Julian Assange: se está usando la IA para realizar asesinatos en masa
En recientes declaraciones, Julian Assange afirmó que Israel está utilizando inteligencia artificial para llevar a cabo «asesinatos masivos» en Gaza, generando gran repercusión en medios internacionales. Estas afirmaciones se dieron en el marco de su intervención ante el Consejo de Europa, donde expresó su preocupación sobre el uso de tecnologías avanzadas en el conflicto entre Israel y Palestina. Numerosos medios se han hecho eco de sus palabras, generando debates sobre la ética del uso de la IA en conflictos bélicos y su impacto en la población civil.
JULIAN ASSANGE: ‘Artificial intelligence is being used for mass assassinations in Gaza’
“The majority of targets in Gaza are bombed as a result of artificial intelligence targeting.”
US-UK-EU-armed Israel has made the concept of an AI dystopia into a reality, where human… pic.twitter.com/SFZlxm0Rf9
— Afshin Rattansi (@afshinrattansi) October 3, 2024
Julian Assange es una figura ideológica compleja, marcada por su defensa radical de la libertad de información y su oposición al secreto gubernamental, especialmente en temas de guerra y derechos humanos. Fundador de WikiLeaks en 2006, su plataforma expuso numerosos documentos clasificados, lo que lo convirtió en un símbolo para quienes defienden la transparencia total. Crítico feroz de las intervenciones militares de Estados Unidos y sus aliados, Assange adopta una postura anti-imperialista, posicionándose contra lo que considera una hegemonía global basada en la explotación, el espionaje y la manipulación.
Su activismo ha sido interpretado por algunos como una lucha por la verdad, pero por otros como un desafío desmedido a la seguridad nacional y la soberanía de los Estados. Específicamente, Assange ha sido un opositor del militarismo occidental, denunciando tanto las guerras de Irak y Afganistán como las acciones de Israel en Gaza, muchas veces alineándose con movimientos de izquierda anti-establishment. A nivel personal, también se le ha descrito como alguien con una visión libertaria del mundo digital, buscando un internet libre de censura y control.
Sus críticas no se limitan a gobiernos, sino que también atacan el poder de las corporaciones tecnológicas y de los medios de comunicación convencionales, a quienes acusa de ser cómplices de las agendas estatales. Esta visión ideológica es, en gran parte, la que ha alimentado tanto su admiración por parte de movimientos libertarios y de izquierda, como su rechazo por parte de sectores políticos más conservadores o que defienden una mayor regulación de la información por motivos de seguridad.
Julian Assange ha sido acusado en varias ocasiones de tener vínculos con Rusia, particularmente a raíz de la publicación de correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata (DNC) en 2016, que perjudicaron la campaña de Hillary Clinton y que, según las agencias de inteligencia de EE. UU., fueron obtenidos por hackers rusos. Aunque Assange ha negado repetidamente cualquier conexión directa con el gobierno ruso, WikiLeaks ha sido criticado por no publicar material que perjudique a Rusia o sus aliados, lo que ha alimentado las especulaciones sobre posibles vínculos o simpatías. Esta indulgencia con Rusia, puede indicar que está al servicio de su agencia de seguridad, o puede que se deba en que Assange sabe cómo trata la inteligencia rusa a sus disidentes.
En cualquier caso, el perfil de Assange nos previene de que cualquiera de sus afirmaciones tienen un sesgo antiamericano y anti-israelí. Assange parece ignorar que las intervenciones de Israel en la franja de Gaza tienen su origen en la masacre de más de 1.400 personas provocado por Hamas hace ahora exactamente un año, que constituyen un acto que muchos considermos un genocidio. Estas acciones de Israel, son la defensa legítima de una nación tratando de evitar que las potencias exteriores los exterminen, que es su deseo final.
Al criticar el uso de IA en Gaza, Assange parece equiparar esta tecnología con la IA genérica que se encuentra en dispositivos móviles, aplicaciones y asistentes virtuales. Sin embargo, lo que probablemente está en juego en el conflicto es algo mucho más sofisticado y específico, como el uso de software de vigilancia y espionaje avanzado. Un ejemplo claro es Pegasus, un programa desarrollado por la firma israelí NSO Group, que permite acceder a teléfonos móviles (incluso activando el micrófono y la cámara sin que el usuario lo sepa) para obtener información y rastrear actividades. Este tipo de tecnología no es lo que la mayoría de la gente imagina cuando escucha «inteligencia artificial», ya que no se trata de algoritmos generales para el reconocimiento facial o la asistencia en tareas cotidianas, sino de herramientas diseñadas para infiltrarse en redes enemigas y recoger inteligencia vital. Confundir estos dos tipos de tecnologías no solo desinforma, sino que distorsiona el debate sobre el uso ético de la IA en los conflictos modernos.
Al público, el uso de esta tecnología le puede parecer más o menos ético que establecer los centros de operaciones debajo de hospitales y colegios, utilizando a la población palestina como escudos humanos, que es lo que hace Hamas. Pero de esto Assange no opina.
lamentira
12/10/24 23:40
@ Putin:
Parece que tienes una visión muy sesgada de la situación en Rusia. Si Putin es tan «adorado», ¿por qué las elecciones están plagadas de denuncias de fraude y la oposición enfrenta constantes represalias? Respecto a Navalny, la narrativa de traición no se sostiene cuando la comunidad internacional y los propios rusos han denunciado persecución política. La «democracia más sana» que mencionas parece más una fachada autoritaria con medios controlados, como lo confirman múltiples informes de organizaciones independientes.
JD
14/10/24 03:44
@lamentira:
Al contrario, lamento si mis palabras se mal interpretaron. Volviendo al tema, es bueno que te interese la historia y sin duda alguna es muy complicado de entender, porque este conflicto lleva milenios. Estoy de acuerdo en lo que dices, no hay ni buenos ni malos pero tampoco se debe de perder el sentido común ante esta situación.
No se puede negar que en Israel hay bastantes grupos variados y que hay gente que ama su libertad, sin embargo al igual que en otras naciones, su gobierno puede caer en el autoritarismo; ya lo hemos visto y leído lo que ha pasado con otras naciones (tanto en el pasado, como en el la actualidad.)
Como diría un usuario, pero aplicado a Netanyahu, él (Netanyahu) tiene la mitomanía de George W. Bush;la arrogancia y las ganas de J… de Vladimir Putin y los aires de grandes de Donald Trump. Su gobierno (en especial su partido) esta llevando a practica el Kahanismo (movimiento similar al salafismo) y todos sabemos que esto tendrá consecuencias a futuro en toda la región.
solferico
16/10/24 11:51
Por intentar traer el debate de vuelta al tema del post, que he visto aquí a Bildu, a Vox, y hasta el 11-M
La cultura occidental (perdónenme la generalización) ha conseguido superar, al menos en gran medida, el fanatismo religioso como guía última de su modus operandi. Somos capaces de llevarnos «bien» con cualquiera que quiera comerciar con nosotros. Compramos gas a Rusia (a quien considero Occidente), minerales a dictadores africanos, o tecnología a China y petróleo a Arabia Saudí. Nuestra prioridad es el dinero.
La islámica, sin embargo, sigue siendo bárbara. No se integra, ni en la forma ni en el fondo, con la occidental. No quieren convivir, no quieren comerciar, quieren islamizar al mundo. Algunos por lo civil, otros por lo criminal. Por supuesto hacen negocios, construyen ciudades etc, pero por encima de cualquier otra prioridad, está su religión. Y su religión es bárbara.
La judía, en la forma se ha mimetizado con occidente, supongo que en parte porque tras la diáspora, son los judíos que emigraron a occidente y sus descendientes quienes prosperaron, económica, social y políticamente, y marcan hoy la guía del estado de Israel. Pero en el fondo, son integristas. Igual o más que el islam. No hay prioridad mayor que su identidad religiosa. Un judío es judío haya nacido y viva en Jerusalén, Miami, Cancún o Madrid. Es judío por encima de su nacionalidad.
Resumiendo, los occidente trata hasta con el diablo si hay dinero de por medio. Israel casi también, siempre que no entres en terreno religioso, en cuyo caso se vuelven tan bárbaros como los terceros, el Islam, que son bárbaros todo el tiempo.
¿Qué quiero decir con esto? Que Israel es un estado bárbaro con medios civilizados, colocado en mitad de un avispero de países bárbaros a secas. Los atentados de Hamás merecían una respuesta? Por supuesto. Había formas de acabar con Hamás que no impliquen demoler completamente la franja de Gaza acabando con todo lo que se mueva allí? Sin duda. Pero son bárbaros. «Nuestros» bárbaros. Un mal menor comparado con el Islám rampante.
Hasta hace cuatro días, si me preguntabas, te hubiera dicho que si, que a Israel se le ha ido la mano «big time» con Gaza, que no hay forma de justificar el nivel de crueldad hacia la población civil, pero que se está pegando contra algo tan maligno para occidente, que si tengo que elegir bando, me quedo con ellos.
Hasta que han atacado, a propósito, una base de la ONU.
Eso es un acto de guerra. Contra nosotros (Y la ONU me parece una organización muy pervertida, ojo). Hoy, te diría no que deberíamos dejar de enviarles armamento y dinero, sino que deberíamos pegarles un par de pepinazos en bases militares, para recordarles que sobreviven en el avispero gracias a nosotros (occidente). Y no, no voy con Palestina, ni con el Líbano, ni con Irán. Quiero que Israel gane esa guerra, no porque sean los buenos, sino porque me interesa como occidental. Ahora bien, yo adoro a mi perro pero si muerde mi alfombra le doy una ostia. Para que aprenda.
Vaya rollo acabo de soltar