“El futuro que vi”: el manga que no predijo nada

En estos días estoy viendo frecuentemente en internet una historia sobre un viejo manga japonés al que algunos le atribuyen profecías sobre todo tipo de desastres. El manga se llama «El futuro que vi» (en japonés, Watashi ga Mita Mirai), que supuestamente contiene predicciones detalladas sobre catástrofes como el 11-S, el tsunami de Fukushima o incluso la pandemia de COVID-19. Pero lo que ha vuelto a ponerlo de moda es una profecía más reciente y escalofriante: la que señala el 5 de julio de 2025 como fecha de un megatsunami que, según los conspiracionistas, arrasará Japón y matará a la propia autora del manga. ¿Estamos ante una vidente en formato cómic, o ante una construcción viral más basada en la sugestión colectiva que en los hechos? Spoiler: más bien lo segundo.

La autora de esta obra es Ryo Tatsuki, una mangaka japonesa nacida en 1954, que publicó en 1999 una antología que combinaba relatos sobrenaturales con lo que ella llamaba sus sueños premonitorios. El manga pasó desapercibido en su momento, pero tras el tsunami de marzo de 2011 saltó a la fama porque en su portada podía leerse «Gran desastre en marzo de 2011». Este detalle avivó el mito, y desde entonces no ha hecho más que crecer, alimentado por reediciones, falsificaciones y una oleada de interpretaciones que rozan lo paródico.

En la reedición de 2021, la autora añadió un epílogo en el que cuenta que tuvo un nuevo sueño el 5 de julio de 2021, en el que veía un tsunami devastador avanzando hacia Japón, más destructivo que el de 2011, y que según ella podría materializarse en algún momento de 2025. Ese es el origen real de la tan cacareada fecha del 5 de julio de 2025. ¿Qué dice literalmente? Que tuvo ese sueño ese día, y que cree que podría cumplirse «alrededor de julio de 2025». Eso es todo. Ni menciona su propia muerte, ni hay una viñeta apocalíptica con Tokio bajo el agua ni nada remotamente cinematográfico. Lo demás es cosecha de YouTube.

A partir de aquí, el mito ha crecido como la espuma. Se dice que predijo el 11-S: falso. No hay una sola viñeta que haga referencia a Nueva York, a aviones, ni a atentados. También se afirma que predijo la pandemia del COVID: falso también. Esa predicción se basó en un texto que circuló por internet durante los primeros meses de la pandemia, atribuido falsamente a Ryo Tatsuki, pero que en realidad era una copia casi literal de una predicción escrita en 2008 por la médium estadounidense Sylvia Browne en su libro «End of Days». En ese libro, Browne afirmaba que hacia 2020 surgiría una grave enfermedad respiratoria que desaparecería tan rápidamente como llegó, para reaparecer diez años después. Alguien copió ese párrafo y lo difundió como si proviniera del manga, y la confusión se extendió rápidamente. La propia autora nunca escribió ni ilustró nada relacionado con un virus ni con la pandemia. Luego está el caso Fukushima, el más sólido: efectivamente, en la portada de la edición de 1999 figura la mención a un «gran desastre en marzo de 2011». Dentro hay una historia con un tsunami. En ese episodio, la autora describe un sueño especialmente angustiante en el que presencia cómo una ola gigantesca arrasa con todo a su paso. La escena no menciona fechas ni lugares concretos, pero el tono es claramente de desastre inminente. Lo que llama la atención es que, en su sueño, el clima era veraniego: ella iba vestida con ropa ligera y había luz solar intensa. Por eso, cuando ocurrió el tsunami de 2011 en marzo, Tatsuki dudó que ese fuera el evento que había soñado. Según contó más tarde, la sensación del sueño era más calurosa, más brillante y aún más violenta, lo que la llevó a pensar que el suceso aún no ha ocurrido. Esta duda fue la que alimentó su creencia posterior de que lo que soñó en realidad podría materializarse en 2025. Su mayor acierto… podría no serlo, según ella misma.

En cuanto a las imágenes que circulan por internet, muchas son falsas o manipuladas. Algunas añaden fechas que no existen en la obra original. Otras toman viñetas sacadas de contexto y les insertan nuevos datos. Y muchas, directamente, son montajes. La que hablaba de un virus que llega en 2020 y vuelve en 2030, por ejemplo, fue uno de los bulos más repetidos, pero como ya hemos explicado, no aparece en ninguna edición oficial del manga. Ni en la de 1999, ni en la reedición de 2021. Es pura invención. Pero se ha repetido tanto que hasta algunos medios la han citado como cierta.

La propia autora ha salido a la palestra recientemente para aclarar algunos puntos. Vive en Yokohama, tiene más de 70 años, y ha declarado que nunca quiso generar pánico. Solo compartir sus sueños, sin pretensión de ser una profeta. De hecho, insiste en que no puede asegurar que nada de lo que soñó vaya a pasar. Ni siquiera lo de 2025. Aun así, por si acaso, recomienda tener agua, linternas y una ruta de evacuación a mano. Por precaución, no por certeza. Básicamente lo mismo nos dijo Ursula von der Leyen en octubre de 2022, cuando recomendó a los ciudadanos europeos tener preparado un kit de emergencia en casa con agua, alimentos y linternas, por si ocurría algún corte generalizado de energía o desastre natural. Y nadie la toma por una adivina (salvo los españoles).

Con todo esto sobre la mesa, lo que queda claro es que El futuro que vi es, en el mejor de los casos, un manga introspectivo que ha sido desfigurado por la mitología digital. Las redes sociales han convertido a Ryo Tatsuki en una especie de Nostradamus con trazo fino, pero lo cierto es que ni lo pretendía ni lo merece. Las únicas profecías que se cumplen con regularidad son las del algoritmo: si mezclas misterio, catástrofe y estética japonesa, el clic está asegurado.

Por lo demás, si el 5 de julio de 2025 no pasa nada, como es previsible, siempre podrán decir que lo evitamos gracias a la advertencia de Tatsuki. Y si pasa algo, ya habrá quien asegure que todo estaba en las viñetas. En el fondo, lo importante nunca es que se cumplan las profecías, sino que se compartan mucho. Como los memes, pero con más dramatismo.

  • Yo he tenido sueños apocalípticos toda mi vida. Nunca se han cumplido. Hace unas noches tuve el último. Soñé con olas gigantescas de cientos de metros que arrasaban la ciudad donde me encontraba. Millones de personas morían. Anoche soñé con la destrucción del mundo. Ví como la tierra se partía por la mitad y enormes extensiones de tierra se levantaban y aplastaban todo lo que encontraban a su paso. Siempre he tenido ese tipo de sueños. El más recurrente tiene que ver con cometas o planetas errantes que impactan con la tierra. También con el sol. Desconozco la causa de este tipo de sueños catastróficos (siempre que los tengo me despierto angustiado y abrumado).



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