Off Topic

@ Doc Halliday:

Lo suscribo. Es evidente.

Las causas ya imagino han de pasar por el individuo y su relación con el grupo, que es de lo que se habla, y creo que parte de esta definición de la actualidad, pasa por asumir como afronta el individuo su integración en los grupos.

Ante la indefensión del individuo en su soledad ante el mundo siempre hemos tratado de organizarnos, pero hoy en día cualquiera pretende supervivir con dinero.

Parece ser no necesita más, si bien es consciente de que solo es una herramienta para alcanzar otros propósitos.

Si las formas de conseguirlo pasan por un grupo, el grupo es lo más importante.

Bajo este epígrafe podemos adscribir los populismos, los nacionalismos, que dibujan un escenario donde solo unidos unos cuantos se podrá supervivir ante la unión de otros. Ahí nacen los muros, las fronteras, el odio. Todo miedo.

Por otra parte, este mecanismo de supervivencia, la consecución del dinero, responsabiliza a cada uno de los individuos de su propia supervivencia…cuando cazábamos, el éxito de la caza dependía del comportamiento grupal, del trabajo en conjunto, pero la economía de especialización ha conseguido que la competencia por la supervivencia se centre en realizar tareas a los que muchos acuden: por un lado muchos son prescindibles, y por otro esto crea personalidades mutiladas…el rudo camionero, el supersticioso agricultor, el hastiado zapatero, la falta de escrúpulos del banquero…etc.

Tenemos una sociedad especializada sectorizada en gremios, que van más allá de lo laboral, tomando tintes sociales, siendo parte de la identidad y orgullo de cada cual.

Todo ello lo engrana una macroeconomía afecta a una fronteras que ya hemos tildado de populista.

Tenemos pues miedos en diferente grado y situación. Miedo a que el vecino te quite el trabajo, y miedo a que el chino te quite el trabajo, que es la fuente del dinero.

Los recelos internos se subliman en organizaciones de hooligans, club de fans, etc, alguien en quienes confiar ciegamente, alguien con quienes compartes algo sagrado.

Los recelos externos se pulen con belicismo, con una torticera exaltación de la Historia, pintando demonios contra los que unirse, para por ejemplo asegurar el bien común económico.

O en otras palabras, los miedos internos forman diferentes grupos sobre los que unirse
entorno a algo y los externos unen en contra de algo. Dioses y demonios.

Así la cosas, la cesión, el entendimiento, la búsqueda de la razón, el debate de las ideas, es molesto, desintegra los dioses y los demonios, hace cojear las patas de los altares y le quita las máscaras a los demonios.

Cada vez somos más individualistas en una sociedad con los mismos mecanismos que antaño para hacer piña, y así estamos más indefensos contra el odio. Por ello no paramos de ver ofensas por todos lados, cagar de campo es terrorismo, y así…

O así lo veo, tras su invitación al diálogo. Gracias Maestro.