Alerta de radiación en utensilios cotidianos

Cuenta una periodista en el diario de tirada nacional «La Razón», que manejar utensilios como un taladro o un aspirador, superan en 4 y 2 veces respectivamente, la radiación máxima permitida para el ser humano. ¿Se nos va a caer el pelo si nos ponemos a hacer agujeros en la pared? Tengo un vecino que suele ponerse a hacer chapuzas los sábados a las 9 de la mañana, y a lo mejor podía estar bien. «El brocas», le llamamos.

La periodista se llama Lucia Puig, y si no fuese porque según su currículo de linkedin debe de tener mas de 40 años, hubiese dicho que el artículo es obra de una becaria haciendo suplencias en agosto.

Lo peor de todo, es que su publicación está basada en un documento de un organismo alemán, la Oficina Federal para la Protección Contra la Radiación, que es el mismo organismo que publicó hace tiempo el ranking de los móviles que más radiación emiten.

La verdad es que se me hace complicado entender estas publicaciones en medios serios, y organismos supuestamente científicos.

Según este artículo, el límite para no poner en peligro la salud humana es de 100 microTeslas. Pero el campo magnético de la Tierra oscila entre 0,035 y 0,07 miliTeslas, por lo que ya solo por existir estamos recibiendo la mitad de la dosis máxima.

Un Tesla es la unidad de medida de la inducción magnética o densidad de flujo magnético. Para entender de lo que estamos hablando sin entrar en tecnicismos, un imán de esos que cuesta despegar de la nevera produce un campo magnético de «muchos teslas», y uno que se desprende fácil, produce un campo con  «pocos teslas». Entrecomillo porque esos imanes no suelen tener mas de 5 militeslas.

Esto quiere decir que si te metes un imán en el bolsillo, estarías recibiendo en el muslo 5.000 microteslas, 50 veces la dosis recomendada por el organismo alemán. Vamos, cáncer en un par de meses.

Y ya ni hablemos del campo magnético que se produce en las máquinas para realizar resonancias magnéticas en los hospitales. Oscilan entre 1 y 3 Teslas, lo que son 10.000 y 30.000 veces la dosis máxima. Muerte segura para los operadores de estas máquinas.

Los electroimanes del LHC (el colisionador de hadrones) producen un campo magnético de 8 teslas, 80.000 veces la dosis recomendada.

El récord lo ostenta la National High Magnetic Field Laboratory con un imán de 45 Teslas. Este sí que es peligroso. Como pases a su lado con las llaves en el bolsillo, estás listo.

El problema de todo esto, es que al hablar de radiación, la mayoría de la gente piensa en la radiactividad nuclear, y sus efectos nocivos sobre la salud. Pero hay muchos tipos de radiación. La definición de radiación es:

Emisión de energía o de partículas que producen algunos cuerpos y que se propaga a través del espacio.

Esta radiación puede ser ionizante y no ionizante. ¿Qué quiere decir esto? Si esa emisión de energía o partículas tiene la energía suficiente para romper un átomo (arrancar electrones del átomo convirtiéndolo en un ión) estamos hablando de radiación ionizante. SI no tiene energía suficiente, hablamos de radiación no ionizante.

Dentro de la radiación no ionizante tenemos las ondas de radio, las microondas, los infrarrojos, la luz visible, y los rayos ultravioleta.

Dentro de la radiación ionizante, los rayos X, Gamma y los flujos de partículas alfa y beta. Para aclarar el concepto, la radiación nuclear está compuesta de flujos de partículas alfa, beta y rayos gamma.

La radiación ionizante puede ser peligrosa para el organismo, aunque todos estamos sometidos a bajas dosis de esta radiación proveniente del núcleo de la Tierra y del espacio exterior.

La radiación no ionizante, no está demostrado que sea perjudicial para los seres vivos. Lo más que puede producir es un aumento de la temperatura.

Un ser vivo dentro de un campo magnético intenso (mucho más intenso que el generado por el motor de un taladro), puede sentir efectos adversos. Una persona que se mueve dentro de un campo por encima de 2 T (una máquina de resonancia magnética) puede experimentar sensaciones de vértigo y náuseas, y a veces un sabor metálico en la boca y percepciones de destellos de luz.

Los campos magnéticos estáticos ejercen fuerzas sobre los iones móviles de la sangre, generando campos eléctricos y corrientes alrededor del corazón y los principales vasos sanguíneos que pueden dificultar ligeramente el flujo de sangre. Los posibles efectos varían desde cambios menores en los latidos del corazón hasta un aumento en el riesgo de ritmos cardíacos anormales (arritmia) que pueden ser potencialmente mortales (como la fibrilación ventricular). Sin embargo, estos tipos de efectos agudos solo son factibles dentro de campos magnéticos que superen los 8 T.

A mi vecino «el brocas», se le caerá el pelo de viejo, me temo.