definitiva. En general, la comunidad científica internacional está de acuerdo en que la exposición a los campos eléctricos y magnéticos generados por las instalaciones eléctricas de alta tensión no suponen un riesgo para la salud pública.

En cuanto a efectos inmediatos, sí se han demostrado reacciones en el organismo -desde cosquilleos o chispazos al tocar un objeto expuesto hasta contracciones musculares y arritmias-; pero sólo cuando la densidad de corriente inducida por los campos electromagnéticos es muy alta, y no con la intensidad de corriente a la que está expuesto el público cercano a una línea eléctrica o a una subestación de alta tensión.
La alarma social surgió cuando los primeros estudios epidemiológicos con personas que vivían cerca de líneas eléctricas de alta tensión concluyeron que estas personas, y en particular los niños, tenían más posibilidades de contraer cáncer.
En concreto, una serie de trabajos de Reba Goodman, de la Universidad de Columbia, decían que la exposición continua a campos electromagnéticos intensificaba la actividad celular. Numerosos estudios científicos posteriores han realizado experimentos parecidos, con poblaciones más amplias y mejor metodología, sin poder reproducir los resultados que convertían en peligrosa la proximidad a las líneas de alta tensión.

En la actualidad, existe un impase en el diseño de estudios de los campos magnéticos de ELF y leucemia infantil. Mientras que los estudios epidemiológicos existentes demuestran una asociación constante, la mayoría de los estudios disponibles son del tipo caso-control y potencialmente están sujetos sesgo de selección.

La posición de la OMS al respecto puede leerse en un comunicado que publicó en Noviemnbre de 1998 y de la que cabe destacar este extracto:

Cuadro de Expertos del NIEHS: El National Institute of Environmental Health Sciences (NIEHS) de los Estados Unidos ha llevado a término su programa quinquenal RAPID. En el marco de dicho programa se reprodujeron y ampliaron diversos estudios que habían dado cuenta de efectos posiblemente nocivos para la salud, y se realizaron nuevos estudios para determinar si realmente la exposición a los campos ELF afectaba en algún aspecto a la salud. En junio de 1998, el NIEHS constituyó un Grupo de trabajo para examinar los resultados de las investigaciones. Basándose en criterios establecidos por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), el Cuadro internacional de expertos concluyó que los campos ELF debían considerarse como un «posible carcinógeno humano».

«Posible carcinógeno humano» es la denominación más leve de las tres que utiliza el CIIC («posiblemente carcinógeno para las personas», «probablemente carcinógeno para las personas» y «carcinógeno para las personas») para clasificar la evidencia científica de una posible carcinogenicidad. Aunque el CIIC utiliza otros dos términos para estas clasificaciones: «no clasificable» y «probablemente no carcinógeno para las personas», el Grupo de trabajo del NIEHS consideró que había datos suficientes para descartar estas categorías.

Se clasifica como «posible carcinógeno humano» a aquellos agentes cuya carcinogenicidad está escasamente probada en las personas e insuficientemente probada en experimentos con animales. Por tanto, esta clasificación valora la solidez de las pruebas científicas, y no el grado de carcinogenicidad o el riesgo de cáncer vinculado al agente. Así pues, la denominación «posible carcinógeno humano» significa que hay escasas pruebas fiables de que la exposición a campos ELF pueda ser causa de cáncer. Aunque los datos de que se dispone no permiten descartar que este tipo de exposición produzca cáncer, serán necesarias investigaciones más especializadas y de alto nivel para dilucidar esta cuestión.

La decisión del Grupo de trabajo del NIEHS se fundamentaba en la aparente concordancia de ciertos estudios epidemiológicos, según los cuales en las viviendas cercanas a las líneas eléctricas parecía existir un mayor riesgo de leucemia infantil. Esta relación se desprendía de diversos estudios que vinculaban la incidencia de la leucemia infantil a la proximidad de líneas eléctricas y a la presencia de campos magnéticos medidos durante 24 horas en viviendas. Además, el Grupo de trabajo concluyó también que había escasa evidencia de que la exposición en el lugar de trabajo estuviera asociada a un aumento de la leucemia linfocítica crónica.

La conclusión que podemos sacar de toda esta información es que aunque posiblemente las emisiones ELF son inocuas, no se puede descartar que puedan tener efecto potenciador de cancer en seres vivos, bien sea por el propio efecto de las emisiones, o por el efecto colateral de la atracción por magnetismo de partículas que podrían ser las realmente perjudiciales para la salud.

