Exosomas vs Virus. ¿La COVID es una farsa?

Acabo de ver un vídeo de este personajillo, que es José Alfonso Hernando, un conspiranoico que publica en youtube, en el que afirma que la enfermedad COVID19 es una farsa. Y ya de paso insulta a sus vecinos de Aranda de Duero.

Alfonso tiene una casa rural en el pueblo de Valdeande, Burgos, que no le debe de requerir mucha dedicación, ya que se pasa el día publicando chorradas de lo más diversas, con un único factor común: son todas mentira.

No recuerdo haber publicado nada sobre él, aunque le sigo desde hace tiempo. Me llamaba la atención de su increíble parecido, con Steve Jobs, algo de lo que él mismo también parece haberse dado cuenta.

Permitidme que no os traiga el vídeo, aunque sí que os dejaré alguna de las perlas que se sueltan en él:

– Los virus no causan enfermedades. Es una estafa de Pasteur.

-El test PCR mide los exosomas, que son unas burbujitas que salen de las células. Salen de ellas, osea que son el resultado, no la causa de la enfermedad.

-Y los exosomas salen porque la célula esta sometida a estrés. Pero eso no es malo. El mejor vino sale de cepas que están sometidas a estrés.

-El estrés lo provocan los chemtrails.

-Si se da positivo en la prueba PCR es por estar sometido a radiación electromagnética. No solo la 5G. Cualquiera. Y especialmente por la noche.

-En Aranda de Duero son zombies.

Bueno, mejor dejarlo ahí, para evitar caer en el insulto, porque ganas no me faltan. Vamos a intentar poner un poco de sentido común en todo esto.

El SARS-CoV-2 es el virus que provoca la enfermedad COVID-19. Se trata de un coronavirus, que son virus que encierran una cadena de ARN dentro de una capsula de glicoproteínas y lípidos.

La PCR es una técnica utilizada en biología molecular que permite conseguir una gran cantidad de copias de un fragmento de ADN, partiendo de una cantidad ínfima de esta biomolécula. Se basa en el proceso natural que ocurre en los seres vivos, mediante el cual por medio de unas encimas especiales se replican las secuencias de ADN para obtener copias idénticas. La PCR replica un fragmento de ADN, en varios ciclos, para obtener una gran cantidad de copias iguales a ella.

En el caso del SARS-CoV-2, al tratarse de un virus ARN (con una secuencia simple de nucleóticos, en vez de doble como el ADN), previamente tienen que convertirse las secuencias de ARN en ADN mediante el uso de una encima llamada transcriptasa inversa.

Finalmente se añade a la muestra sondas que se unen únicamente a secuencias específicas del ADN identificado del virus, que emiten fluorescencia. Por tanto, a mayor fluorescencia en la muestra, mayor presencia de virus SARS-CoV-2.

La prueba PCR se utiliza desde la década de 1980 para la detección de múltiples enfermedades y su inventor, Kary B. Mullis, fue galardonado con el Premio Nobel de Química en 1993.

Es posible que hayáis visto en internet afirmaciones atribuidas a Mullis en las que presuntamente afirma que «la prueba PCR no sirve para identificar enfermedades infecciosas». Es una afirmación falsa. Lo que sí que dijo es que la prueba PCR, por su propia naturaleza, no sirve para hacer una medición cuantitativa de la enfermedad. No se puede saber la carga vírica de un paciente, porque la propia prueba se basa en la multiplicación descontrolada de los segmentos de ARN/ADN objetivo.

También es cierto que Mullis era crítico con la existencia del VIH. Un artículo suyo, de la década de los 90, señalaba que el PCR solo podía “detectar las proteínas que se cree, en algunos casos erróneamente, que son exclusivas del VIH”. Pero es que a diferencia del nuevo coronavirus, cuyo mapa del genoma estuvo disponible dos meses después de que surgiera en Wuhan, China, el genoma del virus del SIDA no fue descifrado hasta 2009.

Cuando José Alfonso Hernando, afirma en su vídeo que lo que realmente está midiendo el PCR son los exosomas de una célula, está errando por completo. El test PCR no detecta exosomas, que son pequeños fragmentos celulares, que utilizan las células para comunicarse, entre otras funciones y que están presentes en todos los fluidos corporales.

Mientras que el SARS-CoV-2 tiene la capacidad de propagarse e infectar, los exosomas no infectan y tampoco se propagan. Cuando un exosoma llega a otra célula desencadena una respuesta, que no es formar nuevos exosomas y propagarse, como sí que ocurre en los virus.



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