Barça. Más mugre que historia
Hoy se juega el Clásico, el partido entre el FC Barcelona y el Real Madrid, y esta vez llega cargado de una tensión especial. No se trata solo de una nueva edición del duelo más mediático del fútbol español, sino de un encuentro que puede decidir la Liga. Si el Barça gana, acariciará el título. Si pierde, el campeonato quedará abierto hasta el último suspiro. En este contexto de máxima presión, no está de más repasar un aspecto que ha planeado durante años sobre los enfrentamientos entre estos dos gigantes: la sombra de los escándalos arbitrales.
Es curioso que, pese a ser el club más corrupto del panorama futbolístico mundial, el FC Barcelona haya sabido manejar con eficacia el relato mediático hasta el punto de proyectar la sombra de la sospecha sobre su eterno rival, el Real Madrid. Durante años, el discurso del barcelonismo ha girado en torno a una supuesta connivencia entre el Madrid y los estamentos arbitrales. Sin embargo, los hechos documentados cuentan otra historia: el club que ha estado vinculado a casos concretos de pagos, intentos de soborno y asesoramientos dudosos ha sido el propio Barcelona.
No sería extraño pensar que esta estrategia comunicativa responde a una técnica clásica de proyección: acusar a otros de lo que tú mismo haces. De hecho, Joseph Goebbels, el ministro de propaganda nazi, recomendaba precisamente eso en su decálogo de principios propagandísticos: «Acusa a tu enemigo de lo que tú mismo haces». Aunque es arriesgado establecer paralelismos tan contundentes, la lógica estratégica parece familiar. Lo innegable es que el Barcelona ha sabido colocarse en el papel de víctima, mientras firmaba cheques a vicepresidentes del Comité Técnico de Árbitros. Una maniobra eficaz, sin duda, que merece ser analizada con el mismo escepticismo con que miramos el resto de esta historia.
Lo que resulta particularmente revelador es que, tras décadas manejando con éxito ese relato victimista, la historia ha dado un giro completo. Hoy, el planeta futbolístico ya no compra ese discurso. La imagen del FC Barcelona ha quedado tan deteriorada que el club ha pasado de ser admirado a convertirse en un meme global. Las redes sociales hierven de sarcasmo, los aficionados de medio mundo se burlan de sus escándalos, y hasta en la grada rival ya no hace falta inventar cánticos: basta con repetir los hechos. En pocas palabras, el que durante tanto tiempo señalaba a otros como corruptos, ha acabado siendo el protagonista del mayor escándalo arbitral de la historia del fútbol.
El FC Barcelona figura entre los clubes más exitosos del fútbol mundial, con una trayectoria repleta de títulos, jugadores históricos y episodios memorables. Un legado que bastaría, por sí solo, para ser motivo de orgullo entre sus seguidores. Sin embargo, una obsesión constante por igualar —o superar— al Real Madrid en todos los frentes ha conducido al club por caminos mucho más oscuros. A lo largo de los años, esa pulsión ha derivado en una sucesión de polémicas, investigaciones y escándalos que han erosionado su imagen institucional y han abierto serias dudas sobre su relación con los árbitros. Algunas de estas historias se han quedado en meras sospechas, otras han sido formalmente investigadas, y no han faltado las que han desembocado en sanciones o procesos judiciales.
Este artículo recopilo, en orden cronológico, los casos más relevantes en los que el FC Barcelona se ha visto implicado en supuestos intentos de influir en el arbitraje. Simplemente voy a recopilar los casos conocidos, algunos de los cuales nunca llegaron a tener consecuencias por la dificultad de demostrar unos hechos judicialmente.
Empezamos por el caso más antiguo del que se tiene noticia, aunque apenas quede más que el eco de una sospecha: la final de la Copa del Generalísimo de 1968. Aquella noche, el FC Barcelona se impuso por 1-0 al Real Madrid, y el arbitraje de Antonio Rigo fue objeto de durísimas críticas. Se llegó a decir que el club le había regalado un chalé en Mallorca y que se le había «agradecido» el arbitraje con un negocio en Palma. Todo muy pintoresco, pero también muy huérfano de pruebas. El propio Rigo lo negó en repetidas ocasiones. Nunca hubo investigación ni acusación formal. Como mucho, una leyenda urbana nacida del enfado blanco.