Referencias:

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2005/01/20/oncodudasypreguntas/1106228484.html

http://www.terra.es/personal/kirke1/bristol.htm

http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs205/es/index.html

http://www.who.int/peh-emf/research/children/es/index3.html

  • @ flipando en colores:
    No, antes las antenas no estaban lejos. Los repetidores todavía están cerca de los pueblos y las emisoras de larga distancia siguen estando en las ciudades.

    La conclusión lógica, si los EMF produjesen cambios en la salud de las personas, sería pensar que el Pirulí ha causado enormes perjuicios a sus vecinos: migrañas, aumento en la incidencia del cáncer, cambio en los patrones de sueño, etcétera. Hace treinta años que inauguraron la torre con antenas orientadas en todos los sentidos, ¿casos? Ninguno.

    Pues entonces ya se sabe, a utilizar grupos control, a aislarlos, a administrarles placebo
    ¿tan difícil es? Ah no, que eso cuesta dinero además ¿no es el que afirma algo el que tiene que probarlo?.

    Me temo que quien hace afirmaciones gratuitas aquí son las asociaciones de supuestos afectados. Estudios hay, los has visto, pero no se puede demostrar una teoría como esa del mismo modo que no se puede probar que el consumo de cacahuetes no aumenta la probabilidad de sufrir cáncer de estómago en un paciente por millón, y no por eso se venden cacahuetes con un aviso del ministerio de sanidad.

    Sobre el enlace, no aporta nada. Que una hipotética enfermedad tenga síntomas diversos o no específicos implica, la mayor parte de las veces, que o se están mezclando síntomas de diferentes enfermedades o no existen como tales. El mayor problema es que con las nuevas redes de comunicación se uniformizará el cuadro de los supuestos afectados, como ocurrió en los años 50 con aquellas hipotéticas abducciones extraterrestres: bastaba que uno de los «secuestrados» saliese en la televisión o en la radio para que otros cincuenta afirmasen tener las mismas secuelas.

    Y además, nos estamos olvidando de un grupo que a día de hoy no se ha manifestado: el de los profesionales. Quien pasa de ocho a diez horas diarias durante diez o veinte años al lado de la fuente debería estar hecho unos zorros. De nuevo, preguntémosle a los trabajadores de Torrespaña, ¿por qué no?

    Como ya he dicho, éste es un fenómeno reciente y sorprende que nadie se haya quejado de los repetidores de radio pero sí de los de telefonía. El progreso, por desgracia, genera miedos irracionales. Ocurrió con el cine, con la televisión, incluso con los cómics, cuyos críticos acérrimos afirmaban que adulteraban a la juventud y la empujaban al crimen.

    De eso se acuerdan pocos.

    Y por cierto, no es necesario dividir las respuestas en media docena de mensajes. De hecho sería más cómodo que los unieses en uno solo.

  • Javi,

    ¿y si las radiaciones no ionizantes, al final también se muestran acumulativas como las ionizantes pero por algún efecto biofísico que desconocemos.?

    Vale esto es una locura y una patada a la física cuantica.
    Es decir una magufada como cualquier otra que vemos por la internet.

    Pero, ¿y si la culpa no es sino de la suma de todos los campos y no de uno de ellos por separado?.

    ¿y si la electrosensibilidad es una respuesta biológica a una agresión?

    ¿porque no se hacen estudios genéticos a los que dicen padecer esos síntomas?

  • No, antes las antenas no estaban lejos. Los repetidores todavía están cerca de los pueblos y las emisoras de larga distancia siguen estando en las ciudades.

    No soy el señor elquehavistoelsol Manuel, cuando le dejo mi argumento le dejo datos, luego cada uno que haga lo que quiera con ellos. Cuando dije lejos, me refiero a lejos, antes estaban en la azotea de un edificio y sobre un mástil, ahora a una altura que puede llegar como máximo a los 3 metros.

    Las antenas de telefonía (luego volvemos si quiere a las antenas de radio y tv) antes, sí estaban lejos, ahora ya no.

  • Datos

    «onda electromagnética: su potencia disminuye conforme se aleja de la fuente de emisión con una relación inversamente proporcional, como mínimo, al cuadrado de la distancia, de tal manera que al doble de distancia se tiene cuatro veces menos potencia.

    Altura sobre nosotros, bastante menor => ¿mayor potencia?

    ¿potencia de las picoantenas es inferior a la que había en los mástiles?

    Por supuesto que sí,(o al menos eso espero, porque no tengo datos fiables de este punto)Lo que si es claro que entre más lejos esta el receptor de las ondas, mayor potencia debe tener la antena emisora, eso es algo obvio.

