¿Democracia real? Ya…

Tras unos años de economía boyante, de superávit en las cuentas publicas, el país (España) ha entrado en barrena y lo que es más grave, no se percibe en la calle ningún síntoma de que la tendencia se encuentre en un proceso de cambio en el futuro inmediato.

Este es un país en el que de aproximadamente 25 millones de personas en edad de trabajar hay 5 millones de parados. Es decir 5 millones de personas que quieren trabajar y que no pueden hacerlo. Además los índices de paro se ceban especialmente con los más jóvenes, que cuando finalmente consiguen un puesto de trabajo obtienen un sueldo mil-eurista, o incluso ni eso, con el que tienen que hacer frente a la adquisición de su primera vivienda que ronda los 180.000 euros de media, pagaderos en cómodos plazos de 850 euros durante 30 años. Con suerte sus padres tendrán algún activo como para avalarles en el banco, con la condición de que si por algún contratiempo no se pudiese pagar la hipoteca, el banco se recuperaría de toda la deuda quedándose con la vivienda del joven, y si esto no es suficiente, también con los activos de los padres que le avalaron.

No es sin duda la situación más deseable para una sociedad que tiene un desajuste poblacional tan importante como España, que en los años 60 tuvo un boom de natalidad (al que pertenezco) que ha ido destrozando todo lo que ha encontrado a su paso. Cuando tuvimos que ir a clase, los colegios se quedaron sin recursos, teniendo que duplicar los grupos y añadir profesorado. Cuando llegamos a la universidad pusieron nota de acceso porque no había plazas para todos. Cuando llegamos al mercado laboral lo desbordamos, convirtiendo a las facultades en fábricas de parados. Cuando nos casamos y fuimos a adquirir una vivienda el precio se disparó (allá por los inicios de los años 90). Y cuando nos empecemos a jubilar destrozaremos el sistema de pensiones, y más aun si como está ocurriendo ahora, se pierde prácticamente una generación entera debido a la crisis.

Mientras que la generación X íbamos creciendo, España salía de una dictadura de 40 años estrenando una democracia que se asentó rápidamente, porque la gente estaba sedienta de libertades y de poder elegir a las personas que les gobernaban. Tras la muerte de Franco, en España aparecieron un crisol de partidos de múltiples tonalidades ideológicas, que tras varios procesos electorales se fueron cristalizando en básicamente dos partidos nacionales (los actuales PP conservador, y PSOE socialdemócrata) y varios partidos nacionalistas con gran popularidad en la comunidades autónomas más independentistas de España. El sistema electoral por el que se optó es el D’Hont que dificulta el acceso al parlamento a las minorías. Ello llevó al nacimiento del concepto del voto útil, que en España tuvo su momento culminante en las elecciones de 1982 donde el PSOE liderado entonces por Felipe González arrasó con una mayoría absoluta duplicando casi en votos y escaños a la segunda fuerza, el Partido Popular (por entonces llamado Alianza Popular). En 1982 las siguientes fuerzas políticas nacionales eran los rescoldos de la Unión de Centro democrático, y un Partido Comunista en vacas flacas. La fuerza política comunista, acostumbrada durante la etapa franquista a reunirse y planificar acciones en la clandestinidad, se encontraba dividida en pequeños grupos, con la salvedad del Partico Comunista de España, bajo el carisma político de Santiago Carrillo, que ante la debacle electoral de su partido en el 82 abdicó en favor de Gerardo Iglesias. En 1986 el PCE y el resto de partidos comunistas minoritarios se unieron en una única fuerza llamada Izquierda Unida, que todavía existe en la actualidad, aunque como podéis ver en el gráfico, no tiene un futuro muy halagüeño. Los datos anteriores a 1986 se corresponden con el PCE.

La tendencia de este gráfico apunta a la desaparición del mapa político de IU para las elecciones de 2012. Es el momento de hacer algo.

