Estructuras gigantes debajo de la gran pirámide
Recientemente diversos medios internacionales han difundido con gran entusiasmo la noticia de un descubrimiento extraordinario debajo de las famosas pirámides de Giza en Egipto.
Según estas informaciones, un equipo compuesto por investigadores italianos y escoceses habría detectado una enorme ciudad subterránea y varias estructuras cilíndricas colosales que alcanzarían hasta 600 metros de profundidad bajo la superficie. Las dimensiones reportadas superarían diez veces el tamaño de las propias pirámides, provocando una auténtica conmoción y fascinación entre los seguidores de misterios antiguos y conspiraciones históricas.
Estos datos provienen de afirmaciones ampliamente divulgadas en sitios web como Daily Mail, donde se asegura que la tecnología utilizada, conocida como radar de apertura sintética (SAR), habría permitido realizar estos hallazgos impactantes. Esta tecnología consiste en un sistema avanzado de imágenes por radar que se basa en la emisión de ondas electromagnéticas desde satélites o aeronaves para explorar con precisión grandes áreas o estructuras. El radar SAR capta la reflexión de estas ondas electromagnéticas en distintos materiales y superficies, creando imágenes detalladas capaces de penetrar ciertos materiales, incluso el suelo, en ciertas condiciones. Sin embargo, al acudir a las fuentes científicas originales citadas por estos medios, la historia cambia notablemente.
Dos publicaciones científicas recientes han sido señaladas por los medios como la fuente primaria del descubrimiento. La primera es un artículo publicado en 2022, titulado «Synthetic Aperture Radar Doppler Tomography Reveals Details of Undiscovered High-Resolution Internal Structure of the Great Pyramid of Giza«, disponible en la plataforma ArXiv. Este documento efectivamente utiliza tecnologías avanzadas para explorar la estructura interna de la Gran Pirámide, pero en ningún momento menciona estructuras cilíndricas gigantes o ciudades subterráneas. Su propósito se limita a detallar aspectos constructivos internos hasta entonces poco conocidos, utilizando una técnica avanzada, pero que no revela indicios de tales megaestructuras subterráneas.
El segundo artículo, aún más reciente y publicado en marzo de 2025 por la prestigiosa revista Nature, lleva por título «Confirmation of the ScanPyramids North Face Corridor in the Great Pyramid of Giza using multi-modal image fusion from three non-destructive testing techniques«. Al igual que el anterior, este estudio tampoco hace mención alguna a estructuras cilíndricas masivas bajo tierra. Su objetivo se restringe exclusivamente a confirmar la existencia de un corredor interno específico en la pirámide, validando resultados obtenidos previamente con técnicas no destructivas como termografía infrarroja y ultrasonidos.
El revuelo mediático y la falta de correspondencia directa entre las afirmaciones espectaculares y las evidencias presentadas por la comunidad científica generan una disonancia clara. El conocido arqueólogo egipcio Zahi Hawass ha declarado públicamente que tales afirmaciones carecen de validez científica y ha calificado los hallazgos reportados como «noticias falsas», argumentando que las tecnologías mencionadas en las noticias no están debidamente validadas para realizar afirmaciones tan contundentes.
Este fenómeno recuerda otros episodios en los que descubrimientos arqueológicos legítimos se ven envueltos en exageraciones mediáticas. A menudo, pequeños avances científicos legítimos son amplificados hasta convertirlos en sensacionales historias que se distancian considerablemente de la realidad original de las investigaciones. Este parece ser el caso nuevamente con las supuestas estructuras cilíndricas y la ciudad subterránea debajo de las pirámides de Giza, cuya existencia real y confirmación científica siguen siendo, al menos hasta la fecha, inexistentes.