  • @ flipando en colores:

    Cuando dije lejos, me refiero a lejos, antes estaban en la azotea de un edificio y sobre un mástil, ahora a una altura que puede llegar como máximo a los 3 metros.

    Y para los que viven en el último piso, ¿qué es peor?

    Si vives en Madrid te invito a que pases por Torrespaña y veas las antenas a nivel del suelo.

  • @ flipando en colores:

    El problema es que no puedes saber las probabilidades de nada con antelacion. Sabemos que el tabaco provoca cancer porque hemos observado que hay mas casos entre los fumadores que entre los que no fuman. Solo se pudo determinar que existia una relacion entre tabaco y cancer despues de que muriera mucha gente. Lo mismo con las radiaciones, el asbesto y diez mil cosas mas. Desgraciadamente no es posible tener conocimientos a priori. Todos nuestros conocimientos se basan en la observacion de hechos que luego hemos intentado explicar mediante teorias mejores o peores. Y lo que sabemos sobre el cancer y sus causas es debido, en gran parte, a la gente que se muere de el. Es imposible hoy por hoy saber a priori si algo va a ser cancerigeno o no, ni en que medida. Y cuanto menos potente sea como cancerigeno, mas gente tiene que estar expuesta para que seamos capaces de darnos cuenta de sus efectos.

  • Y para los que viven en el último piso, ¿qué es peor?

    Manuel, lease los enlaces que le deja la gente por favor, sobre todo si no vienen de fuentes magufas.

    Las antenas no emiten radiación sobre su vertical, si esta bajo una antena da igual que este usted en el bajo que en el último piso, su radiación es perpendicular al mastil de la antena, por eso la gente se quejaba, recibía más radiación los vecinos que el que tenía la antena, y encima este último era el que se llevaba el dinero por tenerla puesta.

  • Javi

    El problema es que no puedes saber las probabilidades de nada con antelacion.

    Si descarta la posibilidad de que ocurra algo de antemano, ya tiene usted la probabilidad de que ocurra ese algo.

    La probabilidad es igual a cero.

    Eso es lo que han hecho las operadoras, han usado la ausencia de evidencia como evidencia de la ausencia de algún efecto.

  • Sabemos que el tabaco provoca cancer porque hemos observado que hay mas casos entre los fumadores que entre los que no fuman. Solo se pudo determinar que existia una relacion entre tabaco y cancer despues de que muriera mucha gente.

    ¿y los fumadores pasivos? ¿donde los deja? :nose:

    http://www.cancer.org/Espanol/cancer/Queesloquecausaelcancer/Tabacoycancer/humo-de-segunda-mano

    Cuando alguien enciende un cigarrillo, yo me voy corriendo de su lado. Discutiendo con uno una vez, me mando esto, no supe si hartarme a reir o ponerme a llorar

    http://www.mundocruel.com/noticias/045_fumar_tabaco.htm

  • Todos nuestros conocimientos se basan en la observacion de hechos que luego hemos intentado explicar mediante teorias mejores o peores.

    ¿Tiene alguna hipótesis sobre el uso de las picoantenas y el disfrazar la antenas por parte de las operadoras?

    Soy todo ojos :-D

    Le pido hipótesis, su opinión es libre de verterla o no.

  • Es imposible hoy por hoy saber a priori si algo va a ser cancerigeno o no, ni en que medida.

    Esto es cierto, pero para ello se debe investigar sin descartar ninguna posibilidad. Y un buen comienzo sería usar para dichos experimentos, unas ondas iguales a las que estamos recibiendo y no otras parecidas, pero que pueden no ser totalmente iguales en sus efectos.

  • Es imposible hoy por hoy saber a priori si algo va a ser cancerigeno o no, ni en que medida. .

    Esto es cierto, pero para ello se debe investigar sin descartar ninguna posibilidad. Y un buen comienzo sería usar para dichos experimentos, unas ondas iguales a las que estamos recibiendo y no otras parecidas, pero que pueden no ser totalmente iguales en sus efectos.

  • Ya estoy gago otra vez 8-O

  • Y cuanto menos potente sea como cancerigeno, mas gente tiene que estar expuesta para que seamos capaces de darnos cuenta de sus efectos.

    No se preocupe, que gente expuesta va a haber la hostia, ciudades y pueblos completos. Eso sí, vamos a ver como relacionamos que se deba a las picoantenas y no a otra cosa. Porque ya puestos, eso se me antoja harto complicado, puesto que todos los estudios existentes demuestran que son inocuas, esto último dicho por las operadoras.

