Emisiones ELF: ¿producen cancer?
Aunque nadie pone en duda los enormes beneficios que la energía eléctrica aporta a la vida cotidiana, en los últimos veinte años ha aumentado la preocupación del público ante la posibilidad de que la exposición a campos eléctricos y magnéticos de frecuencias extremadamente bajas (ELF) tenga algún efecto nocivo para la salud. Este tipo de campos está asociado principalmente a la transmisión y uso de energía eléctrica a las frecuencias de 50/60 Hz.
Las radiaciones que se producen en torno a los cables de alta tensión son no-ionizantes. Las radiaciones ionizantes son por ejemplo las de los Raxos X, la radioterapia o los reactores nucleares. Las no-ionizantes son propias de los campos electromagnéticos que se producen en torno a cualquier dispositivo por el que circula corriente eléctrica, como ocurre con líneas de alta tensión, o con teléfonos móviles, afeitadoras eléctricas, hornos a microondas u ordenadores.
Desde luego, las radiaciones ionizantes tienen efectos sobre los tejidos vivos. Es la razón por la que mata la radiación de una explosión atómica o por la que una radiografía puede ser perjudicial para un feto.
La exposición a los campos electromagnéticos depende de la potencia de la fuente pero, sobre todo, de la distancia a la que se encuentre. La potencia de una línea de alta tensión es muy alta, pero, al estar alejada, el campo electromagnético que envuelve a quien está debajo de ella es menor que el que ocasiona un teléfono móvil o una afeitadora eléctrica.
Se han sometido cultivos celulares y animales de experimentación a campos electromagnéticos más intensos que a los que cualquier persona podría exponerse durante toda su vida, sin apreciar ningún efecto.
Por otro lado, se han estudiado con mucho cuidado y durante muchos años, aquellas personas que, por razón de su profesión, están en contacto con radiaciones no-ionizantes intensas durante mucho tiempo a lo largo de su vida adulta como, por ejemplo, trabajadores de mantenimiento de líneas eléctricas de alta tensión, radiotelegrafistas, telefonistas, técnicos de sonido, marineros de submarinos o aviadores.
El resultado es que ninguno de estos grupos presenta mayor incidencia de cáncer que la población general.
Los estudios sobre posibles efectos perniciosos para la salud de la exposición a campos electromagnéticos se suceden desde los años sesenta, sin que hasta el momento se haya demostrado una relación causa efecto definitiva. En general, la comunidad científica internacional está de acuerdo en que la exposición a los campos eléctricos y magnéticos generados por las instalaciones eléctricas de alta tensión no suponen un riesgo para la salud pública.
En cuanto a efectos inmediatos, sí se han demostrado reacciones en el organismo -desde cosquilleos o chispazos al tocar un objeto expuesto hasta contracciones musculares y arritmias-; pero sólo cuando la densidad de corriente inducida por los campos electromagnéticos es muy alta, y no con la intensidad de corriente a la que está expuesto el público cercano a una línea eléctrica o a una subestación de alta tensión.
La alarma social surgió cuando los primeros estudios epidemiológicos con personas que vivían cerca de líneas eléctricas de alta tensión concluyeron que estas personas, y en particular los niños, tenían más posibilidades de contraer cáncer.
En concreto, una serie de trabajos de Reba Goodman, de la Universidad de Columbia, decían que la exposición continua a campos electromagnéticos intensificaba la actividad celular. Numerosos estudios científicos posteriores han realizado experimentos parecidos, con poblaciones más amplias y mejor metodología, sin poder reproducir los resultados que convertían en peligrosa la proximidad a las líneas de alta tensión.
En la actualidad, existe un impase en el diseño de estudios de los campos magnéticos de ELF y leucemia infantil. Mientras que los estudios epidemiológicos existentes demuestran una asociación constante, la mayoría de los estudios disponibles son del tipo caso-control y potencialmente están sujetos sesgo de selección.
La posición de la OMS al respecto puede leerse en un comunicado que publicó en Noviemnbre de 1998 y de la que cabe destacar este extracto:
Cuadro de Expertos del NIEHS: El National Institute of Environmental Health Sciences (NIEHS) de los Estados Unidos ha llevado a término su programa quinquenal RAPID. En el marco de dicho programa se reprodujeron y ampliaron diversos estudios que habían dado cuenta de efectos posiblemente nocivos para la salud, y se realizaron nuevos estudios para determinar si realmente la exposición a los campos ELF afectaba en algún aspecto a la salud. En junio de 1998, el NIEHS constituyó un Grupo de trabajo para examinar los resultados de las investigaciones. Basándose en criterios establecidos por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), el Cuadro internacional de expertos concluyó que los campos ELF debían considerarse como un «posible carcinógeno humano».
