Apocalipsis económico el próximo otoño

Todos los analistas alertan de un escenario apocalíptico el próximo otoño. Pero ¿por qué?

Hace solo un año, el precio del gasóleo estaba a 1,23€ el litro. El del megavatio a 86,41€. Un año después, el precio es 2.00€ y 393,7€ respectivamente. Un escenario horrible ¿no?

Pues no es nada comparado con lo que está por venir. El precio del barril de petróleo está actualmente a 104$ para los suministros que se entregarán en agosto. Según los analistas, el precio del barril llegará a 170$ o 180$, un encarecimiento de un 68%. Ese mismo encarecimiento llevado al precio de los carburantes nos fijaría el precio del gasoil a 3,36€ por litro. El precio de la electricidad puede que suba incluso más, si finalmente Rusia corta el grifo del gas.

Hoy 11 de julio, la empresa que gestiona el gasoducto Nord Stream 1, que lleva gas ruso a Alemania, ha anunciado el cierre temporal para tareas de mantenimiento durante 10 días. Veremos si el 21 de julio lo reabren, o si se inventan algún fallo técnico para retorcer un poco las gónadas del gobierno alemán, y que vean lo que les espera si siguen apoyando a Ucrania e imponiendo sanciones a Rusia.

Como ya ha ocurrido en este punto, un encarecimiento de la energía provoca una subida de precios en cadena en todos los productos de consumo, incluidos los alimentos, obviamente. Si el IPC interanual del pasado junio fue del 10,2%, no sería de extrañar ver a final de año unos incrementos del 15% o incluso más.

Ante tal subida, y considerando que los salarios no van a subir en esa cuantía, el consumo se retraerá y provocará una recesión económica. Muchas empresas tendrán que despedir a empleados, abrir ERTEs o directamente quebrarán.

El índice de desempleo (considerando o sin considerar los expedientes temporales y los fijos discontinuos) subirá y provocará que el estado tenga que aumentar la partida de gasto dedicada a subsidios de desempleo.

En la actualidad, en España no se han reducido los impuestos debido al encarecimiento del coste de la vida. Me explico. Si hace un año llenar el depósito del coche costaba 60 euros, 30 de ellos se los llevaba el estado en concepto de impuestos. Si la factura de la luz era de 100€, 50 se los llevaba el estado bajo la misma justificación. Si llenar ahora el depósito vale 90€, el estado se lleva 45, y si la electricidad cuesta 200€ en estado se lleva 100. Esto a nivel nacional es una autentica millonada de recaudación extra.

Y ¿para qué se está utilizando este dinero? ¿Aumentar las pensiones, mejorar la educación y hacer más hospitales? Pues no. Se está utilizando para cubrir el déficit estructural que se ha disparado en los últimos años, del 0,4% pre-pandemia al 4% actual. Esta variación se debe al aumento sin precedentes del gasto público.  De momento al gobierno esto no le pesa, porque el BCE compra toda la deuda española que no sale. Pero esto no será así por siempre. Y no será así sin que la CE exija ejecutar unas reformas económicas que no nos van a gustar.

Pero podremos pensar que todo esto le estará pasando a todos los países de la misma manera ¿no? Pues no. Las condiciones macroeconómicas son como el temario del curso que hay que cubrir. Los países son como los alumnos. Algunos se aplican en clase, y otros se ponen a mirar el móvil. España es uno de estos últimos.

Todos estos factores nos van a llevar a la temida estanflación, recesión económica unida a una fuerte inflación. El peor de los escenarios posibles que nos sumirán en la oscuridad durante otros 10 años al menos.