  • @ flipando en colores:
    Para empezar, eso de que no emiten en la vertical dependerá del tipo de antena. A mí francamente me da igual, lo que he venido a decir es que entre una antena colocada a escasos metros de las viviendas superiores y otra a ras de suelo, la diferencia en lo que a emisiones se refiere es inapreciable.

    Y vuelvo a lo mismo de antes (que, por cierto, es a lo que se refiere el autor del artículo): hay antenas de ondas de radio de baja frecuencia funcionando desde hace décadas y antenas para altas frecuencias desde los años 50 (véase el UHF). Las actuales bandas de telefonía móvil prácticamente se superponen con estas últimas, excepto las bandas superiores a partir de los 1700 Mhz. En multitud de zonas habitadas la gente ha convivido con antenas emisoras de televisión durante décadas. ¿Quejas? ¿Alguna asociación de afectados por las ondas televisivas?

    El experimento está en funcionamiento porque convivimos con ellas. Es como el mercurio: el mineral ha estado tanto tiempo entre nosotros que su toxicidad ha sido comprobada in situ.

    ¿Entonces? Lo que propones no tiene mucho sentido: estudios y más estudios hasta encontrar uno concluyente. ¿Concluyente con qué? Un resultado no concluyente sigue siendo un resultado. Si no puedes probar la relación entre unos síntomas y una posible causa con 3.000 personas, no puedes seguir haciendo experimentos con números mayores para ver si consigues algún resquicio que valide la hipótesis inicial en un número de casos (sesgo de confirmación).

    Pongamos un ejemplo. Digamos que tras un estudio con 300 personas se concluye que la sustancia X es segura para el ser humano. Sale al mercado con la aprobación de Sanidad y de repente, entre los 100.000 consumidores, uno se muere tras una reacción alérgica. Después hay cien que dicen tener los mismos síntomas (que convenientemente han leído la semana anterior en el periódico) y dos que realmente están enfermos.

    ¿Qué ha fallado aquí?

    Desgraciadamente, nada. En algunas ciencias experimentales donde se trata con sistemas complejos, es imposible predecir la reacción de un compuesto en la totalidad de la población y hay que jugar con la estadística. Aunque resulta antiintuitivo, es más sencillo calcular la trayectoria de un cohete con una precisión de centímetros que el impacto de un medicamento en la población humana, donde la etnia, la alimentación o el ambiente pueden desviar los resultados de manera dramática.

    Por eso mi argumento se basa en que el fenómeno no está definido correctamente y no existen precedentes de salud pero sí de supuestos causantes: la televisión y la radio.

    De hecho, cuando una persona me dice que la red wifi de su vecino le da dolor de cabeza, siempre le hago dos preguntas: ¿ha empezado antes o después de saber que su vecino tiene wifi? y ¿es usted consciente de que en los últimos veinte años ha recibido aún más radiación electromagnética de su proveedor de televisión y nunca se ha quejado?

    Ahora bien, si tan convencidos están ya pueden empezar a dar dinero a ingenieros y laboratorios independientes.

  • @ flipando en colores:

    Si descarta la posibilidad de que ocurra algo de antemano, ya tiene usted la probabilidad de que ocurra ese algo.

    Yo no descarto nada, pero si despues de mas de un siglo expuestos a ondas de radio las evidencias son tan excasas que no sabemos si si o si no, como minimo esa probabilidad es extremadamente baja.

    ¿y los fumadores pasivos? ¿donde los deja?

    Siguen teniendo menos probabilidades que los fumadores, pero no vamos por ahi. Lo que quiero decir es que sabes que el tabaco es malo porque se ha comprobado que la gente que fuma se muere mas. Es imposible que lo hubieras sabido antes de que alguien fumara por primera vez.

    ¿Tiene alguna hipótesis sobre el uso de las picoantenas y el disfrazar la antenas por parte de las operadoras?

    Dada la histeria colectiva que hay con las antenas, veo normal que se camuflen. Si todas estuvieran ocultas, me juego lo que quieras a que dejarian de aparecer «casos» de gente a la que le duele la cabeza por culpa de las antenas. Y si siguieran apareciendo, ya habriamos descartado el placebo.

    Esto es cierto, pero para ello se debe investigar sin descartar ninguna posibilidad. Y un buen comienzo sería usar para dichos experimentos, unas ondas iguales a las que estamos recibiendo y no otras parecidas, pero que pueden no ser totalmente iguales en sus efectos.

    Y eso es exactamente lo que se esta haciendo. Se llaman estudios epidemiologicos. Y hasta ahora no hay evidencia sobre estos efectos.

  • A mí francamente me da igual, lo que he venido a decir es que entre una antena colocada a escasos metros de las viviendas superiores y otra a ras de suelo, la diferencia en lo que a emisiones se refiere es inapreciable.

    ¿que parte de la frase que dice que la potencia de la onda disminuye con la distancia que esta recorre es la que no ha entendido usted?

    Pues va y se lo dice a estos señores que se ponen pesados con la dichosa distancia de protección para usar el principio de precaución. Da igual que este usted lejos o cerca de la antena, no pasa absolutamente nada es indiferente la distancia. Caramba 8-O

  • DATOS

    Espacio de seguridad; el paralelepípedo de protección

    Se trata de la distancia mínima que hay que mantener respecto la antena de telefonía móvil. Este espacio se conoce como el paralelepípedo de protección y se desaconseja que entren personas por medidas de protección. La medida de este espacio se multiplica por cinco para zonas sin protección cercanas a establecimientos que acogen de manera regular población en edad escolar.

    http://www.gencat.cat/web/multimedia/cas/antenes/index_htm.htm

  • DATOS

    Un ejemplo de la distancia de protección

    Caso: un microondas con una potencia de 750 W en funcionamiento con la puerta abierta. Distancia: para no verse afectado por la energía que desprende, nos hemos de separar cerca de 4 metros del microondas.

    Caso: antena de telefonía móvil en el terrado de un edificio. Distancia: la distancia de seguridad es de aproximadamente cuatro metros y medio. Aún así, y como a mediada de precaución, la normativa catalana ha establecido que el espacio de seguridad han de ser 10 metros. Este espacio se conoce como el paralelepípedo de protección. Dentro de este espacio no está permitida la presencia humana.

  • » Las actuales bandas de telefonía móvil prácticamente se superponen con estas últimas, excepto las bandas superiores a partir de los 1700 Mhz. En multitud de zonas habitadas la gente ha convivido con antenas emisoras de televisión durante décadas. ¿Quejas? ¿Alguna asociación de afectados por las ondas televisivas?»

    Estan lejos, Manuel, están lejos de los usuariios las emisoras de ondas de radio de baja frecuencia.

    La UMTS ya va por 2000 Mhz, ya queda menos para llegar a las ionizantes. :-D (esto último es coña)

  • ¿Entonces? Lo que propones no tiene mucho sentido: estudios y más estudios hasta encontrar uno concluyente. ¿Concluyente con qué?

    Aquí ha patinado un poco, esa no es mi proposición.

    Recuerde que mi posición desde un principio es que no sabemos si es nociva o no. Pero a medida que uno lee los informes en los que se apoyan las operadoras y su forma de actuar, la parte irracional de mi cerebro se rebela y dice.

    ¡aquí hay tomate!

    El que dice que las ondas son malas es el señorquehavistoelsol.

  • ¿Entonces? Lo que propones no tiene mucho sentido: estudios y más estudios hasta encontrar uno concluyente. ¿Concluyente con qué?

    Aquí ha patinado un poco, esa no es mi proposición. Recuerde que mi posición desde un principio es que no sabemos si es nociva o no. Pero a medida que uno lee los informes en los que se apoyan las operadoras y su forma de actuar, la parte irracional de mi cerebro se rebela y dice.

    ¡aquí hay tomate!

    El que dice que las ondas son malas es el señorquehavistoelsol.

  • Y dale con la gaguera, ¿sera cosa del Haarp? :-D

  • Pongamos un ejemplo. Digamos que tras un estudio con 300 personas se concluye que la sustancia X es segura para el ser humano. Sale al mercado con la aprobación de Sanidad y de repente, entre los 100.000 consumidores, uno se muere tras una reacción alérgica. Después hay cien que dicen tener los mismos síntomas (que convenientemente han leído la semana anterior en el periódico) y dos que realmente están enfermos.

    ¿Qué ha fallado aquí?

    Pues si de principio la sustancia que se estudia es Y, muy parecida a X, pero en definitiva no es X, pues a lo mejor tenemos un problema, pero todo se andará.

  • Por eso mi argumento se basa en que el fenómeno no está definido correctamente y no existen precedentes de salud pero sí de supuestos causantes: la televisión y la radio.

    ¿…? ¿Esta usted hablando de la electrosensibilidad, ese ente difuso que esta a medio camino entre una magufada y una enfermedad real?



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