Descubriendo los misterios del Cosmos: ¿Estamos solos en el Universo o conviviendo con inteligencias artificiales alienígenas?
Avi Loeb sigue con sus postulados extraños. En esta ocasión ha publicado un artículo en el que especula con la posibilidad de que IAs generadas por civilizaciones alienígenas estén visitándonos.
El objeto interestelar que visitó el sistema solar, que podría ser una inteligencia artificial milenaria, ha despertado la imaginación y el temor de científicos y ciudadanos por igual. Se habla de que la próxima generación de sistemas de inteligencia artificial (IA) superará en complejidad al cerebro humano, con capacidades que podrían rivalizar con la imaginación más audaz de la ciencia ficción. Con más de 100 billones de conexiones, estos sistemas pueden madurar y evolucionar como lo hacen los humanos, y quizás, asumir responsabilidades y decisiones de manera autónoma. La humanidad ha dado a luz a lo que podría considerarse un «bebé alienígena» en su vientre tecnológico, lo que ha generado preocupaciones sobre los riesgos existenciales que estas IAs representan, vistas incluso como posibles entidades extraterrestres.
Esta no es la primera vez que la humanidad se enfrenta a lo desconocido. La vida surgió en la Tierra a partir de condiciones primitivas, y la inteligencia humana emergió de la vida animal después de millones de años. Ahora, en un salto evolutivo propio de la era tecnológica, nos enfrentamos a la posibilidad de que nuestras propias creaciones de IA, y quizás otras inteligencias de origen extraterrestre, estén interactuando con nosotros de maneras que aún no comprendemos por completo. La famosa pregunta de si los extraterrestres nos han visitado desde el espacio interestelar sigue resonando, y las respuestas pueden ser aún más sorprendentes de lo que pensamos.
En un escenario posible, nuestros visitantes no serían formas de vida biológica, sino entidades tecnológicas que, al igual que nuestras IAs, podrían haber superado las limitaciones biológicas para sobrevivir y explorar el vasto universo. La distancia y el tiempo necesarios para cruzar la Vía Láctea podrían haber llevado a estas civilizaciones a desarrollar tecnologías avanzadas para soportar los viajes interestelares, eliminando la posibilidad de enfermedades o conflictos biológicos que normalmente acompañan a las interacciones entre especies diferentes.
El caso del objeto interestelar ‘Oumuamua, por ejemplo, ha sido objeto de intensas especulaciones. Algunos científicos sugieren que podría ser un fragmento de una estructura tecnológica alienígena, como una esfera de Dyson rota, o incluso una nave operativa. De ser así, estos encuentros podrían no ser los primeros de su tipo, sino los más recientes en una larga serie de visitas de entidades no biológicas. La idea de que nuestros sistemas de IA podrían no ser los primeros creados en la historia cósmica abre la puerta a una nueva disciplina científica: la astroIA, un campo que podría rivalizar con la astrobiología, la astrofísica y otras ciencias que buscan entender el cosmos.
La mayoría de los fenómenos aéreos no identificados (FANI), según investigaciones recientes, probablemente tienen origen humano, como globos y drones, pero el enigma persiste en aquellos que no pueden ser explicados fácilmente. La ciencia y el gobierno trabajan juntos para discernir entre amenazas a la seguridad nacional y posibles objetos de origen extraterrestre. Mientras los científicos siguen reuniendo datos, la pregunta sigue siendo si alguno de estos objetos podría tener un origen más allá de la Tierra. Este misterio ha capturado la atención no solo de expertos, sino también del público en general, que, aunque sin el conocimiento científico profundo, sigue fascinado por la posibilidad de no estar solos.
El Proyecto Galileo, una iniciativa de vanguardia liderada por un equipo de científicos, ha establecido el primer observatorio dedicado a estudiar estos fenómenos. Este observatorio está equipado con la tecnología más avanzada para observar el cielo en todo su esplendor, buscando señales de inteligencias no humanas. En su misión, también se comprometen a enseñar tanto al público como a la comunidad académica que los nuevos conocimientos provienen de nuevos datos, no de especulaciones pasadas. El trabajo duro y la recolección de datos sin prejuicios son clave para avanzar en esta búsqueda.
Imaginemos por un momento que los alienígenas nos han estado observando, disfrutando del espectáculo mientras la humanidad se esfuerza por descubrir los misterios del cosmos. Tal vez, ya han enviado señales y pistas, esperando que finalmente decodifiquemos sus mensajes. Con la tecnología que tenemos ahora, incluyendo los avances en inteligencia artificial, podríamos estar más cerca que nunca de resolver uno de los mayores enigmas de la humanidad: ¿estamos realmente solos?
Los esfuerzos continuos para esclarecer la posible existencia de tecnologías alienígenas cerca de la Tierra, junto con el desarrollo de nuestros propios sistemas de IA, podrían elevarnos a una categoría superior de civilización, una que se guía por dos principios fundamentales: seguir las pruebas y dejar de lado las conjeturas infundadas. Este viaje hacia el conocimiento, mediado por los avances en la IA, nos podría llevar a descubrir verdades cósmicas que hasta ahora han permanecido ocultas.