El último peldaño de Sánchez Hermosilla
Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto…
…escribía Lope de Vega, y en aprieto similar me he visto cuando La mentira está ahí fuera me preguntó si podía hacer un comentario sobre la intervención de D. Alfonso Sánchez Hermosilla, del Centro Español de Sindonología, en el programa de Onda Regional de Murcia, El Ultimo Peldaño (08/06/2012, audible aquí ). Pero mi apuro es mucho mayor que el del ladino de Lope, que utilizaba su supuesto trance como pirueta poética para hacer alarde de sus habilidades métricas. Y es que La mentira me pide que comente algo que está fuera de mis posibilidades. Me explico: El Dr. Sánchez Hermosilla habla del Congreso sindonista que tuvo lugar en Valencia el pasado Abril y nos explica que fue un congreso lleno de científicos, que presentaban ponencias científicas para gente científica, que su organización, el CES, es plenamente científica y que trabaja más científicamente que nadie los temas científicos que se le encomiendan, esto es el Sudario de Oviedo y la Sábana Santa. Y yo tengo que aclarar que de ciencia no sé mucho. He leído manuales de divulgación, algo más de filosofía de la ciencia y artículos sobre algún tema concreto que podía entender, pero que me encuentro en la imposibilidad de evaluar correctamente. En estas condiciones, ¿cómo voy a hacer un comentario sobre temas tan científicos como los que nos presenta el Dr. Sánchez Hermosilla? Vaya apuro.
Pero como un encargo es un encargo, voy a intentar salir del paso como pueda. Me centraré en una cosa que me ha llamado la atención y que me parece que merece destacarse. Y es que el Sr. Sánchez Hermosilla nos da una noticia, una primicia que según él se presentó en el Congreso de Valencia, que debería ser propagada a los cuatro vientos: un profesor cuyo nombre él no recordaba muy bien, puesto que tuvo que consultar sus papeles, de una universidad que no recordaba ni bien ni mal, había presentado una ponencia donde demostraba matemáticamente que los cálculos de la datación por radiocarbono que habían fechado el lienzo de Turín en torno a 1350 habían sido falseados de resultas de los incendios que tuvieron lugar en el siglo XVI y en el XX. También la datación del Sudario de Oviedo, que había enviado la tela al siglo VII o principios del VIII, fue alterada por la misma causa. Según sus cálculos matemáticos la fecha real de ambas piezas sería el siglo I. Ni más ni menos. Este trabajo despierta el entusiasmo del Sr. Sánchez Hermosilla, que proclama definitivamente descartadas las respectivas dataciones mediante un método científico cien y por cien, y tiene tiempo de dedicar su conmiseración a los “pobrecitos” escépticos que no tienen otra manera de negar la autenticidad de los Santos Lienzos que esas fracasadas pruebas de radiocarbono.
En mi modestia voy a atreverme a aportar al Sr. Sánchez Hermosilla algunos datos que parece desconocer, junto con el nombre de la Universidad que él había olvidado. Dejemos aparte su afirmación de que todas las pruebas contra la autenticidad de los lienzos sean las dataciones de radiocarbono. No es correcto. A lo largo de mi blog (La sombra en el sudario), iré aportando otras ideas al respecto, pero ahora vamos a hablar de olvidos o desconocimientos más concretos.
El trabajo al que hace referencia no es una primicia. D. Francisco Alconchel Pecino es Profesor Colaborador del Departamento de Física Aplicada de la Universidad Politécnica de Madrid, y tiene una bibliografía no muy extensa entre la que se encuentra una publicación de la UP del año 2004: Corrección a la edad radiocarbónica de la Sindone debido al… Que el prof. Alconchel ocupe un escalafón inferior en un departamento de una Universidad más bien secundaria en el mundo académico internacional y haya hecho un descubrimiento trascendental que puede modificar la datación de numerosos objetos de manera drástica (¡varios siglos!), no es demasiado probable, pero no debe ser descartado a priori. Casos más raros se han visto y los grandes genios empezaron todos desde abajo. Pero hay otros datos que, por decirlo de manera coloquial, me ponen la mosca detrás de la oreja.