«Posible carcinógeno humano» es la denominación más leve de las tres que utiliza el CIIC («posiblemente carcinógeno para las personas», «probablemente carcinógeno para las personas» y «carcinógeno para las personas») para clasificar la evidencia científica de una posible carcinogenicidad. Aunque el CIIC utiliza otros dos términos para estas clasificaciones: «no clasificable» y «probablemente no carcinógeno para las personas», el Grupo de trabajo del NIEHS consideró que había datos suficientes para descartar estas categorías.
Se clasifica como «posible carcinógeno humano» a aquellos agentes cuya carcinogenicidad está escasamente probada en las personas e insuficientemente probada en experimentos con animales. Por tanto, esta clasificación valora la solidez de las pruebas científicas, y no el grado de carcinogenicidad o el riesgo de cáncer vinculado al agente. Así pues, la denominación «posible carcinógeno humano» significa que hay escasas pruebas fiables de que la exposición a campos ELF pueda ser causa de cáncer. Aunque los datos de que se dispone no permiten descartar que este tipo de exposición produzca cáncer, serán necesarias investigaciones más especializadas y de alto nivel para dilucidar esta cuestión.
La decisión del Grupo de trabajo del NIEHS se fundamentaba en la aparente concordancia de ciertos estudios epidemiológicos, según los cuales en las viviendas cercanas a las líneas eléctricas parecía existir un mayor riesgo de leucemia infantil. Esta relación se desprendía de diversos estudios que vinculaban la incidencia de la leucemia infantil a la proximidad de líneas eléctricas y a la presencia de campos magnéticos medidos durante 24 horas en viviendas. Además, el Grupo de trabajo concluyó también que había escasa evidencia de que la exposición en el lugar de trabajo estuviera asociada a un aumento de la leucemia linfocítica crónica.
La conclusión que podemos sacar de toda esta información es que aunque posiblemente las emisiones ELF son inocuas, no se puede descartar que puedan tener efecto potenciador de cancer en seres vivos, bien sea por el propio efecto de las emisiones, o por el efecto colateral de la atracción por magnetismo de partículas que podrían ser las realmente perjudiciales para la salud.
Referencias:
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2005/01/20/oncodudasypreguntas/1106228484.html
http://www.terra.es/personal/kirke1/bristol.htm
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs205/es/index.html
Javi
16/09/10 19:29
@ pablov:
http://www.env-health.org/a/2211
«Association for Research on Treatment against Cancer (ARTAC), France
Created in 1984 by the Professor Dominique Belpomme, Cancer specialist, on the initiative of a group of patients and their families,…»
O sea, que para corroborar que lo que dice Belpomme esta aceptado resulta que hay que irse a una asociacion creada por el propio Belpomme. Muy . Pero de publicaciones en revistas cientificas, nada de nada.
MaxLP
8/03/13 01:10
INCREÍBLE HISTORIA DE UNA LUCHA VECINAL CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PARA ELIMINAR LA LÍNEAS AÉREAS DE ALTA TENSIÓN DE 220 kV EN DOBLE CIRCUITO MAJADAHONDA-VENTAS (de Iberdrola) Y OTERO-VENTAS (de REE), QUE TRANSCURRÍA POR EL BARRIO DE ARAVACA Y EL MUNICIPIO DE POZUELO DE ALARCÓN, DESDE EL LÍMITE SUR DEL BARRIAL, CONSIGUIENDO CAMBIAR LAS LEYES URBANÍSTICAS, A FIN DE QUE NO SE PERMITA EDIFICAR DEBAJO O EN LAS INMEDIACIONES DE LAS TORRES QUE TRANSPORTAN LÍNEAS DE A.T.
A mi marido, mi querido Lino, que juntos andamos el camino de la vida y también el de nuestra lucha para eliminar los cables de A.T. de nuestro barrio.
CABLES DE ALTA TENSIÓN EN ARAVACA
PRÓLOGO
Los hechos que voy a relatar comienzan mucho antes de que construyéramos nuestra casa en 1970 y de que empezáramos nuestra reivindicación vecinal en 1989, pero, ante la obstrucción de nuestras Autoridades y su ceguera, no sé si consciente o inconsciente, no conseguimos sino después de muchos años que nuestro barrio se viera libre de estos peligrosos cables que muy probablemente costaron que mi marido, Lino Zaramella, falleciera el 19 de noviembre de 2011 de cáncer. Los desmontaron el mismo año que falleció, 2011. ¡¡¡Veintidós años después de empezar nuestra lucha por eliminarlos!!!! A pesar de nuestra continua advertencia del peligro que suponía para la salud, sobre todo en cáncer de adultos y leucemia infantil, y lo que era un problema INICIAL que afectaba a pocos vecinos, POR LA CONCESIÓN INDISCRIMINADA DE LICENCIAS TERMINÓ AFECTANDO A MILES DE ELLOS, pues se urbanizaron grandes zonas de terrenos, construyendo casas y edificios sin antes retirar el mencionado tendido eléctrico.
