El cronovisor cuántico

El cronovisor es un dispositivo supuestamente inventado por el sacerdote benedictino italiano Padre Pellegrino Ernetti en la década de 1950. Este aparato permitiría ver y escuchar eventos del pasado. Ernetti, quien también era un conocido exorcista y estudioso de la música antigua, sostuvo que desarrolló el cronovisor con la ayuda de varios científicos, incluyendo al premio Nobel Enrico Fermi y al famoso físico Wernher von Braun.

El cronovisor habría sido capaz de captar ondas electromagnéticas y sonoras del pasado, permitiendo a sus usuarios observar eventos históricos como la crucifixión de Jesús o discursos de figuras como Napoleón. Sin embargo, no existen pruebas verificables de la existencia del cronovisor, y la comunidad científica considera estas afirmaciones como pseudociencia. El cronovisor ha sido objeto de varias teorías de conspiración y ha capturado la imaginación popular, pero su existencia y funcionalidad no tienen base en la evidencia científica aceptada.

Las historias sobre el cronovisor resurgen ocasionalmente en publicaciones esotéricas y en medios dedicados a lo paranormal, alimentando especulaciones y debates sobre la posibilidad de viajar o ver el tiempo pasado. Pero hace unos días, en vez de un medio paranormal, ha sido la revista ComputerHoy la que ha informado sobre un avance científico, que sería equivalente al cronovisor. Trata de un supuesto descubrimiento en física que permitiría la construcción de sensores cuánticos capaces de viajar en el tiempo, es decir, un cronovisor cuántico.

En primer lugar, el concepto de «retrospección» mencionado en el artículo de ComputerHoy se basa en un avance real en la física cuántica liderado por Kater Murch de la Universidad de Washington en St. Louis. Este avance se centra en la utilización del entrelazamiento cuántico para mejorar la precisión de los sensores cuánticos, no para enviar información o sensores al pasado. El entrelazamiento cuántico es un fenómeno donde dos partículas, como qubits (las unidades básicas de información en computación cuántica que pueden existir en múltiples estados simultáneamente), se conectan de tal manera que el estado de una afecta instantáneamente al estado de la otra, sin importar la distancia entre ellas.

La clave de este descubrimiento reside en cómo los qubits entrelazados pueden influir en las mediciones actuales de manera retroactiva, optimizando la dirección del espín de un qubit después de haber realizado la medición inicial. El espín es una propiedad intrínseca de las partículas subatómicas que puede ser visualizada como una especie de giro que puede orientarse en diferentes direcciones. Esta propiedad, llamada «hindsight» o retrospección, permite a los científicos ajustar las mediciones para obtener datos más precisos, pero no implica un viaje en el tiempo en el sentido convencional.

La explicación técnica de este proceso comienza con dos qubits entrelazados en un estado de singlete. Un singlete es un estado cuántico particular donde dos qubits tienen espines opuestos, lo que significa que sus espines están siempre orientados en direcciones opuestas. Uno de estos qubits, denominado «sonda», se expone a un campo magnético que induce su rotación. Posteriormente, el qubit que no ha sido expuesto al campo es medido. La información obtenida de esta medición influye retroactivamente en la interpretación del estado del qubit sondeado, permitiendo una optimización post hoc de la dirección del espín de la sonda. Este proceso mejora significativamente la precisión de las mediciones cuánticas al reducir la probabilidad de fallos que ocurrirían si la alineación del campo magnético y la dirección del espín no fueran óptimas desde el principio.

La idea de que estos sensores puedan «ver» el pasado es una interpretación errónea o, al menos, una exageración de los hechos. La tecnología en cuestión no permite enviar información al pasado ni observar eventos históricos directamente. En su lugar, proporciona una manera más precisa de analizar y medir campos magnéticos y otros fenómenos cuánticos mediante la manipulación de qubits entrelazados. Este avance tiene aplicaciones potenciales en diversas áreas, como la astronomía y la metrología, pero su capacidad de «viaje en el tiempo» es meramente una mejora en la precisión de las mediciones actuales, no una herramienta para observar el pasado literalmente.

Las aplicaciones de esta tecnología son, sin duda, impresionantes. Permitirán avances significativos en la detección de fenómenos astronómicos y en el estudio de campos magnéticos, proporcionando datos más precisos que los métodos tradicionales. Sin embargo, las afirmaciones sensacionalistas sobre la capacidad de estos sensores para viajar en el tiempo pueden desviar la atención de la verdadera naturaleza y el potencial de estos avances científicos.

 

  • Hombreee… Por fin hablas del cronovisor del padre Ernetti, aunque sea de pasada. Es un tema que te sugerí hace años



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