En primer lugar, el Sr. Sánchez Hermosilla, es un entusiasta partidario de la relevancia del descubrimiento. Ahí es nada algo que hace polvo todas las críticas de los “escépticos”. Pero, ay, el Sr. Sánchez Hermosilla no es un experto en arqueometría o dataciones por radiocarbono. Es médico forense. Su opinión, por entusiasta que sea, tiene tanto peso como la de Ud., la mía o la de mi amigo astronauta. Sin embargo, el Sr. Sánchez Hermosilla, a lo largo de la entrevista, nos informa que los estudios que avala el CES son un prodigio de cautela heurística y se someten a numerosas revisiones por expertos cualificados. Incluso más cualificados que los propios autores, dice. ¿Ha ocurrido lo mismo en este caso? Pues parece ser que no. Durante ocho años la teoría del prof. Alconchel ha tenido tiempo de ser sometida a la crítica de expertos cualificados en arqueometría. Para ello debería haberse presentado en algún congreso o ser publicada en una revista especializada donde, dada la trascendencia de sus descubrimientos, habría sido criticada convenientemente. También habría podido cumplirse con un requisito de toda teoría, someterse a verificación empírica. Como mínimo, el autor podría haber enviado su trabajo a los laboratorios implicados en su crítica (Tucson, Zurich, Oxford y Toronto), para que pudieran explicar cómo habían cometido un error de tal calado o justificarse de otra manera. Al parecer nada de esto se ha hecho. Durante ocho años el trabajo de Alconchel ha dormido el sueño de los justos de toda publicación sin mayor importancia académica y sólo ha despertado para presentarse en un congreso de creyentes en el sindonismo, no cualificados para evaluarlo. Quizás a ellos, como al Sr. Sánchez Hermosilla, el lenguaje matemático de la ponencia les haya causado gran impresión. A mí su impresión no me impresiona. Qué le vamos a hacer.
En segundo lugar, el trabajo del prof. Alconchel suena tremendamente parecido a los del Dr. Kuznetsov, que hace años removieron las aguas del sindonismo. También el físico ruso había “descubierto” un importante factor de alteración del carbono 14 debido a la acción de los incendios. Ni que decir tienen que, antes de descubrirse que se trataba de un fraude monumental1, el profesor Kuznetsov, supuesto premio Lenin de las Ciencias, fue tratado en el mundo sindonista como un héroe que había aniquilado la fiabilidad de la datación de 1988. Pero Kuznetsov fue más osado que nuestro investigador patrio. Publicó su trabajo en una revista de prestigio e involucró en sus chapuzas y mentiras al laboratorio de Tucson. Este respondió contundentemente a su pretensión de que un incendio podía producir una alteración del C14 significativa (tesis similar a la del prof. Alconchel), y la investigación posterior del CICAP2 destapó todo el pastel. Es decir, Kuznetsov hizo lo que debía con un trabajo indebido. Y se produjo la contrastación que en el caso presente no se ha hecho. Quizás el caso del profesor de la Politécnica sea inverso, es decir, sea un trabajo correcto presentado incorrectamente. Pero eso, pese a los entusiasmos de Sánchez Hermosilla, sólo se podrá saber cuando la contrastación se haga como es debido.
Lo que es tanto más necesario cuanto que las tesis de Alconchel son sorprendentes en más de un punto. A mí, especialmente, me resulta insólito que los cálculos matemáticos puedan ser tan asombrosamente coincidentes que rebajen la edad de cinco dataciones diferentes justamente en los siglos precisos para que las dos reliquias cuadren con el siglo I. Que los respectivos incendios (más el catalizador que el profesor supone), no dejen la cosa en una fecha indeterminada, sino en los seis y trece siglos respectivos para que los datos cuadren en la fecha hipotética de la muerte de Jesús de Nazaret, francamente, me resulta digno de un relato de historia ficción. Quizás por eso se explique que el Dr. Sánchez Hermosilla no vaya con sus historias a medios académicos, congresos y revistas científicas, sino que se encuentre molestamente encajado entre unos cuantos misteriólogos que hablan de astronautas extraterrestres en un programa de misteriomanía. Yo de él me preguntaría por qué demonios le invitan a estos sitios.
Y ya he llegado al fin de mi apuro.
…Contad si son catorce y ya está hecho.
Notas:
1. Fraude que, tras las reiteradas denuncias del CICAP (Gian Marco Rinaldi), fue reconocido en el ámbito del sindonismo. A pesar de lo cual sigue citándose en muchas páginas sindonistas.
2. Comitato Italiano per il Controlo delle Afirmazione sull Paranormale. Cfr. algunos trabajos en el Dossier que le dedica al asunto Gian Marco Rinaldi…
Tru
25/07/12 22:32
Bah, 13 siglos abajo, 13 siglos arriba, no invalidan el método de datación por radiocarbono…el comportamiento de diversos isótopos es más o menos conocido…y si no me creen…¡corran!, ¡¡¡las centrales nucleares no saben lo que se hacen!!!
busgosu
25/07/12 23:28
Es coherente encontrar una afirmación sobre un hecho, pero es de coherencia mayor plasmar las dudas razonadas que tal afirmación no puede confirmar plenamente.
Es como la gravedad, se sabe que ese efecto existe y no se duda que es una atracción, pero nadie sabe de donde proviene, tal vez porque no se suele exponer dudas sobre manifestaciones tan consistentes.
En cuanto a la datación por radio-isotopos, lo normal es acogerse a la afirmación que se comprobó, pero no a las dudas que se dejaron sin comprobar y por tanto dejaron de tenerse en consideración.
Lo que me pregunto es si tenemos la capacidad, para plasmar un duda plausible sobre la datación que no se halla comprobado. No para desmerecer la afirmación sino para ampliar el campo de su coherencia.
Tru
25/07/12 23:49
busgosu dijo:
Totalmente deacuerdo mientras no se trate de la datación por C14; toda duda es bien recibida tanto para ampliar la coherencia de nuestro conocimiento como para ampliarlo en si mismo.
edgar
26/07/12 00:55
claudio dijo:
Yo he escuchado el programa y no se si joaquín abenza le da valor científico a la opinión de todos los esotéricos. lo que si veo es que abre los micrófonos a las personas con diferentes posturas sobre un tema, cosa que no pasa aquí en México.
En el programa pasaron por ejemplo: un ateo de Barcelona cuando promovían el autobús ateo, fernando frias, Rafael Alemañ químico, y otros.
Por ello no considero a joaquin un magufo, simplemente es una persona con diferentes puntos de vista a los míos.
Mo
26/07/12 10:07
@ edgar:
Para mí la «misteriomanía» consiste en encontrar misterios que se basan en hechos no demostrados y en teorías fantásticas. Que un programa de misteriomanía ponga de vez en cuando al mismo nivel la opinión de un científico que la de un crédulo en lo que sea no lo hace menos misteriomaniaco. Será más «plural», pero más irresponsable. Y es un truco bastante corriente en los programas de misteriomanía que quieren parecer «serios». Ya lo usaban Pauwles y Bergier, mira si viene de lejos.
Por lo que yo escuché el programa de «El último peldaño» era un programa de misteriomanía. Lo de las civilizaciones antiguas dirigidas por extraterrestres… qué quieres que te diga.
edgar
28/07/12 04:30
Mo dijo:
Entonces usted quiere que solo se ofrezca los planteamientos de una postura, y las otras sean ignoradas sin derecho a replica??. de que en el «ultimo peldaño» hable de civilizaciones antiguas dirigidas por ET se debe a que es un programa esotérico. pero no por ello se cierran abrirle los micrófonos a la postura científica.
Para que escuchen esos programas:
http://tiny.cc/rww4hw
http://tiny.cc/k4w4hw
otros programas donde estuvo Fernando frías
http://tiny.cc/n6w4hw
Mo
28/07/12 09:47
@ edgar:
Es una cuestión de nombres y apreciaciones. Ud. llama a un programa de este tipo «esotérico» y lo considera digno y respetable y yo le llamo «misteriomaniaco» y lo considero ilusorio e irresponsable.
No estoy por cerrar los micrófonos a nadie. Estoy por una crítica racional y que cada cual ocupe el lugar que le corresponde. Es lo que intento en mi terreno.
Persona
28/07/12 10:38
<blockquote>Es como la gravedad, se sabe que ese efecto existe y no se duda que es una atracción, pero nadie sabe de donde proviene, tal vez porque no se suele exponer dudas sobre manifestaciones tan consistentes.</blockquote>
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=OvmvxAcT_Yc]
Sun salud☼.
Eusebio Pérez Oca
3/03/17 10:45
Para ser un médico forense, me parece extraño que no haya hecho la medición del arco del cráneo desde el frontal al occipital en su parte alta. No hace falta ser muy instruido para saber que desde la frente al punto opuesto hay entre 23 a 21 centímetros de media. Si medimos la distancia de estas partes del cuerpo en la Sabana veremos que además de un extraño vacío entre los espacios del cráneo antes citados, la distancia entre estos dos puntos no llega a los 12 centímetros. Esto nos da, tras medir el largo del cuerpo que llegaría a ser de, aproximadamente, 180 centímetros, un ancho del cráneo de doce centímetros. Casi la mitad de lo normal. Que decir de los brazos….. Un médico debe saber muchas cosas que este señor calla de forma intencionada. Que no os engañen.
Eusebio Pérez Oca