Cuando en 1970 construimos nuestra casa en Aravaca, con todos los permisos del Ayuntamiento, en una calle sin nombre y sin asfaltar, como casi todas las de la zona en esos años, no fuimos conscientes del peligro que suponía la cercanía de una torre con líneas de alta tensión, que en ese momento (después lo supimos) era de 132.000 voltios. No teníamos ni la más remota idea del peligro de las ondas electromagnéticas y también pensábamos que al completarse la urbanización se eliminaría este tendido eléctrico que por lo visto databa de los años 30 y estaba enclavado en zona rural.
Al recalificarse estos terrenos para edificar, empezaron los primeros engaños de la Administración y fuimos conejitos de indias o cobayas de experimentación para ella, o mejor dicho, para ellos, pues principalmente fueron tres los implicados (Ministerio de Industria, Iberduero y el Ayuntamiento de Madrid).
En 1976, cuando se estaba construyendo a nuestro lado una hilera de cinco chalets adosados (3, 5, 7, 8 y 11 en la que a partir de 1987 se llamaría calle Arándiga, nosotros vivíamos en el N° 1), vimos que en los cables aéreos que transcurrían por todo lo largo de dicha calle, viniendo del Barrial y siguiendo hacia Pozuelo, había varios operarios que manipulaban con ellos. A los afectados que ya vivíamos allí y también a los vecinos de Las Fanegas, donde estaba enclavada una gran torre, en la Av. Osa Mayor 141, nadie nos informó de cambio alguno y pensamos incluso que estarían retirándolos.
Pues bien, años más tarde, nos enteramos que el Ministerio de Industria, según Resolución de la Dirección General de Energía del 23 de abril de 1976, sellada con fecha 19 de mayo, N° 21478, AUTORIZÓ A HIDROELÉCTRICA IBÉRICA IBERDUERO a que cambiara la tensión de la línea cuyo establecimiento fue autorizado por dicha Dirección de Industria el 31-1-55, de 132 kV a 220 kV y que se declarara de UTILIDAD PÚBLICA.
O sea, prácticamente nos duplicaron la potencia de las ondas electromagnéticas jugando con nuestra buena fe, pues ellos sí sabían que estaban aumentando los riesgos con este cambio de potencia, en todos los aspectos y, sobre todo, en el más importante, el de la salud, pasando por alto la prevención de la misma, y lo hicieron con la connivencia del Ministerio de Industria, Iberduero (hoy Iberdrola) y el Ayuntamiento de Madrid que lo consintió. Y encima a este acto «vandálico» lo llamaron «DE UTILIDAD PÚBLICA». No nos comunicaron absolutamente nada a los vecinos afectados y siguieron dando licencias de construcción ininterrumpidamente, llenando toda la zona de casas debajo y alrededor de los cables. Con el agravante de riesgo físico, pues las torres que transportaban los cables eran muy antiguas y podían tener derivaciones, como efectivamente tuvieron.
Nosotros seguíamos sin conocer el peligro que suponía vivir en la cercanía de este campo magnético, y también supimos después que cuando se urbanizó esta zona no respetaron la franja de seguridad que había en todo el trayecto de los cables, y se urbanizó sin más, permitiendo edificar absolutamente debajo de los mismos, de tal manera que a la propia Iberduero le sorprendió. Un día vinieron a nuestra casa y nos dijeron que qué había pasado con el paso de servidumbre de los cables, que cómo estaban edificando casas. Nosotros teníamos todas nuestras escrituras y permisos en regla y también nos sorprendió este hecho.
Después hemos sabido que el Decreto del 20 de octubre de 1966. ELECTRICIDAD. Reglamento sobre expropiación forzosa y sanciones en materia de instalaciones eléctricas, publicado en el B.O. del Estado N° 254, en su Artículo 25, Prohibiciones, establece: que «No podrá imponerse servidumbre de paso para las líneas de alta tensión sobre las siguientes edificaciones y dependencias que existan al tiempo de decretarse la servidumbre: Edificios, centros escolares, campos o instalaciones deportivas, jardines y huertos cerrados anejos a viviendas, siempre que su extensión sea inferior a media hectárea», o sea, exigían que no se podría imponer servidumbre de paso para las líneas de alta tensión y evidentemente en nuestro caso y en el todas las casas que el Ayuntamiento estaba permitiendo construir, las líneas estaban antes que las viviendas y no respetaron esa media hectárea que hubiera sido preceptiva para imponer la servidumbre de paso, y, sin embargo, permitieron edificar inmediatamente debajo de estos cables de A.T. sin guardar distancia alguna. Se saltaron «a la torera» este Reglamento.