Saltamos a 1973, y aquí ya no hablamos solo de rumores, sino de hechos documentados aunque sin sentencia. En la ida de una eliminatoria de Copa entre el Burgos y el Barcelona, el árbitro Medina Iglesias fue abordado al finalizar el partido por un directivo azulgrana, Javier Amat, visiblemente molesto. Lo que desató su indignación no fue una derrota ni una jugada concreta, sino que, al parecer, Medina no había favorecido especialmente al Barcelona durante el encuentro, lo que el directivo interpretó como una falta de cumplimiento de un presunto acuerdo previo. Le soltó entonces una frase críptica: «¿Te ha llegado lo de don Antonio Camacho, las cortadoras?». Las «cortadoras», según el propio Medina, eran un código para referirse a un fajo de billetes que sumaba la cantidad de 100.000 pesetas. Es decir, una insinuación de que otro árbitro, Camacho, habría actuado de intermediario para hacerle llegar un soborno, y que Medina, al no beneficiar al club, habría cobrado sin «cumplir su parte». El asunto llegó a notario en 1976, cuando el propio Camacho reclamó que se aclarara si su nombre había sido usado para comprar arbitrajes. Nunca se demostró que el dinero cambiara de manos, pero las conversaciones y declaraciones existen. Un caso que no pasó de sospecha razonable, pero que dejó un rastro.
La cosa se pone más seria en 1984. El FC Barcelona jugó en casa la vuelta de una eliminatoria copera contra el Lleida. Tras perder la ida 3-1, los azulgranas se impusieron 6-0 en el Camp Nou, con un arbitraje de Anastasio Mayoral Cedenilla. Un año después, el propio Mayoral denunció haber sido objeto de un intento de soborno. Entregó grabaciones, la tarjeta de un intermediario (Antonio Pallés) y fotos, alegando que se le había ofrecido 1,5 millones de pesetas por favorecer al Barcelona. El Colegio de Árbitros catalán no salió bien parado: su jefe de relaciones públicas, Ángel Andradas, fue suspendido dos años. No hubo juicio penal contra el club, pero sí sanciones deportivas internas. A diferencia de los casos anteriores, este tiene el dudoso honor de estar documentado, con pruebas presentadas y consecuencias reales. Un hecho probado.
En 1993, Luis Milla, entonces jugador del Real Madrid y exfutbolista del FC Barcelona, denunció públicamente en el programa El Larguero de la Cadena SER que un jugador del Barça le ofreció 30 millones de pesetas para que se autoexpulsara en el último partido de liga contra el Tenerife. Esta denuncia no fue investigada adecuadamente por las autoridades deportivas y quedó en el olvido.
Hace poco nos enteramos de otro episodio de corrupcion blaugrana. El periodista catalán Lluís Canut en el Twitch de Siro López contaba que «Núñez le expresó a una persona vinculada con el estamento arbitral su deseo oculto de comprar un árbitro, hasta que un día se encontraron a uno con problemas económicos para pagar las letras de su piso».
Ojo a lo que acaba de soltar Lluis Canut en el canal de Twitch de @sirolopez sobre Núñez y la compra de árbitros… pic.twitter.com/w17Az6ZlXn
— Fran (@FJRealMadridCF) September 2, 2024
Estos hechos, junto con las derrotas del Real Madrid en Tenerife en las temporadas 1991-92 y 1992-93, han sido interpretados por algunos como el inicio de un entramado corrupto que habría favorecido al FC Barcelona durante décadas, culminando en el caso Negreira, en el que el club catalán pagó al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros durante años.
Y por último, llegamos al escándalo más reciente y también el más mediático: el mencionado Caso Negreira. Entre 2001 y 2018, el FC Barcelona pagó alrededor de 8 millones de euros a José María Enríquez Negreira, exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros. Los pagos se hicieron a través de empresas de Negreira, como Dasnil 95 SL, sin contratos formales ni justificaciones claras. El club alega que eran servicios de «asesoría arbitral», informes técnicos para saber cómo actuaban los colegiados. La Agencia Tributaria lo ve de otro modo: sospecha que el objetivo era asegurar arbitrajes «neutrales» y evitar decisiones en contra. La investigación está en marcha. Hay querella de la Fiscalía, causa judicial abierta por cohecho, y hasta la UEFA ha amenazado con sanciones deportivas si se prueba que los pagos buscaban alterar la competición. A día de hoy, los pagos están probados, pero el juicio sobre su intención sigue pendiente. He incluso directivos del club han reconocido que los pagos vienen de la época de Nuñez (quizá de ahí viene el 95 del nombre de la empresa de Negreira) y que el objetivo era hacer loby para obtener beneficios arbitrales.
El resultado es que en los ultimos 10 años, el Real Madrid ha conseguido 6 UCL, y solo 4 Ligas. ¿Quiere esto decir que es más difícil ganar la Liga que la Champions? Pues depende. El Barcelona ha ganado 5 Ligas y ninguna Champions. Quizá tenga la culpa esta mugrienta Liga que tenemos en España.
Referencias: