La Gran Pirámide de Giza puede concentrar energía electromagnética. La caseta de tu perro, también.

Un grupo de investigación internacional, liderado por la Universidad ITMO de San Petersburgo, ha aplicado métodos de física teórica para investigar la respuesta electromagnética de la Gran Pirámide a las ondas de radio. El documento escrito por Andrey B. Evlyukhin y su equipo, ha sido publicado en el American Institute of Physics, y está apareciendo en portada en las secciones científicas de toda la prensa mundial. Y lo cierto es que me sorprende que así sea. Llega a la conclusión de que un cuerpo cóncavo con forma piramidal concentra la radiación electromagnética en uno o varios focos, dependiendo de la longitud de onda que incide. Algo que ocurre también con un cono o una semiesfera. Quitando la portada y las referencias, el documento se queda en unas escuetas seis páginas en las que se muestra la forma de dispersión y concentración de radiación electromagnética con longitudes de onda entre 200 y 600 metros (0,5 a 1,5 MHz). Se asume que la composición de la pirámide es homogénea, de roca caliza. Partiendo de estas premisas se simulan los escenarios de incidencia de campos electromagnéticos desde arriba (figuras a – d) y desde abajo (figuras e – h). Comprobaréis que dependiendo de la longitud de onda, en alguna ocasión la zona de concentración de la radiación se queda cercana a la cámara del rey (recuadro del centro de la pirámide). Como ellos mismos dicen el el documento, se puede replicar este mismo ejercicio sobre otras formas geométricas, y literalmente plantean la posibilidad de hacerlo sobre otras pirámides de Giza. Me extraña esa obsesión con las pirámides, principalmente porque en declaraciones a la prensa sus autores afirmaron que seguramente los egipcios desconocían esa propiedad. Y podemos asegurarlo con toda certeza, ya que la composición de la gran pirámide no es homogénea, por lo tanto, la zona de concentración de la radiación no se podría haber sabido hasta que no se terminase de construir, ya demasiado tarde para reubicar la cámara del rey para que coincida con el foco de resonancia. Pero tal como la nota de prensa muestra la noticia, deja entender que la colocación de la cámara del rey estaba calculada para que focalizase la radiación en su interior. Radiación proveniente ¿de dónde? ¿De Sirio? ¿Eran los constructores de la Pirámide poseedores de semejante tecnología hace 4.500 años? Todo ello se deja entrevelado en el titular para llamar la atención de los lectores. Algo, que es evidente que se ha conseguido . Ahora, los científicos planean usar los resultados para reproducir efectos similares a nanoescala con el objetivo de producir células solares más eficientes. Después del eco que ha obtenido su estudio, seguro que les cuesta menos encontrar financiación para este proyecto. A veces la ciencia es un poco terrenal.