Y además dice que” En todo caso queda prohibida la plantación de árboles y la construcción de edificios e instalaciones industriales en la proyección y proximidades de las líneas eléctricas a menor distancia de las establecidas en este Reglamento” (Art. 26).
Y los ciudadanos (en este caso nos trataron como subditos), vecinos de Aravaca, pudimos construir, comprar casas, plantar árboles, poner piscinas, vivir en suma con nuestras familias inmediatamente debajo de este intenso campo electromagnético, invisible, sin protección alguna y abusando de nuestra ignorancia. En vez de retirar las líneas cuando empezaron a urbanizar la zona, les resultó «más conveniente» ir contra la Ley y dar licencias a diestro y siniestro.
El Reglamento de Líneas Eléctricas Aéreas de Alta Tensión, Decreto 3151/68 de 28 de noviembre, en su Art. 34.3, establece: «Vías de comunicación.- Se prohibe la instalación de apoyos o líneas eléctricas de alta tensión en las zonas de influencia de las carreteras, a distancias inferiores a las que se indica a continuación, medidas horizontalmente desde el eje de la calzada y perpendicularmente a éste:
En las carreteras de la red estatal (nacionales, comarcales y locales) 25 m.
En carreteras de la red vecinal 15 m.
Pues bien, también este Decreto se lo saltaron «a la torera», y el Informe del Defensor del Pueblo de febrero de 1997, presentado en Las Cortes Generales, se refiere a este punto y señala …. «La existencia de un apoyo en la Carretera 602 sin cumplir las exigencias del Art. 34.3 de RLAT en cuanto a distancias mínimas a la carretera, esto es 25 metros medidos desde el eje de la calzada en carreteras nacionales, comarcales y vecinales, y la extraordinaria proximidad del apoyo a una vivienda – aproximadamente a metro y medio de la puerta- ocupando gran parte de su jardín».
Cuando se permitió construir la casa en los años 60 a que se refiere el párrafo anterior, y otras más en esa Urbanización, la carretera que lindaba con dicha casa era la C-602, y así aparecía en todas las señales de tráfico y poyetes de piedra en el suelo. La distancia del apoyo de la torre al eje de la calzada de dicha carretera no llegaba a 4 metros y medio. Más tarde sería la Av. Osa Mayor
Esta ilegalidad fácilmente contrastable, nos sirvió años después para elevar nuestra queja al Defensor del Pueblo y nuestra denuncia al Fiscal de Urbanismo y Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, y lo hicimos ya como Asociación de Vecinos «Osa Mayor» de Aravaca.
Y vivimos en la ignorancia hasta 1989, año en el que un pequeño artículo aparecido en el diario El País, que leímos Lino y yo, nos alertó de la peligrosidad para la salud de los referidos cables de A.T., pues la Urb. Rosa Luxemburgo en Alcobendas estaba tratando de eliminar este tendido existente en su zona, y se referían a bibliografía que avalaba su preocupación. Localizamos el teléfono de las personas que aparecían en el artículo y nos entrevistamos con ellas. Nos dieron amplia bibliografía (el Informe del Instituto Karolinska de Estocolmo, el de Werheimer y Leeper, etc.,). Todos coincidían en su incidencia, sobre todo en leucemia infantil y también en cáncer de adultos.
También nos dieron un importante documento que nos ayudó inmediatamente para trabajar: La Proposición no de Ley 32/89 de la Asamblea de Madrid, que dice así:
«Instar al Consejo de Gobierno a fin de que promueva, escalonadamente, la modificación del trazado de las líneas de alta tensión que atraviesan núcleos urbanos de la Comunidad de Madrid.
La prioridad en las actuaciones se establecerá con criterios objetivos, tales como la tensión de la línea de transporte eléctrico, la intensidad del campo magnético, la proximidad de escuelas y viviendas, entre otras, previa valoración de la urgencia mediante los estudios necesarios, que se acometerán con carácter de inmediato». Firmado 21 de noviembre de 1989. La Presidente Rosa Posada.
Empezamos a programar nuestra actuación a partir de ese momento, por medio de la mencionada Asociación de Vecinos a la que pertenecíamos desde hacía varios años, en unión de los componentes de la misma: Santiago Rodríguez (Presidente), José Ramón Tojo (Vicepresidente), y demás integrantes de la Junta Directiva. Nuestra Asociación fue pionera en esta lucha en la capital de Madrid y casualmente en esos días se electrocutó un perro mastín, un día de lluvia, en el apoyo que había en la calle Almanzora (donde más tarde se edificaron varias viviendas), en el sur del Barrial, cuando se aproximó a la torre a hacer pis. Quedó tendido en el suelo. Hubo una derivación que el perro no resistió. Si se hubiera aproximado un niño probablemente le habría ocurrido lo mismo.
