Proclamas falsas del Foro Económico mundial
Circula por la red un enlace a una publicación de 2023 de AC News en la que se afirma que el Foro Económico Mundial (WEF) busca reducir la población mundial en un 86%. La noticia, difundida ampliamente por Sean Adl-Tabatabai en portales como The People’s Voice, incluye declaraciones atribuidas a Dennis Meadows, coautor del famoso informe Los límites del crecimiento del Club de Roma. Según el artículo, Meadows habría abogado por una despoblación masiva, sugiriendo incluso que podría lograrse de manera «pacífica». Estas afirmaciones, como suele suceder en este tipo de contenidos, están cargadas de una narrativa alarmista que mezcla citas descontextualizadas con teorías de conspiración.
El núcleo de esta controversia parece residir en interpretaciones de entrevistas pasadas con Meadows. Este autor, reconocido por sus análisis sobre sostenibilidad global, ha discutido en ocasiones la relación entre el crecimiento poblacional y la capacidad de los recursos del planeta. Sin embargo, reducir sus planteamientos a un llamado explícito a despoblar el planeta tergiversa gravemente su mensaje. Meadows, en el contexto original, habló sobre posibles escenarios futuros si no se lograba un equilibrio entre el consumo y los recursos disponibles, pero no abogó ni promovió activamente políticas de despoblación masiva.
El Foro Económico Mundial, por su parte, se ha centrado en debates sobre sostenibilidad, cambio climático y desarrollo económico. En ninguna de sus publicaciones oficiales se menciona una meta de despoblación, y mucho menos en los términos presentados por estas noticias. Es común que plataformas sensacionalistas aprovechen temas complejos y legítimos, como la sostenibilidad ambiental, para alimentar narrativas conspirativas que buscan generar miedo o desconfianza hacia instituciones globales.
El artículo de AC News conecta estas afirmaciones con una supuesta agenda del WEF, utilizando frases impactantes y términos como «benevolente dictadura», atribuidos a Meadows. Sin embargo, al revisar los datos y las declaraciones originales, queda claro que estas interpretaciones están diseñadas para escandalizar más que para informar. Este tipo de desinformación no solo confunde al público, sino que también desvirtúa debates importantes sobre cómo abordar los desafíos globales de manera ética y efectiva.