Los científicos de Harvard también se hacen gayolas mentales

En el fascinante ámbito de los Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP, por sus siglas en inglés), surgen diversas teorías que intentan explicar estos misteriosos eventos.

En un reciente estudio titulado «The Cryptoterrestrial Hypothesis: A Case for Scientific Openness to a Concealed Earthly Explanation for Unidentified Anomalous Phenomena«, Tim Lomas, Brendan Case y Michael P. Masters (universidad de Harvard) presentan la hipótesis cripto-terrestre (CTH) como una posible explicación al fenómeno OVNI. Los autores argumentan que, además de las explicaciones convencionales terrestres (como tecnología humana) y extraterrestres (civilizaciones avanzadas de otros lugares), existe una tercera categoría de hipótesis: la ultraterrestre. Esta categoría sugiere que los UAP podrían ser actividades de inteligencias no humanas (NHI) que ya están presentes en la Tierra, ocultas en nuestro entorno subterráneo, en la luna o incluso camufladas entre nosotros.

El artículo resalta la necesidad de considerar esta posibilidad con humildad y apertura epistemológica, dado que algunos UAP son tan extraños que no pueden ser fácilmente explicados por las teorías convencionales. Se han comenzado a contemplar hipótesis ultraterrestres, que incluyen la interdimensional (seres de otras dimensiones), cripto-terrestre (seres ocultos en la Tierra), y otras variantes como viajeros del tiempo o culturas terrestres secesionadas.

A continuación, exploraré cada una de estas alternativas, destacando los puntos clave que los autores presentan en su estudio.

La primera alternativa sugiere que, aunque nuestra comprensión de la historia y la geología de la Tierra ha avanzado significativamente, aún existen límites considerables en nuestro conocimiento. Es posible que haya habido civilizaciones antiguas en nuestro planeta que hayan dejado pocas o ninguna huella discernible para las generaciones actuales. Estas civilizaciones podrían haber alcanzado niveles de tecnología y conocimiento que les permitieran permanecer ocultas o incluso desaparecer sin dejar rastro. La idea de que existen lagunas en nuestro conocimiento histórico y geológico abre la puerta a la posibilidad de que inteligencias no humanas (NHI) hayan existido en la Tierra mucho antes de que los humanos modernos comenzaran a documentar su historia. Esta perspectiva exige una revaluación de nuestros métodos y herramientas de investigación para descubrir estas posibles civilizaciones perdidas.

La segunda alternativa explora la idea de que existen huellas de civilizaciones perdidas que podrían estar ocultas a simple vista. A lo largo de la historia, se han encontrado misteriosos artefactos y estructuras que no encajan fácilmente en nuestro entendimiento de las civilizaciones conocidas. Estos hallazgos, a menudo descartados o explicados de manera convencional, podrían ser indicios de civilizaciones avanzadas que han sido olvidadas o ignoradas. La arqueología y la antropología podrían beneficiarse de una mayor apertura a la posibilidad de que estos descubrimientos no sean anomalías sino pistas de culturas tecnológicamente avanzadas que han dejado rastros sutiles en nuestro planeta.

La tercera alternativa propone la existencia de civilizaciones subterráneas. Desde tiempos antiguos, mitos y leyendas de diversas culturas han hablado de seres que viven debajo de la superficie de la Tierra. Estas historias, a menudo relegadas al ámbito de la ficción o la superstición, podrían tener una base de verdad. Con la tecnología moderna, hemos comenzado a explorar las profundidades de la Tierra, descubriendo vastos sistemas de cuevas y túneles. Si bien estas exploraciones aún están en sus primeras etapas, la posibilidad de encontrar pruebas de civilizaciones subterráneas no puede ser descartada. Los avances en la geología y la robótica podrían permitirnos investigar estas áreas con mayor profundidad y descubrir secretos ocultos bajo nuestros pies.

La cuarta alternativa se centra en las tradiciones sobre cripto-terrestres «mágicos». A lo largo de la historia, muchas culturas han registrado encuentros con seres extraordinarios que poseen habilidades sobrenaturales. Estos relatos, aunque a menudo considerados mitos o folclore, podrían ser interpretaciones de encuentros reales con inteligencias no humanas. Los cripto-terrestres podrían haber utilizado tecnologías avanzadas que parecían mágicas para los observadores antiguos. La reevaluación de estas tradiciones con una perspectiva científica moderna podría revelar conocimientos valiosos sobre la naturaleza de estos seres y sus interacciones con los humanos.

Finalmente, la quinta alternativa examina la actividad relacionada con UAP en el subsuelo, bajo el agua y en las cercanías de la Tierra, como la luna. Las observaciones de objetos anómalos entrando y saliendo del agua, así como de estructuras misteriosas en la superficie lunar, sugieren que estas inteligencias no humanas podrían estar utilizando áreas inaccesibles para esconder sus actividades. Las tecnologías avanzadas de exploración submarina y espacial están comenzando a arrojar luz sobre estos fenómenos. Los informes de encuentros militares con UAP en estos entornos subrayan la importancia de investigar estos espacios con una mente abierta y una disposición para considerar explicaciones no convencionales.

Aunque el estudio de Lomas, Case y Masters ofrece una serie de alternativas intrigantes y bien argumentadas sobre la posibilidad de inteligencias no humanas ocultas en la Tierra, muchas de estas ideas se adentran en territorios que rozan lo fantástico y lo especulativo. Si bien es importante mantener una mente abierta en la investigación científica, algunas de las hipótesis planteadas pueden parecer más un ejercicio de imaginación que una base sólida para la investigación empírica. En definitiva, estos autores han llevado la especulación a un nivel elevado, ofreciendo una visión que, aunque fascinante, puede resultar difícil de tomar en serio para muchos dentro de la comunidad científica.



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