El 22 de enero de 1990 registramos en el Ayuntamiento de Madrid, Junta Municipal de Moncloa-Aravaca, un escrito dirigido al Concejal Presidente, en el que hacíamos referencia a la ilegalidad del apoyo de la Av. Osa Mayor 141, y pedíamos la retirada de dicho tendido eléctrico que transcurría también por todo lo largo de la calle Arándiga y seguía hacia Pozuelo de Alarcón. El aquellos momentos éramos relativamente pocos los vecinos afectados, en comparación con lo que siguió a continuación, pues empezaron a levantarse casas y edificios en todos los terrenos vacíos. El Ayuntamiento y sus integrantes en urbanismo obviaron todas las preocupaciones de protección a la salud, pues ellos, mejor que nosotros, sí tenían toda la información que nuestra Asociación, con mucho esfuerzo y prácticamente sin medios, estaba tratando de obtener.
El 17 de febrero de 1990 también elevamos nuestra queja al Defensor del Pueblo que había en ese momento, D. Alvaro Gil-Robles, con fotografías y bibliografía, pero no nos la admitió.
El 23 de febrero de 1990 registramos en la Comunidad de Madrid un escrito dirigido al entonces Presidente D. Joaquín Leguina, enviándole el texto de la anteriormente mencionada Proposición aprobada en la Asamblea de Madrid, y pidiendo la retirada de las torres y cables de A.T. en Aravaca.
En el mismo sentido, el 9 de mayo de 1990 registramos en el Ayuntamiento de Madrid un escrito dirigido al entonces Alcalde de nuestra ciudad, D. Agustín Rodríguez Sahagún.
MEDIOS: Nos dirigimos igualmente a los medios de comunicación, hablando en todas las radios que nos era posible, y el 1 de julio de 1990 se publicó un extenso artículo en El País, haciendo mención a nuestra Asociación y a mi nombre como portavoz de la misma, con una fotografía de la torre ilegal sita en la Av. Osa Mayor 141. En esos días un contacto de prensa de Iberduero me dijo que él vivía en Majadahonda y que tenía prohibido a sus hijos acercarse a menos de 350 m. de un apoyo que tenía cerca de su casa. ¡¡¡Y el Ayuntamiento dando licencias sin parar!!!!!!
Nuestra Asociación continuó un arduo camino, en el que habrá escrito cientos de cartas y tenido decenas y decenas de reuniones a todos los niveles. Acudiendo con asiduidad a los Plenos de la Junta de Distrito Moncloa-Aravaca, y hablando con todos los partidos políticos, por lo que en el Programa Electoral del Partido Popular de 1991 (que tenía la Alcaldía de Madrid), en la página 170 aparece, para nuestro Distrito: -«Eliminación de los tendidos eléctricos aéreos de alta tensión», promesa electoral que evidentemente solo se quedó en eso, en promesa, pues siguió con la Alcaldía y de este punto se olvidó.
Igualmente, el 23 de enero de 1992 registramos en la Gerencia Municipal de Urbanismo de Madrid otro escrito pidiendo la retirada de dicho tendido eléctrico para cumplir así con el vigente Reglamento Técnico de Líneas Eléctricas de Alta Tensión, referido anteriormente, con lo cual cumplimos oficialmente con nuestra petición ante las Autoridades correspondientes.
A partir de febrero de 1992 yo era Presidenta de la Asociación y acudía asiduamente a los Plenos, y ante nuestra insistencia, en la Sesión Ordinaria de la referida Junta Municipal del día 2 de abril de 1992, se paró el Pleno y, por unanimidad de los partidos políticos, se adoptó el siguiente acuerdo:
«Aprobar la proposición presentada por el Grupo del P.S.O.E., del P.P. y de I.U., cuya parte dispositiva es la siguiente:
«Que se hagan con la mayor urgencia las gestiones oportunas ante el Ayuntamiento y Organismo a quien proceda, para que conduzcan a realizar la línea de alta tensión «. No sirvió para nada esta proposición, pues el Ayuntamiento continuó dando licencias y más licencias, y los vecinos, sobre todo los niños, continuaron siendo cobayas de la administración.
El 7 de septiembre de 1993 nuestra Asociación insistió con la Institución del Defensor del Pueblo, que había cambiado de titularidad y estaba al frente, en funciones, Dña. Margarita Retuerto, y ella, junto con su Asesor, el Sr. Casado, tuvieron más claro el horizonte de la peligrosidad a la que se estaba sometiendo a los vecinos Y NOS ACEPTÓ NUESTRA QUEJA, con fecha 15 de octubre,» iniciando las actuaciones oportunas ante el Ayuntamiento de Madrid y la Consejería de Obras Públicas de la Comunidad de Madrid». Fue el inicio del final que conseguiríamos bastantes años después.
A partir de este momentos la comunicación que tuvimos con esta Defensoría fue muy intensa, y finalmente, en febrero de 1997, el Defensor del Pueblo, D. Fernando Álvarez de Miranda, presentó en El Congreso, ante Las Cortes Generales, su INFORME SOBRE LÍNEAS DE ALTA TENSIÓN, en donde hace referencia expresa a El caso Aravaca y a la queja formulada por mí en nombre de la Asociación de Vecinos «Osa Mayor» de Aravaca, RECOMENDANDO «que se arbitren las medidas necesarias para el enterramiento de la Línea Otero-Ventas de Alcorcón, estableciendo un crédito o mecanismo de financiación suficiente en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana para su ejecución inmediata…». Nuestro agradecimiento también a D. Carlos Luna, encargado del Área de Medio Ambiente, Urbanismo y Vivienda de Institución. Fueron muy sensibles a esta problemática y supieron ver con claridad la peligrosidad de las ondas electromagnéticas. En dicho Informe se hace extensa referencia a todos los estudios bibliográficos a este respecto.
Aún así, tendrían que transcurrir todavía 14 años antes de conseguir retirar esta peligrosa línea de 220.000 voltios.
En 1994 se edificaron unas viviendas alrededor de una gran torre en la calle Almanzora, -donde se electrocutó el perro- pero como el anticuado Reglamento de Líneas de A.T. no establecía distancias del muro de la casa a la torre, esta quedó prácticamente pegada a las casas. Tanto el Ayuntamiento como la Comunidad y las Compañías Eléctricas, nos decían in situ que la Ley se lo permitía. Que concedieran esta licencia era inconcebible, y a los vecinos que compraron les engañaron diciéndoles que en breve desaparecería esa torre. (Se desmontó en 2011).
En 1995 nos dirigimos al Parlamento Europeo, a la Comisión de Peticiones en Luxemburgo, exponiendo la peligrosidad a que vivíamos expuestos, enviando también amplia bibliografía al respecto, fotografías, etc. Nos aceptaron nuestra petición, y el 8 de marzo de 1996, después de mucha correspondencia, nos enviaron las respuestas escritas de la Comisión de las Comunidades europeas, en donde dicen, principalmente que: «se sugiere la existencia de un vínculo por lo que respecta a la leucemia infantil anunciando su intención de establecer un programa general para estudiar los posibles riesgos para la salud de la exposición a campos magnéticos y continuar el trabajo de limitación de los efectos de dichas exposiciones».
Fue otro importante logro que notificamos a todos los Organismos correspondientes, medios de comunicación, etc., pero que poco importó al Ayuntamiento, que seguía interesado en dar miles de licencias de construcción de viviendas debajo de dichos cables de alta tensión.
Nuestro interés primordial era QUE NO SE DIERAN DICHAS LICENCIAS, PUES ERA UN DEBER DE LA ADMINISTRACION PROTEGER A LAS PERSONAS ANTE CUALQUIER RIESGO PARA SU SALUD, SOBRE TODO PARA LA DE LOS NIÑOS.
Pero nuestra lucha parecía que caía en «saco roto», y ante el Avance del mencionado Plan General, registramos en la Junta de Moncloa-Aravaca 2.525 firmas individuales de vecinos de Aravaca, pidiendo «el inmediato traslado a una zona alejada de la población de las torres y cables de alta tensión existentes en nuestro barrio, con la correspondiente previsión en dicho Plan General.
También tomamos la decisión de DENUNCIAR la torre que estaba en situación ilegal, como he explicado al principio de este escrito, con respecto a su distancia al eje de la calzada (Av. Osa Mayor), situada en esta avenida, N° 141, y el 10 de abril de 1996 nos dirigimos por escrito al Fiscal de Urbanismo y Medio Ambiente, D. Emilio Valerio, que aceptó nuestra denuncia. En octubre de ese año también registramos en esta Fiscalía nuestra denuncia al Ayuntamiento de Madrid, considerándole responsable de haber permitido edificar viviendas alrededor de dicha torre, a sabiendas de que era ilegal.
El Ayuntamiento continuaba con su labor de llenar Aravaca de vecinos viviendo en estas condiciones, a pesar de nuestras continuas denuncias en los Plenos, por carta, a la Comunidad de Madrid, a Red Eléctrica, a Iberdrola, etc. Nos contestaban que el vigente Reglamento de Líneas Aéreas de A.T. lo permitía,(y cuando no lo permitía lo obviaban), dándose el caso que colocaron toboganes, columpios y demás juegos infantiles alrededor de la gran torre situada al final de la calle Brújula, cerca de la calle El Alfar. En este apoyo, en 1990 el guardés de la finca de Las Fanegas, en la repetida Av. Osa Mayor 141, me enseñó una derivación que se había producido, quemando el terreno que había alrededor en forma circular. Cuando el Ayuntamiento colocó estos juegos infantiles, estaba bien visible en la torre el consabido triángulo con el gráfico de: hombre muerto por descarga eléctrica. Este hecho lo denunciamos también a la policía por escrito, para que quedara constancia si ocurría una desgracia y un niño recibía una descarga eléctrica. ¿Cómo se le ocurrió al Ayuntamiento crear un parque para niños pequeños en este lugar? Es para pensárselo.
El Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón pretendió en 1997 edificar el nuevo Instituto Gerardo Diego al lado de una gran torre tubular que transportaba la línea referida anteriormente, Otero-Ventas de Alcorcón, entre la Av. Europa y la calle Inglaterra. Denunciamos también este hecho al Fiscal de Medio Ambiente, y también nos dirigimos al Defensor del Pueblo De esta manera retrasamos la construcción de este Instituto y conseguimos que se hiciera lo más alejado posible de dicha torre.
Lo que no conseguimos es parar la construcción en 1996 de varios edificios en terrenos que luego serían Av. Europa 36 de dicho Municipio, construcción que se realizó infringiendo el art. 35.2 del citado Reglamento Técnico de L.E.A. de A.T. de 1968, sobre las distancias mínimas entre los conductores de la línea eléctrica y el techo de los edificios, realizándose esta construcción no respetando estas distancias. Por ello, el 24 de agosto de 1996 Iberdrola procedió a modificar clandestinamente el trazado de la línea a su paso por los referidos terrenos, desmantelando uno de los apoyos del tendido y levantando uno nuevo tubular para cumplir con esas distancias, hecho que comunicamos a la prensa. Al carecer Iberdrola de la correspondiente licencia, le fue impuesta una multa por Gerencia de Urbanismo de un millón y medio de pesetas, exigiéndoles que restituyeran la antigua y la colocaran en su emplazamiento original, hecho que nunca ocurrió y la construcción siguió adelante, viviendo todos esos vecinos hasta 2011 afectados por las ondas electromagnéticas.
En 1997 nuestra Asociación creo «LA RUTA DEL CABLE EN ARAVACA», Recorrido Artístico y Monumental por todas las aberraciones de construcciones que en su momento fuimos denunciando para que no se realizaran. Este recorrido lo hicieron prácticamente todos los medios y televisiones, la Institución del Defensor del Pueblo, los partidos políticos PSOE e IU (el PP no quiso), Interviú, Informe Semanal, etc.,etc.
También los vecinos pusimos pancartas en nuestras casas. En la nuestra se veía una muy grande con el lema: CABLES = CÁNCER.
Por fin, conseguimos cambiar las Leyes, y el 27 de octubre de 1997 el B.O.C.M. 255, establecía.. .»que las líneas aéreas de alta y baja tensión existentes dentro del perímetro de toda nueva actuación urbanística y en sus inmediaciones, se pasen a subterráneas o se modifique su trazado «. Por lo menos ya el Ayuntamiento no podría seguir dando licencias de construcción en esas inmediaciones.
Desde 1997 que se aprobó el Decreto, hasta 2011, transcurrieron otros CATORCE AÑOS, en los que no cesamos de hacer declaraciones, concentraciones, manifestaciones en contra de la existencia en nuestro barrio de líneas que transportaban 220.000 voltios.
El 16 de febrero de 1998, LA FISCALÍA DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE MADRID EMITIÓ SU INFORME, en este caso ya ampliado a otras zonas de Madrid y, concretamente para la nuestra, Aravaca-Pozuelo, Punto 1.- dice que en «las viviendas unifamiliares situadas debajo de la línea en las inmediaciones de su cruce con la Avda. de la Osa Mayor, su situación excede notablemente de las intensidades consideradas sanitariamente admisibles». Y pide que con carácter de máxima urgencia se acometa el enterramiento o desvío, dando un plazo de ejecución para Aravaca de ocho años, como consecuencia directa de los derechos fundamentales a la salud, al disfrute del medio ambiente y a una vivienda digna», anexando los informes sobre este tema del Instituto de Bioelectromagnetismo de la Universidad de Alcalá de Henares y del Hospital Ramón y Cajal y pidiendo el cumplimiento de la Recomendación del Defensor del Pueblo.
Ante el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, nos entrevistamos con los responsables del mismo y con el Alcalde de Madrid, D. José María Álvarez del Manzano y registramos también los correspondientes escritos pidiendo partidas presupuestarias para la retirada de este tendido eléctrico. En 1997 se aprobó el PGOUM y se estableció una partida presupuestaria para la retirada de la Línea Otero- Ventas, dando un plazo de 4 años, que evidentemente no se cumplió.
El 27 de marzo de 2001 denunciamos y elevamos nuestra queja ante el Defensor del Menor por el peligro potencial y real para los niños de la existencia de torres y cables de A.T. en nuestro barrio, admitiéndonosla. En su contestación dice: «…que los datos epidemiológicos no establecen pruebas concluyentes de la existencia de un peligro de cáncer en adultos pero, al parecer, sí existe un vínculo en lo que respecta a la leucemia infantil». Pero no logramos apoyo real en esta Institución.
