El vuelo espacial de Kate Perry

Hace unos días, Katy Perry subió a un cohete de Blue Origin junto a otras cinco mujeres para un viaje suborbital de unos 11 minutos. Lo que debería haber sido una curiosidad espacial más, con el sello habitual de show business, se convirtió en un nuevo foco para teorías conspirativas. Esta vez, la idea era que el vuelo había sido falso. No exagero. Falso. Un montaje. Una escena ensayada en un plató. Un paseíllo de maniquíes con peluca, según algunos. Vamos a ver qué pruebas ofrecen y luego las pondremos bajo el microscopio.

La principal «prueba» es un vídeo donde Jeff Bezos aparece abriendo la escotilla de la cápsula con una herramienta especial, pero justo antes, se ve que la escotilla ya estaba ligeramente abierta desde dentro. Para los conspiracionistas, esto es un error de guion. Dicen que la puerta solo puede abrirse desde fuera y que eso delata que las pasajeras estaban ya dentro cuando la cápsula fue colocada en tierra.

Blue Origin’s “Door Mishap” Goes Viral 🚀🔓 #BlueOrigin #JeffBezos

Solo hay un problema: están equivocados. Desde el accidente del Apolo 1, las normas de seguridad exigen que las escotillas puedan abrirse desde dentro y desde fuera. No hay ninguna ley física que impida que las tripulantes abran la puerta desde dentro cuando están en tierra. Y si Bezos apareció con la llave en la mano fue probablemente por vanidad, no por necesidad.

Otra señal de alarma para los detectives de Internet fue que la cápsula parecía demasiado limpia. Si hubiera vuelto del espacio, razonaban, debería estar chamuscada.

How is Blue Origin Capsule so clean after landing from Space?

Pero resulta que este vuelo no fue una reentrada orbital como ocurre con las cápsulas Dragon de SpaceX, sino un salto suborbital. La velocidad es mucho menor y no produce las mismas temperaturas abrasivas. De hecho, está diseñado para reutilizarse. Si saliera calcinada cada vez, sería un fracaso técnico. Que no tenga hollín es, irónicamente, una prueba de que todo funcionó como debía.

La duración del viaje también generó escepticismo. Apenas 10 minutos. Algunos lo consideran demasiado corto para haber sido real. Pero esto es confundir el espacio orbital con el suborbital. Blue Origin nunca dijo que fueran a orbitar la Tierra. La idea era experimentar unos minutos de ingravidez tras cruzar la línea de Kármán, que marca convencionalmente el comienzo del espacio. Justo eso hicieron. Y si alguien esperaba un viaje a la Estación Espacial Internacional, es que no había leído el folleto.

No podía faltar el clásico CGI. Algunos usuarios aseguraron que todo fue grabado en un estudio con pantalla verde y que los efectos especiales eran de baja calidad. Pero hay grabaciones desde múltiples ángulos, con testigos presenciales del lanzamiento en Texas, y un cohete visible a plena luz del día. Fingir eso con efectos digitales en directo requeriría una infraestructura absurda, muchísimo más compleja que simplemente hacer el vuelo real. No hay errores de render, no hay saltos de continuidad, y la microgravedad en las imágenes se comporta como debe. Si es un montaje, es el mejor de la historia. O, más probablemente, no es un montaje.

La joya de la corona es una foto viral donde se ve una mano brillante tras la ventanilla de la cápsula. Muchos dijeron que era un maniquí.

Lo curioso es que esa foto no corresponde a este vuelo. Es de una prueba de 2017, donde sí se usó un maniquí llamado Mannequin Skywalker. Pero alguien la sacó de contexto y la metió en el debate para alimentar la sospecha. Clásico manual conspiranoico.

Mannequin Skywalker’s ride to space onboard Crew Capsule 2.0

Y por supuesto, también hay quien vio simbología oculta. Que si el parche de la misión parece la cabeza de Baphomet si lo giras, que si el vuelo coincidió con la Pascua judía, que si Katy Perry es parte de un ritual satánico. El parche tiene explicaciones simples y públicas: cada elemento representa a una tripulante. Y lo de la fecha es una coincidencia, no una invocación demoníaca. Pero claro, cuando uno está convencido de que todo es parte de un plan oculto, hasta un cohete parece un altar.

En definitiva, las teorías conspirativas sobre este vuelo espacial no se sostienen ni por ciencia, ni por lógica, ni por evidencias. Lo que sí muestran es algo más profundo: la necesidad humana de dudar, de sentirse más listo que los demás, de encontrar un fallo en el sistema. Y aunque esa actitud crítica es valiosa, también puede volverse un juego de espejos donde cualquier reflejo se convierte en certeza. Y eso, amigos, sí que está lejos de la realidad.



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