En la tranquilidad de una ciudad tan vibrante como Valencia, los hechos más inquietantes pueden pasar desapercibidos hasta que nos topamos con historias que parecen extraídas de una película de terror.
Recientemente, una mujer ha denunciado a su exnovio, no solo por agresiones físicas y amenazas, sino por algo mucho más extraño: el uso de un médium para intimidarla, un caso de lo que algunos podrían llamar «toxicidad paranormal».
La relación ya venía marcada por violencia y control, pero el giro hacia lo sobrenatural comenzó cuando la víctima notó fenómenos inquietantes en su hogar. Objetos como cuadros y muebles parecían moverse por sí solos, generando una atmósfera de terror que la mantenía en constante estado de alerta. Uno de los incidentes más escalofriantes fue cuando un cuadro que estaba apoyado sobre una mesa se levantó y cayó sin explicación aparente. A esto se sumaron ruidos inexplicables, como pasos detrás de las paredes, que solo empeoraron la sensación de inseguridad de la mujer.
Pero la situación se tornó aún más macabra cuando el exnovio comenzó a relatar «visiones» en las que afirmaba comunicarse con el espíritu del padre fallecido de la víctima. Según sus palabras, este supuesto espectro había advertido que si la relación terminaba, cosas malas sucederían, incluida la muerte de la mujer. El terror psicológico estaba tan bien orquestado que la víctima se vio obligada a cambiar su rutina diaria, temiendo por su vida.
En un último intento por librarse de estas circunstancias, la mujer contactó a la policía tras encontrar su casa revuelta, con objetos movidos de lugar pero sin señales de robo. Aunque algunos podrían descartar este tipo de incidentes como simples casualidades o una mente jugando malas pasadas, lo cierto es que el abuso emocional y psicológico puede tomar formas extremadamente retorcidas cuando una persona está dispuesta a usar cualquier medio para mantener el control.
Finalmente, el exnovio fue arrestado, y las autoridades han abierto una investigación por violencia doméstica, emitiendo una orden de alejamiento en su contra. Este caso es un sombrío recordatorio de cómo el abuso no siempre toma formas evidentes. A veces, se disfraza de lo sobrenatural, buscando crear un miedo tan profundo que sea imposible de confrontar.
Aunque el terror en Valencia puede parecer un escenario improbable, este caso nos muestra cómo la manipulación psicológica puede utilizar cualquier recurso disponible, incluso el supuesto contacto con lo paranormal, para mantener el control sobre una víctima. Y en una sociedad que a menudo duda de lo que no puede ver o entender fácilmente, estos abusos pueden quedarse en la sombra durante demasiado tiempo.