Por fin se iniciaron las obras para el traslado de los cables de Aravaca y Pozuelo, que terminaron en 2006, pero aún transcurrieron años antes de conseguir que desenergizaran el existente tendido eléctrico de A.T.
En 2004 quisieron edificar en el Polígono del Barrial (375.000 m2 recalificados para hacer edificios), yendo nuestra Asociación a Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid en varias ocasiones, amenazando incluso Lino y yo con que nos ataríamos a una torre si entraba la grúa a edificar, no importándonos que nos diera una descarga eléctrica, pues ya éramos mayores. Ya habían preparado los viales, plantado árboles y hecho señalizaciones en el suelo. La Gerente nos escuchó y nos dijo que no daría licencia hasta que se aprobara la eliminación de las torres y cables para toda Aravaca. O SEA, PRETENDIERON RETIRAR SOLAMENTE LAS EXISTENTES EN DICHO POLÍGONO QUE NO AFECTABAN A NINGÚN VECINO, DEJANDO LAS QUE SÍ AFECTABAN A MILES DE PERSONAS EN ARAVACA.
Finalmente se edificó en El Barrial, cuando ya el problema estaba solucionado para todos y se habían desenergizado las líneas aéreas de A.T, aunque sí retiraron cables y torres mucho antes que en el resto.
Hicimos una gran concentración en la torre del 141 de la Av. Osa Mayor El día 24 de abril de 2009, que tuvo mucha repercusión y:
El 15 de mayo de 2009 Iberdrola desenergizó las Líneas Aéreas de Alta Tensión existentes en Aravaca, de 220 kV, de doble circuito, Otero-Ventas y Majadahonda- Ventas.
En agosto de 2009 desenergizó la Línea Majadahonda-Fuencarral, que pasaba encima de un colegio infantil y que nuestra Asociación denunciaba continuamente.
El 24 de marzo de 2011 desmontaron la torre de la calle Almanzora.
El 28 de marzo de 2011 desmontaron la tanta veces mencionada torre de la Av. Osa Mayor 141, motor de nuestra reclamación.
En días sucesivos siguieron desmontando las torres y cables que afectaban a Pozuelo de Alarcón.
ARAVACA, POR FIN, DESPUÉS DE VEINTIDÓS AÑOS DEL COMIENZO DE NUESTRA LUCHA ¡¡¡¡libre de torres y cables de alta tensión!!!!
Demasiado tarde para nosotros, pues mi marido falleció de cáncer, como tantos otros vecinos, pero conseguimos eliminar este peligro que no se ve, pero que hoy día ya no se duda sobre el mismo, prueba de ello son las Leyes que impiden la construcción de viviendas en su cercanía. Mis nietos, muchos otros niños y adultos, ya no vivirán debajo del «enemigo invisible» como lo ha denominado un reciente documental.
Y yo digo: ¿A QUIEN PIDO RESPONSABILIDADES?
Esta es la historia de una infamia.
Amelia-Margot Romero Álvarez
[email protected]
Madrid, 14 de abril de 2012
The Regulator
8/03/13 01:21
Parece mucho más probable que el cáncer estuviera provocado por la lectura de El Pais.
MaGaO
8/03/13 09:30
@ MaxLP:
Entiendo que tu conocimiento de cómo escribir en páginas web puede ser limitado pero viendo que otros somos capaces de poner enlaces ¿no te puedes molestar en ver cómo se hace en vez de copia-pegar al buen tuntún? Vamos, algo como la referencia más antigua que he hallado en Google de esta carta.
Dicho esto, sospecho que esta señora peca de falta de conocimiento. Buscando en Google aparece como firmante de un manifiesto por la libertad de creación científica, manifiesto que al parecer se relaciona con su labor de historiadora (no encuentro noticia de sus credenciales al respecto) y su interés en la «memoria histórica», como demuestra esta carta escrita al entonces juez Baltasar Garzón sobre el asunto y algunas referencias a pleitos establecidos por la misma cuestión.
Esto es, la señora en cuestión ni es física, ni es ingeniera industrial, ni es titulada en medicina. Como mucho, es historiadora. Y, claro, esa parrafada que has copia-pegado brilla por la ausencia de datos sobre la incidencia mayor o menor de cáncer en esa zona en comparación con otras de la misma ciudad u otros lugares con las mismas condiciones pero sin líneas de alta tensión.
MaxLP, lo siento mucho pero si quieres que te tome mínimamente en serio tendrás que molestarte en hacer algo más que pegar textos: usa tus neuronas para buscar datos que permitan contrastar la validez de las afirmaciones de ese texto.