Personalmente hace unos años colaboré con una organización de ideología comunista por un tema que no viene a cuento, y he visto sus métodos de trabajo. Sus intenciones son frecuentemente honorables, reivindicando algún tema que perjudica a un colectivo minoritario, alguna vez utópicas, y también alguna vez interesadas. Su problema es el poco respaldo popular que tienen, por lo que se trata de hacer el máximo ruido con los escasos medios de los que se dispone. Se aprovechan visitas de políticos para reventárselas, se convocan manifestaciones con varios objetivos para tratar de movilizar al máximo número de personas, y en ocasiones se sindican con otros grupos de la misma ideología para hacer un frente común. Sus mecanismos de publicidad son foros, blogs y ahora también las redes sociales.

“Democracia real ya” es una iniciativa que aunque prescinde de bandera política, es a todas luces un movimiento de ideología comunista, y de hecho el dominio está registrado a nombre de un excabeza de lista del parlamento andaluz de Izquierda Unida. Se planteó como una convocatoria para reunir a un colectivo lo más numeroso posible para mostrar el descontento con la situación actual, y pedir que se voten al resto de fuerzas políticas que no sean las tres principales del país. El sistema D’Hont hará el resto, que es dar más peso (y escaños) a los votos de la izquierda nacional.

El caso es que la situación es tan grave en España que la gente ha acudido en masa para mostrar su descontento, algunos a sabiendas de lo que se está reivindicando realmente y otros simplemente para protestar, con toda su mejor voluntad. Coste que ambas posturas las veo completamente lícitas y honorables.

Creo de verdad que los organizadores de este evento se han sorprendido de la acogida del mismo y de sus réplicas y apoyos en el resto de provincias españolas, y que se está improvisando cómo focalizar esa fuerza constituida espontáneamente sin que se desmiembre por realizar un movimiento desafortunado. No sé si realmente los asistentes a estas acampadas saben lo que están reivindicando. Desde luego el mensaje que se da al exterior no es demasiado claro. De hecho en algunos países ni siquiera se entiende. Entre las proclamas están:

1. ELIMINACIÓN DE LOS PRIVILEGIOS DE LA CLASE POLÍTICA

2. CONTRA EL DESEMPLEO

3. DERECHO A LA VIVIENDA

4. SERVICIOS PÚBLICOS DE CALIDAD

5. CONTROL DE LAS ENTIDADES BANCARIAS

6. FISCALIDAD

7. LIBERTADES CIUDADANAS Y DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

8. REDUCCIÓN DEL GASTO MILITAR

A los puntos 1, 2, 4 y 8 no hay nada que objetar. En el punto 3 se propone la expropiación de todas las viviendas no vendidas para ser puestas en régimen de alquiler. Esta medida no la veo de recibo en un estado de derecho. Una máxima que se sigue en esta ideología es la de la movilización ante las agresiones que sufren terceros, porque mañana te puede tocar a ti. Esa misma lógica aquí parece no aplicar.

El punto 5 me parece fantástico pero utópico, al igual que el punto 6. Los grandes capitales son gustosamente movidos a paraísos fiscales ante la más mínima presión impositiva sobre ellos, así que mejor un 20% de algo que un 80% de nada.

En el punto 7 me parece aberrante. No se puede estar haciendo un referéndum cada 3 meses. Para eso se delega ese trabajo en la fuerza política que se decida en el proceso lectoral. Si se va a preguntar por todo, entonces no hace falta parlamento. También se aprovecha este punto para darle un palo al sistema D’Hont y se propone cambiarlo por otro más justo.

Y ahora me pregunto ¿qué ocurrirá después de las elecciones? ¿Se disolverá este movimiento? ¿Se le dará continuidad? ¿En qué forma? ¿Aparecerá algún líder que lo dirija? Se presenta interesante. Observemos.

Nota: El título del post no es mío. Lo he tomado de este blog porque me ha parecido tremendamente acertado.